Un mes desde que te conocí, tres semanas desde que te sonreí, dos semanas desde que dijiste que "me amabas", y una en la que dijiste que también creías conocerme.
Me encontraba aquel día en la Universidad mirando por la ventana mientras la profesora impatía clase.
Pensaba en él y en mí. En ti y en ella.
En nosotros y en lo que seremos.
Tal vez, como dijiste, en otra vida.