Terminó de atar su zapatilla y tomó sus anillos colocándolos con delicadeza mientras asentía a lo que Michelle decía y sentía como se tiraba a un lado de ella en la cama.
– Que sí, no sé, de algún lado la debo conocer pero nunca hemos cruzado palabra alguna – se encogió de hombros, horas atrás mientras compraban cosas para la fiesta a Leah se le hizo conocida una chica en el supermercado, probablemente la seguia en instagram o quién sabe, solamente le llamó la atención pero nada más, no le tomó tanta importancia como Michelle que al contarle armó toda una historia en su cabeza – bueno deberíamos bajar, ya van a llegar todos y eso - suspiró, en la mañana Isabelle no había tomado dos clases y ni siquiera se juntó con ellas en el día, Leah no lo tomó mal pero le preocupaba un poco la actitud.
– ¿Y si le hubieras pedido el número? – Camz habló divertida mientras salían de la habitación con pereza, todo bien con las fiestas pero organizar no era fuerte de ninguna.
– Solo me llamó la atención por su estilo ¿bien? déjense de estupideces - habló Leah en tono divertido rodando los ojos a lo que sus amigas carcajearon sabiendo que la habían molestado.
La noche había ido de maravilla excepto que Leah tomó hasta casi perder la conciencia para evitar encontrarse a Isabelle para hablar sobre lo que debían, tuvieron una pequeña discusión al inicio y prefirió ignorarla que hacer algo al respecto, sus compañeros la pasaron bien, algunos de sus amigos se quedaron a dormir y otros se habían ido, pero al despertar tal vez ninguno y sobre todo Leah no querian saber de algo igual a lo pronto.
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Después de haber limpiado y haberse dado una ducha quería quedarse en la cama durmiendo y así habría sido si el hambre no la atacaba o más bien la ansiedad y lo raro que sentía nuevamente estar sola el día que tenía planes, luego de la fiesta Michelle tuvo que volver a casa y Camila se había ido noche antes y ya no hicieron lo planeado, así que eran ella y la música una vez más, la música porque la mayoría de sus pasatiempos hace meses que no le llamaban la atención ni aunque estuviera motivada.
Se colocó unas gafas oscuras para salir sin que se le note el rojo de los ojos y las ojeras notarias bajo estos, los auriculares con la misma playlist de cada día sabiéndose de memoria las canciones de esta mientras caminaba al supermercado más cerca que tenía tarareando cada una de las melodías o a veces letras.
Sus pasos eran desganados mientras que a veces daba una vuelta en su mismo eje hasta llegar a su destino, ingresó saludando al guardia en la entrada y caminó hasta el pasillo de las frituras revisando una por una para pasar el tiempo cuando claramente llevaría una bolsa de papas, unas galletas y una soda como siempre, su vista viajó por todo el estante haciendo una mueca de disgusto al no encontrar lo que quería, tomó una bolsa de oreos chocando la mano con alguien.
– Perdón - murmuró sin mirar y buscó las de sabor tradicional con algo de apuro.
– Tal vez lo haría pero es que, yo tomé la última bolsa de oreos tradicionales, creo que son las que buscas - habló la contraria haciendo por alguna razón erizar la piel de Leah la que se dió vuelta mirando a la contraria con una leve sonrisa al toparse con la chica del anterior día, algo que le pareció extraño pero solamente asintió con la cabeza. – Si quieres te la doy, yo puedo llevarme otras - siguió la contraria.
– No te preocupes, está bien, puedo llevarme unos Doritos, que no tienen nada que ver con lo otro pero también me gustan - dijo aclarando su garganta mientras hacía que ver otro tipo de galletas.
– Okay... ¿sabes? ayer te había visto aquí, creo ¿eras tú? - la pelinegra tomó paso junto a Leah por los pasillos del supermercado haciendo reír levemente a esta mientras asentía con la cabeza, pensaba que era su imaginación o que solamente ella la conocía de algún lado, no sabía el porqué pero las palabras no salían tan fácilmente al hablar con desconocidos pero intentó para no verse demasiado seria o tal vez desagradable.
– Estoy segura que si porque también me pareció verte – confirmó antes de tomar la bolsa grande de Doritos y una de frituras variadas - sentía que te conocía de algún lado y fué por eso, creo - se encogió de hombros, sentía algo diferente y eso que habían pasado como cinco minutos al estar con ella, no se sentía acorralada y sentía que si tiraba algún mal chiste la contraria no la juzgaría y eso la hacía sentir bien.
Siguieron hablando mientras Leah tomaba varias cosas como provisiones para evitar salir los siguientes 3 días y la pelinegra a la que todavía no le preguntaba el nombre hablaba sobre una de sus bandas favoritas la cual, casualmente era una de las de Leah, tomó dos botellas de soda y una de bebida energética, su celular emitió un sonido recibiendo un mensaje y otro y así seguidos como quince finalizando con una llamada entrante.
Suspiró dedicándole una leve sonrisa a la contraria mientras tomaba el teléfono y veía el ‘Luv<3’ en la pantalla, simplemente apagó el teléfono ignorando por completo la llamada y los mensajes – ¿te parece si te invito algo mientras oímos algo de música? – preguntó guardando el celular y siendo un tanto directa – y me dices tú nombre, claro - bromeó un poco metiendo de última al carrito que había tomado en medio camino dos bolsas de gomitas ácidas.
– Oh, claro es verdad, me presento soy Ana Sofía, Sophia en realidad pero suena a Sofía, se entiende creo, es un gusto – sonrió acercándose para besar la mejilla de la más alta poniéndose de puntillas y soltando una risa leve a lo que dijo, algo que a Leah, le sorprendió y le dió ternura a la vez – y me parece una idea genial para conocernos, ¡claro que sí! – exclamó con emoción separándose de ella.
– Leah, me llamo Leah también es un gusto – sintió que la sonrisa que tenía se agrandaba un poco más y asentía – bieen, no pasaré este viernes sola al menos – comentó acercándose a la caja para pagar lo que debía.