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Terminaron el capuchino y se retiraron de la cafetería.

-Fue un gusto haber salido contigo Justin, pero me tengo que ir, ya es muy de noche

-Deja que te acompañe hasta tu casa.

-No te preocupes, los lugares por donde voy son siempre muy seguros.

-Está bien, cuídate.

Se despidieron con un beso en la mejilla y cada uno tomó su rumbo.

Eran las 20:30 de la noche, Staicy tenía que pasar por un callejón oscuro antes de llegar a su casa ya que era el único lugar que no podía evitar en el transcurso para su casa.

Staicy sentía que alguien la seguía, pero por el miedo no quería regresar a ver.

Al final del callejón se encontraba un hombre muy extraño, con atuendo oscuro, pasamontañas, lo único que se le veían eran los ojos, tenía ojos verdes. Al pasar Staicy por donde se encontraba aquel hombre sintió un escalofrío.

El hombre la observó y se la avalanzó para tratar de robarle, secuestrarla o violarla, Staicy estaba muy espantada, que lo primero que hizo fue gritar.

-¡Ayuda! ¡Me quiere robar!- ¡No me hagas daño, te lo suplico, por favor no me hagas daño!

-No grites o te mato.

Staicy muy asustada hizo silencio, cuando pensó que todo estaba perdido alcanzó a ver a lo lejos que se acercaba otro hombre, como estaba todo oscuro no podía distinguir bien sus facciones.

-¿No escuchaste a la señorita que te dijo que lo sueltes? Dijo aquel hombre.

-¿Tu quién eres? Respondió el ladrón.

-Alguien que vas a odiar después de esta noche.-Suelta a la chica

El ladrón soltó una risa malévola.

-¿Un enemigo? Dijo el ladrón

El ladrón soltó a Staicy y se avalanzó a aquel hombre, fue cuando las luces de las sirenas de la policía iluminaron el callejón y Staicy alcanzó a ver la cara del hombre desconocido !era Justin! ¿Por qué la estaba siguiendo? Aquel momento Staicy recordó las palabras de Justin cuando estaban en la cafetería: "Cuando quiero conquistar a alguna chica, las cuido de todo peligro".

El ladrón del miedo de la policía dejó de pelear y salió corriendo.

Justin se dirigió a Staicy.

-¿Estás bien? Dijo Justin.

Staicy asintió con la cabeza y abrazó a Justin.

-¿Y tu estás bien? Dijo Staicy.

-Si.

-¿Por qué me seguiste? Preguntó Staicy.

-Te dije que cuando alguien me interesa la cuido de todo peligro.

Staicy recordaba muy bien esas palabras, pero prefería no seguirle la corriente.

-¿En qué momento dijiste eso?

-En la cafetería

-A sí ya lo recuerdo, del susto había olvidado todo.

-Te voy a dejar hasta tu casa.

-No te preocupes mi casa está en la esquina.

-¿Qué tal y si aún está el ladrón escondido por ahí?

-Está bien vamos hasta mi casa.

Ambos se dirigían hasta la casa de Staicy, su madre estaba muy preocupada y la estaba esperando afuera de la casa.

-Ahí está mi mamá

-¿No me la vas a presentar?

-Sí seguro.

-¡Ya llegué ma!

-¡Al fin llegaste, tu padre acaba de llegar de trabajar, y como no te encontró ya está empezando a imaginar cosas!

-¡Es enserio! ¿Y tu qué le dijiste?

-¡Que habías ido a estudiar donde una amiga!

-Está bien mamá, gracias. Mira te presento a Justin, un muy buen amigo.

-¡Es un gusto conocerle señora!

-¡El gusto es mío Justin! Lo siento, pero ahora debemos entrar porque mi esposo está muy alterado.

Antes de que Justin pudiera responder, el padre de Staicy se acercaba, no parecía estar alterado, sino más bien gustoso de conocer al amigo de su hija.

¿Pero qué harían ahora? La madre de Staicy había dicho que Staicy se encontraba en la casa de una amiga, no que ella había ido al cine un amigo.

-¿Quién es este amable caballero que trajo a mi hija sana y salva a su casa? Preguntó el padre de Staicy.

-Mucho gusto señor, soy Justin, un buen amigo de Staicy.

-¿A sí? ¡Qué bueno! El gusto es mío ¿Y de dónde vienen?

-Haciendo una tarea en la casa de Sarahí. Dijo Justin.-La tarea estaba muy larga, por eso nos demoramos haciéndola.