Sombras Del Pasado

SUEÑOS Y REALIDADES

ERIK

Muy estúpido de mi parte creer que no ocurriría nada si iba a la preparatoria, creer que mi madre cumpliría su promesa de 
llamarme si ocurría algo. 
Un belo gris cubría el cielo creando un ambiente lúgubre que auguraba un desastre y forzaba a mis piernas a correr más rápido muy alterado tratando de no caer en pánico y conservar la esperanza de encontrarlo con vida. 
Un tropiezo y me encontraba en el suelo frente al edificio abandonado muy agitado con un dolor desgarrador en el pecho y 
garganta por mi respiración irregular. 
Cerré la boca apretando los dientes mientras me levantaba con un ardor en mi rodilla que ignore poniéndome en marcha de 
nuevo recordando las advertencias del doctor que no me daban tregua. 
Ingresé con torpeza buscandolo con la mirada mientras frenaba mis jadeos al encontrarlo recargado en la pared viendo la sangre deslizarse por sus muñecas.

—¿Podrías dejar de lastimarte?.

Sus ojos fríos y vacíos como dos tumbas se posaron en mi con reproche apresandome en una culpa tortuosa que me hicieron 
arrepentirme por mis palabras.

—Tuve un mal día —bajo la mirada.

—Entiendo —me límite a responder.

Me acuclille frente a el viendo el constante fluir de su sangre apresurandome en desgarrar una parte de mi camiseta negra 
vendando sus muñecas con ella.

—¿Que haces?.

—Llamaré a una ambulancia.

—No.
Tienes una madre que te quiere porque no regresas con ella.

—¿Y dejarte morir?.

—Yo no pertenezco a tu mundo, yo no tengo a donde regresar.

Desvío la mirada liberando un suspiro y se levantó del suelo caminando lento recargandose en la pared unos segundos antes de continuar hasta la salida dejando 
rastros de sangre tras el.
Corrí en un intento de detenerlo pero cuando quise tomar su mano el me esquivó alejándose lo suficiente para evitar que lo 
detuviera.

—¿No fui claro?. 
Lárgate.

Retomó su caminó dejando que la lluvia que se había desbordado lo atrapara en su desolación.
Imbécil.
Quise dar un paso al frente pero un malestar en la rodilla me obligó a detenerme viendo que aún sangraba con insistencia.
Solo es un golpe.
Tome un respiro y salí de ahí percatandome que lo había perdido de nuevo.

 




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