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Caminé con pasos rápidos ya que el cielo comenzaba a tornarse de un tono gris, podría comenzar a llover muy pronto, en eso, recibí una llamada de Kate y contesté enseguida.
—¿Si?
—¡Nyx! —saludo contenta y de fondo se escuchaba la voz de la pequeña Callie—. Olvidé decirte que compraras algunos postres para hoy en la cena.
—Oh, claro, lo haré.
—Oye, ¿ya pensaste que haremos para el cumpleaños número tres de Callie?
—Kate, faltan como seis meses para eso —le recordé, tornando los ojos—, aún hay bastante tiempo.
—Vale, vale, tienes razón. Avísame si necesitas que envíe a Kyle para recogerte.
—El pobre te hace todos los recados todos los días, déjalo descansar —las dos reímos y sabíamos que era cierto.
Mientras seguía hablando con Kate, llegué a la panadería que tenía en mente. Entré y la señora que atendía me miró con una sonrisa, dándome una sonrisa.
El aroma del pan recién orneado y las galletas estaba por todo el lugar y eso aumentó mi apetito.
—¿Qué deseas llevar, señorita?
—¿Tienes algún pastel de manzana? —pregunté, recordando que es el favorito de Kate y Callie.
—Por supuesto, ¿te empaco uno?
Asentí con una sonrisa agradecida mientras observaba cómo la señora envolvía cuidadosamente el pastel, después de eso, pedí algunas otras cosas para llevar y esperé mi turno en la fila.
Finalmente, llegó mi turno y pagué por los postres que había seleccionado.
Cuando le entregué el dinero a la señora que me atendió, me devolvió la sonrisa, entregándome la bolsa llena de lo que había comprado, y con los ojos señaló una esquina del local.
—Que afortunada eres —me dijo y yo no entendí de qué hablaba—. A tu edad también conocí personas así de guapas, lástima que mis padres no me dejaban salir con nadie. Tienes suerte, chica —me guiño un ojo—. ¿Es la primera vez que vienes aquí?
—La segunda, hace poco me mudé —respondí, sin querer entrar mucho en detalle.
—Entonces, espero que vuelvas pronto, a sido un gusto conocerte y si es alguien bueno, cuídalo mucho.
Y no me pude aguantar las ganas de preguntarle a qué se refería con eso.
—Disculpe, pero ¿de qué habla?
—Sobre el chico de atrás, no para de mirarte desde que entró. ¿Es tu novio o algo?
Me quedé sorprendida al escuchar las palabras de la amable señora de la panadería. Mi corazón comenzó a latir más rápido mientras giraba lentamente la cabeza para echar un vistazo al chico que estaba de pie cerca de la entrada.
Un torbellino de emociones se apoderó de mí y no creía lo que veía, Asher estaba parado a escasos metros cerca de mí y los dos nos miramos directo a los ojos, me tensé al pensar que no tenía escapatoria.
No estaba preparada para enfrentarle en ese momento, no después de ocultarle la verdad durante tanto tiempo.
Mi mente no paraba de pensar en qué hacer y cuando lo miré acercarse a mí con cuidado, reaccioné y sujetando mis compras corrí directo a la puerta para salir de ahí.
Sentí el latido acelerado de mi corazón mientras mis piernas se movían por inercia mientras huía de la panadería, sujetando con fuerza la bolsa llena de postres, mi respiración era entrecortada, mi corazón latía desbocado en mi pecho mientras corría por las calles.
Me sentía culpable por huir, por no enfrentar la situación de frente, pero también temía las consecuencias de quedarme y poder revelarle la verdad. No podría soportar ver el dolor en sus ojos si se entera que le oculté sobre la existencia de su propia hija, o tal vez yo no podría soportar si se lo dijera y él me rechazara por mi decisión de tener a Callie.
Escuché sus pasos detrás de mí, sintiendo la urgencia en su voz cuando me llamó, pero me negué a detenerme. La adrenalina se apoderaba de mí mientras corría por las calles, ignorando las miradas curiosas de las personas que presenciaban aquella escena. Sin embargo, a pesar de mis esfuerzos por escapar, Asher no se dio por vencido.
Continué corriendo sin rumbo fijo, buscando refugio en algún lugar donde pudiera recuperar el aliento y decidir qué hacer a continuación. Parecía haberme alejado lo suficiente de la panadería, y en ese momento mis piernas comenzaron a cansarse, reduciendo la velocidad con la que corría.
No me detuve a pensar en la dirección que tomaba, solo quería poner la mayor distancia posible entre nosotros.
Mientras me sumergía en mis pensamientos a la vez que seguía intentado mantenerme de pie al correr, escuché una voz no muy lejos de mí que pedía que me detuviera.
Decidí mirar rápidamente detrás de mi y ahí estaba, su cabello oscuro caía desordenado sobre su frente y sus ojos reflejaban una mezcla de sorpresa y preocupación.
—Espera... Por favor, Nyx —dijo entre respiraciones entrecortadas.
Asher, jadeando por el esfuerzo de la persecución, se acercó hacia mi y yo retrocedí, temerosa de lo que podría pasar.
—Yo... No creo que...
—Por favor, no huyas —me interrumpió, no pronunció otra palabra más, pero sus ojos hablaban por él.
Mis manos temblaban mientras sostenía la bolsa de postres con fuerza, mirando a Asher con una mezcla de miedo y cautela. No estaba segura de si debía darle una oportunidad para hablar, pero algo en su expresión y en su voz me hizo dudar.
—¿Qué es lo que quieres? —dije con voz entrecortada, tratando de mantener mi guardia alta.
Asher se acercó un poco más y yo seguí retrocediendo.
—Hablar contigo.
—Ya lo estamos haciendo.
Mientras luchaba por mantener controlados mis sentimientos, Asher siguió hablando y no sabía cómo lograba tener esa calma en su voz.
—Vaya, esto es... Quiero decir, no esperaba verte por aquí.
—Yo tampoco la verdad, creo que nunca —susurré lo último para mi.
—No es el reencuentro que esperaba. La verdad, no creí que podrías salir huyendo cuando me vieras.
—No sabía que te encontraría aquí. No esperaba verte, y menos en esta panadería —respondí, tratando de ocultar mi incomodidad.
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Editado: 08.08.2024