Sophia // Sus ojos vieron más de lo que deberían.

CAPITULO V

El Gato Que Se Desvanece

 

 

Hacía mucho tiempo no pensaba en mis padres. En sus rostros al menos.

Solo lograba recordar el ultimo y no quería que esa imagen arruinara mi apetito desde temprano en la mañana.

Así que cada noche antes de dormir, hacía mi rutina y leía uno de tantos libros que coleccionaba, tomaba un vaso de leche tibia y contaba del uno al cien hasta quedarme dormida.

Eso había logrado evitar las pesadillas.

Anoche estaba tan cansada que siquiera me acordé que alguna vez tuve pesadillas. 

Por alguna extraña razón soñé que caminaba descalza por un pasillo que no conocía. Mi madre estaba sentada en el suelo tomandose la cabeza como si un ruido ensordecedor le estubiera molestando. Pero no había ruido alguno.

Todo era completo silencio.

Quise hablar con ella,así que me arrodillé y la ví a la cara. 

__Mama.. -pero mi voz no estaba allí. -

Ella no lograba oírme, así como yo tampoco podía acariciar su morado rostro. 

No lo entendía. 

La puerta detrás de ella estaba entornada así que me estiré un poco y vi cautelosamente lo que había dentro.

Ha de ser uno de tantos monstruos, porque la oscuridad era su sitio y no lograba describir tal oscuridad. Tan solo había una tenue luz que se iba apagando de a poco. ¿Que clase de habitación era esta?

Mamá apretaba su cabeza con mas fuerza, pero ya no lloraba como entonces,justo a tiempo para cuando la pequeña y debil luz se consumió. Todo a mi alrededor se tornó oscuro y ya no diferenciaba a las personas de la penumbra. 

__Mamá!!? Papá!!? 

No le conté mi sueño al Sr Clain. Que era aquello que no tenía significado ninguno? 

Jamás he visto a mi madre así, o ese pasillo infernal. Tampoco aquella habitación. 

Por alguna razón sentia que contar aquello me metería en problemas. Así que omití ciertas cosas redundantes. 

 

La puerta en mi habitación sonó y el Sr.Clain entró dandome los buenos dias calurosamente.

__Buenos dias! -Eran las seis de la mañana y el ya iba vestido de uniforme, supongo que se tomaba muy enserio su trabajo desde el comienzo hasta el fin del dia -

__Hice el desayuno. -sonrió- Te gustan los hot cakes? -asentí-

__Hay miel de maple? -el sonrió inagotablemente y me levanté apresuradamente para correr al comedor.-

Parecía el prospecto perfecto de cualquier mujer. Trabajador, cuidadoso, guapo, buen cocinero. Hasta raro era que la única chica en su vida ahora era una huerfana rara y timida como yo, por la cual ningun familiar pelearía .

__En que piensas? -el me vió fijo-

__No me queda familia? O es que tan solo nadie quiere a una niña como yo ?

__No digas eso Sophi. Si alguien no se da cuenta de lo maravillosa que eres, ellos se lo pierden. Entiendes?

__Pero  no soy tan maravillosa. -Él me sonrió con paciencia y me miró con calidez- 

__Es que aún no lo has notado?.

__Hay mas Hot cakes? -quice desviar la conversación y ocultar la pequeña lagrima que asomaba por el rabillo del ojo.-

__Claro..

 

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Era raro no oír el cacharro que tenía por transporte toser antes de irse a trabajar. 

Pero mas pronto que tarde y lamentablemente en unos días ya estaría como "nuevo" y en "pleno" funcionamiento.

Clain iba a trabajar mientras yo me quedaba en casa estudiando o leyendo. No habría problemas. Dos guardias de tamaño algo exagerado y dudosa genetica custodiaban la entrada. Aunque con lo pequeño que era el lugar con uno bastaba. 

Mi libro favorito. Anna contra el mal. Era un libro que no me dejaba de gustar. Si bien era un libro para personas de 4 a 9 años y hablaba sobre una niña que luchaba contra los monstruos debajo de la cama, yo amaba ese libro. 

Y mediante fui creciendo lo interpreté distinto cada vez que lo leía. Todo comenzó con mi miedo a la oscuridad. El miedo al coco, el mounstro del armario, la sombra debajo de la cama. Pero luego sentí que peliaba tan solo contra la oscuridad de su corazón; contra su propio miedo. Contra si misma.

Era un buen libro. Tan simple y tan fascinante. Como es que una niña de cuatro años lo entendería?.

  ¿Quien me lo había obsequiado?

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La tarde pasó diligente frente a mis ojos y aún así no la ví llegar; hasta que el Sr. Clain cruzó el umbral de la puerta. Pateando el piso con sus botas grandes y negras; quitando la tierra aglomerada en la suela de los mismos.

 Se quitó la campera azul y con ella se quitó el puesto.

__Como fue tu día Sophi?

__Interminable.

__Lo siento. No puedes salir por ahora. Pero te prometo que mas pronto que tarde...

__Siempre dices eso. pero ya no me quedan libros que leer... 

__Eso se puede arreglar. -sonrió y quitandose las botas, dejandolas en la entrada caminó descalzo hasta su cuarto-

__Como? Aqui no tienes libros.. lo mas parecido que he hallado a uno, es un manual de como armar ese estante en mi cuarto, y sinceramente no creo que lo hayas leído. -Yo lo hubiera hecho mejor.-

Caminé hacia el cuarto de baño para lavar mis dientes y cuando me estaba por meter en la cama Clain entró en la habitación. 

__Quieres que te lea antes de dormir?

__Así que si lees... -Él sonrió y al sentarse a mi lado abrió el pequeño libro en la primera página -

__Alicia comenzaba ya a cansarse de estar sentada con su hermana a la orilla del río, sin tener nada que hacer...

El cuento era divertido y legible para la yo de ahora. Aunque no entendía como un libro así era para niños. Una Dictadora sanguinaria, Floresillas envidiosas; depresion constante y desesperación.




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