Sorin
He estado pensando en lo que dijo el Comodín. ¿Cómo sabe quién soy? Ozias y Reki conoce al Comodín. Ellos trabajan para el Comodín. ¿Ahora el criminal más buscado quiere que trabaje para él?
No he dormido en toda la noche, no miré la hora. ¿Acaso estuve despierto toda la noche? Me levanté de mi cama preparándome para ir a la academia. Mi madre notó que no dormí para nada a noche así que decidió darme café. Me llevé mi almuerzo hacía la academia. Llegué hacía la academia, me encontré a Evan esperando en la puerta de la entrada.
Evan- Sabía que saldrías con vida! – Dijo en un tono de alegría. – Qué sucedió a noche? ¿Con quiénes estuviste a noche? – Preguntó. Estaba demasiado agotado que no quería venir a clases o responder las preguntas de Evan.
Sorin- Evan, desearía decírtelo. Pero, temo demasiado aquella persona – Dije. Evan arqueó una ceja.
Evan- Bien. No hay ningún problema. – Dijo, se retiró de la entrada. – Tengo que irme.
Sorin- A dónde irás? – Pregunté.
Evan- Tengo adeudos que hacer, el día de hoy no asistiré a clases. – Se retiró. Suspiré. ¿Acaso tengo que hacerlo? Me apresuré realizar mis exámenes. Así tendré oportunidad en investigar un poco sobre el comodín y acompañar a Evan.
Las clases terminaron. No he visto todo el día a Ozias y Reki. Zehra ha estado actuando muy extraño, siento que me estuviera siguiendo. Entré al baño de los hombres, me observaba hacía al espejo. Cuando escuché la puerta abrirse, miré a una chica entrar.
Sorin- ¡Zehra! E… este es el baño de los hombres. – Mi voz sonó temblorosa. Rodeó sus ojos.
Zehra- Ya sé que es el baño de los hombres. No necesito que me recuerdes, yo sé cual es el baño de los hombres y mujeres. – Aclaró. – Solo vine en decirte algo. – Se acercó hacía a mí. – El Comodín no le gusta que rechacen su propuesta.
Sorin- Q… qué pasa si lo rechazan? – Pregunté.
Zehra- Irá detrás de ti hasta que amanezcas muerto en un acantilado. – Dijo. Tragué saliva. – Por cierto, no olvides J.O.K.E.R – Zehra se retiró dejando la dirección a dónde debo ir.
-No tengo otra opción que aceptar, Zehra acabó de entregarme la dirección. – Pensé. – Haré lo que me diga y terminaré con esto.
Salí de la academia. Fui directo hacía un callejón. Las paredes estaban grafitadas, había varios tipos con tatuajes fumando cigarrillo y bebiendo alcohol. En ambos lados había puertas que muy apenas se podía distinguir que es puerta. Di la siguiente vuelta del callejón. Miré una mujer salir, tenía poca ropa lo cual se vistió provocativa. Detrás de la mujer sale un hombre. No querrá saber lo que estaban haciendo. Seguí caminando hasta que me encontré a Dax y Bonno ahí. Traté voltear hacía otro lado para que no me reconociera. Por suerte llegué hacía la dirección. Toqué la puerta tres veces hasta que abrió una mujer.
-¿Contraseña? – Preguntó la mujer con una bata blanca.
-¿Contraseña? – Pensé. – ¡¿Cómo carajos sabré la contraseña?! – Si cometo algún error de seguro saldré muerto. Estuve recordando lo que dijo el Comodín. Recordé lo que dijo Zehra antes de salir del baño.
“No olvides J.O.K.E.R”
Sorin- J.O.K.E.R – Dije. La mujer me observaba en silencio. De seguro era la contraseña incorrecta. La mujer se quitó del camino.
-Adelante. – Dijo. Entré, miré que el lugar era tipo laboratorio. ¿Dónde carajos me vinieron a enviar el Comodín? La mujer se acercó hacía un tipo herido. El tipo me observó. – A que se debe tu presencia? – Preguntó mientras sanaba al tipo. – Eres nuevo por aquí, deberías tener cuidado por dónde vienes niño.
Sorin- Lo sé. – Aclaré mi garganta. – El Comodín me envió aquí. – El tipo se sorprendió. La mujer sonrió.
-Finalmente el Comodín salió de prisión. Ya hacía falta que el criminal más buscado regresara. – Dijo. Dejó al tipo y abrió una caja. – De seguro le llamaste la atención y por eso te puso a prueba.
-Los rumores del Comodín corre más rápido de lo que pensé. – Pensé. La mujer se acercó hacía a mí, me entregó un paquete. El paquete estaba envuelto con papel color café. Tenía una etiqueta de una de las empresas.
-La etiqueta despistara el paquete. Así que no tendrás problemas de llevarlo así. – Dijo. – Solo que el único problema es salir del callejón, así la policía se dará cuenta. Tu mismo tendrás que arreglártelas.
Sorin- Está bien. – Miré al tipo, me estaba observando desde que entré. Me sentí un poco incómodo y nervioso estar aquí. Agradecí a la mujer y me retiré de ahí. Empecé a caminar por dónde vine, hasta que me encontré a Bonno y Dax.
Dax- Vaya, es una sorpresa ver a Sorin por aquí. – Dijo.
Bonno- Nunca pensé que Sorin, el chico débil recoge drogas. – Añadió.
- ¡¿Acaso este paquete contiene drogas?! – Pensé. Seguí caminando ignorando a los chicos. Dax y Bonno se estaba riendo de mi cuando de repente miré una puerta abrirse, miré a Adrián salir de ahí junto con una mujer Adrián le entregó un paquete de dinero, luego volteó hacía mi dirección.
Adrián- ¿Tu qué haces aquí idiota? – Preguntó irritado. No le respondí, seguí caminando hasta que miré varios tipos detenerse enfrente de mí. Ahora si entiendo por que la mujer dijo eso. – No irás a ningún lado. Ya eres un hombre muerto.
Bonno y Dax se acercaron hacía a Adrián. Miré otro callejón que estaba al frente de mí. Los tipos se estaban acercando poco a poco hasta que decidí correr por el otro callejón.
Adrián- ¡Detrás de él! – Gritó. Los chicos venían detrás de mí, corría. Mientras empujaba a las personas me disculpaba. Había dos caminos, decidí tomar la derecha. Luego cambié de camino. Llegué a un lugar dónde no había salida. Adrián y sus amigos me encontraron. Miré en la mano de Adrián que tiene un bate de metal. La puerta se abrió, una mujer salió de ahí, entré hacía aquella puerta. Adrián y sus amigos me empezaron a perseguirme. Subí hacía las escaleras hasta abrir una puerta. Estaba en la azotea de un edificio.