Apenas había conseguido dormir, mi mente era un mar de pensamientos que me tenían con una dosis de ansiedad. Maldito James, me torturas. Mis ojos se abrieron con dificultad, el ruido de mis compañeras logro sacarme de mi intento de dormir. Con pereza me senté sobre la cama. Las chicas ya estaban listas para su primera clase y yo, aun no consigo despertar del todo.
Con mi uniforme de entrenamiento avance por los pasillos hacia el comedor. Con total pereza me deje caer sobre la mesa recargando mi frente en esta con intención de tomar una siesta. No funciono, mis ojeras están espantosas. Mi hermano se aseguro de ayudarme a despertar dándome una dosis de café, demasiada cafeína para mi. Me asegure de comer lo suficiente, esperaba que eso me diera algo de energía.
En el campo, mis demás compañeros ya volaban sobre sus escobas dando vueltas alrededor. Vamos tengo que hacerlo, soy la guardiana, la mejor de la escuela. Di un par de golpes en mi rostro antes de montarme a mi escoba y emprender el vuelo hacia los aros. Mis ojos se cerraron un instante, concentración, siempre la vista fija en tu objetivo. Eres la mejor. Aquella frase resonó en mi mente una y otra vez, soy la mejor. El entrenamiento inicio dirigido por mi hermano, de todos los tiros solo falle uno, no esta mal para ser el primer día, pero claro. Puede mejorar.
¿Eso es una invitación a una cita? ¿Qué estás planeando James Potter? Deje mi escoba en el lugar de siempre antes de ir hacia la torre, debía cambiarme para mi clase de Pociones. No tarde mucho en estar lista y dirigirme al salón. La mirada fulminante del maestro logro erizarme la piel mas que cualquier otra cosa, si llegue tarde, pero solo por dos minutos, aunque eso nos valió diez puntos menos. Sentí la mirada asesina de mis compañeros por aquello. Me acomode junto a Rose.
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Editado: 03.10.2021