Finalmente, la investigación independiente comenzó a tomar forma. Se estableció un comité internacional para supervisar el proceso, y se permitió el acceso a la Ciudad Prohibida para observadores externos. Esto trajo un rayo de esperanza a los ciudadanos, quienes empezaban a ver que la justicia podría ser posible.
Elena y Daniel participaron activamente en las audiencias y en las reuniones del comité. Sus testimonios y la documentación que habían reunido jugaron un papel crucial en la exposición de las atrocidades cometidas bajo el Proyecto K-29.
“Las pruebas son abrumadoras,” dijo uno de los investigadores del comité durante una sesión. “El impacto del Proyecto K-29 ha sido devastador, y la responsabilidad del régimen es clara.”
Mientras tanto, la presión internacional siguió creciendo, con manifestaciones y peticiones a favor de sanciones más severas contra el régimen. Los líderes mundiales continuaron exigiendo justicia y responsabilización por los crímenes cometidos.
En la Ciudad Prohibida, el ambiente seguía siendo tenso, pero había signos de cambio. Las restricciones se estaban levantando gradualmente, y la libertad de expresión empezaba a hacerse un lugar, aunque con cautela.
Elena y Daniel, ahora reconocidos como héroes en la lucha por la verdad, también enfrentaron la tarea de reconstruir sus vidas después de meses de intensas actividades. Su relación, que había sido un faro de esperanza durante los momentos más oscuros, se fortaleció con la experiencia compartida.
“La lucha no ha terminado,” dijo Elena mientras observaban los primeros signos de reforma en la ciudad. “Pero hemos logrado que se reconozca la verdad y que se empiecen a tomar medidas hacia la justicia.”
Daniel asintió, con un sentimiento de satisfacción. “Hemos dado un gran paso hacia un futuro mejor. Aún queda mucho por hacer, pero la esperanza y el cambio están en camino.”
A medida que la Ciudad Prohibida comenzaba a sanar, Elena y Daniel continuaron trabajando en la documentación de la historia y en la promoción de reformas que garantizaran la protección de los derechos humanos. Su compromiso con la justicia y la verdad perduró, incluso en un mundo donde el cambio era difícil y el camino hacia la justicia era largo.