Victoria:
Los gritos se oyen y retrocedo hasta lograr esconderme tras Lena. Los híbridos se miran entre ellos y entonces algo atraviesa la pared, estrellándose contra el suelo.
Wek arroja lejos sus gafas rotas mientras se levanta furioso y se limpia el polvo de su ropa.
—Creo que es hora de actuar —dice mirando a los híbridos—, ellos mismos se han encargado de echar a toda la gente.
—Estoy harta de ellos —masculla Gravity caminando hacia la entrada de los vestuarios donde estamos, pero Xavier la detiene.
—Necesitamos un plan... —comienza, pero alguien estira su brazo por el agujero que causó Wek para tomar a Lowell y arrastrarlo hacia el comedor—. Oh, mierda.
— ¡Lowell! —exclama Lena y la sostengo para que no vaya.
— ¡Aqua, sácalos de aquí! —ordena Zed y una llama lo envuelve completamente.
Dos enormes alas de fuego nacen de su espalda, mientras su piel se torna blanca como la nieve y sus ojos negros. Sus uñas se tiñen de un color oscuro, sus brazos se llenan de extrañas marcas y sus orejas se vuelven puntiagudas.
No puedo creer que sea el mismo chico que estaba frente a mí hace dos minutos.
Sale volando hacia el comedor y siento la marca del lazo quemar en el proceso. Suelto a Lena y me asomo por el agujero que hay en la pared para ver lo que sucede.
Entonces lo veo.
Ocho figuras aladas elevadas en el aire, una sostiene a Lowell, el cual se retuerce, mientras que las otras están preparadas para atacar al híbrido que vuela hacia ellos con sus alas de fuego.
—Voy a hacerlos pedazos —espeta Xavier y emite una especie de grito de guerra.
Su piel se vuelve de un tono oliva, sus ojos se tornan rojos, su cabello púrpura y rizado, arranca el piercing de su ceja y éste se parte y deforma hasta convertirse en dos revólveres pintados de rojo, con cadenas en el mango que se enroscan en los brazos del híbrido.
— ¿Q-Qué es todo esto? —murmuro.
— ¡Victoria, cuidado! —exclama Cameron tratando de acercarse, pero siento el brazo del ángel apoderarse de mi cintura y jalarme hacia afuera de los vestuarios.
Gravity salta fuera para perseguirme y avalanzarse sobre el ángel que me sostiene.
— ¡Suéltala! —chilla enterrando unas largas garras en la carne de la criatura.
Otro vuela hacia nosotros y entierra su espada en el costado de la híbrido, causando que un grito se le escape y se suelte, cayendo sobre una de las mesas.
Me elevan en el aire y mis ojos se encuentran con los de Zed, el cual me mira con terror.
El miedo trepa sobre mí y me hace forcejear contra el ángel, pero es inútil.
—Ni siquiera lo intentes, humana —dice en mi oído, su voz es demasiado fría, sus brazos demasiado fuertes y puedo observar las enormes alas blanquecinas que nos mantienen en vuelo.
—Híbridos —dice uno de los ángeles, luce una armadura dorada y sus alas son distintas a las del resto, más puntiagudas y ágiles, su cabello es rizado y castaño, pero no logro ver más que su ancha espalda mientras camina hacia mí híbrido—, al fin los tengo donde quería. ¿No es una lástima que deban morir humanos inocentes por culpa suya?
—Ella no es inocente —dice un ángel arrastrando a Sanka fuera de los vestuarios para arrojarla contra una mesa—, la escencia a demonio está impregnada en ella.
Keyler sale hecho una furia y se mueve tan rápido que apenas puedo verlo, una guadaña enorme con la hoja encendida en llamas atraviesa al ángel con brutalidad.
Xavier comienza a disparar a una velocidad impresionante, mientras que el ángel que me sostiene comienza a volar por el comedor para esquivar las balas. Los proyectiles causan que éstas criaturas se incineren.
Zed aparece a mi lado y entierra una daga en el rostro del ángel que me sostiene, causando que chille de dolor y me suelte.
Caigo duramente al suelo y mi vista se llena de puntos negros, pero trato de levantarme.
Veo a Cameron correr hacia mí, seguido de Aqua (quién lleva a Lena en sus brazos, puedo ver la herida que tiene en su costado). Mi amigo me levanta en brazos y comienza a correr conmigo, estoy sumamente aturdida y trato de localizar a Sanka entre todo el caos, mesas y sillas volando por todas partes. Hay tanto fuego que el terror asciende por mi cuerpo, me tiembla hasta el alma.
Phanton pasa junto a nosotros con tranquilidad, apenas si puedo verlo bien, pero Cameron no se detiene, solo corre hacia la salida.
—Estarás bien, Vics —dice mi amigo.
Nunca me he sentido tan débil, tan inferior y vulnerable. Los híbridos no causaban ese efecto en mí, pero esos ángeles... Esas criaturas me tomaron por sorpresa. Esos ojos frívolos, esas alas intimidantes y esa fragancia a rosas tan cautivadora como embriagante.
¿Qué clase de criaturas son si en lugar de proteger a los humanos nos asesinan para acabar con esos híbridos? ¿Es que no puede haber otra solución?
~•°•~
— ¡¿Ángeles?! —exclama Ryan sin poder creerlo mientras se asegura de que no oculte más heridas—, ¿Cómo es eso posible?
—Me pregunto lo mismo —masculla Zed dejándose caer en el sofá, puedo sentir los moretones que él también sufrió durante el ataque, pero quien más grave está es Lena.
Apuñalaron a Gravity y por ende, también a ella.
—Phanton pudo controlar la situación a tiempo, con suerte dejamos ir a uno —Sonríe de lado Zed—, la mejor parte es cuando las alas se desintegran, pero es mucho más satisfactorio arrancarlas mientras viven.
Su mirada luce perdida, sus puños apretados y entonces recuerdo aquel sueño donde perdía sus propias alas. El intenso dolor, el grito, la sangre y el enorme torbellino de sentimientos acumulándose en mi pecho de tan solo pensar en algo así.
—Que lloren, que griten, que se retuerzan de dolor, que se arranquen las uñas de tanto arañar el suelo en busca de escapatoria —prosigue.