"Desperté en medio de la noche, aún sintiendo el ardor de la bofetada de mi padre en mi rostro. Con la garganta reseca y el cuello adolorido por una mala postura al dormir, descendí sigilosamente las escaleras, evitando encontrarme con mis padres que aún estaban despiertos. En el silencio del pasillo, escuché a mi madre hablar en voz baja.
'Ray, ¿crees que deberíamos irnos de aquí?'
'No nos moveremos de este lugar. Nos quedaremos aquí.'
'Debemos decirle la verdad...'
'Eli, yo soy su padre y haré lo que sea necesario para proteger a mis hijos.'
Me quedé reflexionando, preguntándome qué verdad estaban ocultando. Con miedo a ser descubierta, regresé sigilosamente a mi habitación.
Al día siguiente, mi padre vino a despertarme con un beso en la frente y palabras de disculpa. Me recordó que aunque fueran duros, era porque querían lo mejor para mí. Le respondí que no quería salir, prefiriendo quedarme en casa. Después de cambiarme rápidamente, bajé y les informé que una amiga vendría a buscarme.
Ignorando las miradas silenciosas, salí apresuradamente y me uní a Stacey en su coche. Durante el trayecto, nos reímos y compartimos momentos divertidos, pero al doblar una esquina, me encontré con la mirada de un obrero, un hombre alto de ojos grises que me provocó un escalofrío. Reconocí su rostro de algún lugar, pero no quería recordar de dónde...
'¡Leah! ¿Estás bien? Hemos llegado.' La voz de Stacey me sacó de mis pensamientos, y sin más distracciones, me sumergí en el día que me esperaba."
#4587 en Otros
#830 en Acción
#1157 en Joven Adulto
secuestro, secuestro y maltrato, secuestro violencia y abusos
Editado: 06.06.2024