↝↜Edward↝↜
Me acosté en la cama cansado, acababa de volver a mi casa. El teléfono de mi habitación sonó de imprevisto, normalmente no recibía llamadas de nadie, excepto de mi mamá y esporádicamente de Valeria, pero desde que mi padre había obtenido mi custodia mi mamá no había vuelto a llamar.
-Buenas noches ¿Quién habla?- conteste mientras me quitaba los zapatos y me colocaba el pijama
-Hola Edward- respondió una voz robotizada que me produjo un terrible escalofrío
-¿Quién habla?- pregunté nuevamente
-Alguien que quiere ayudarte a cumplir tus sueños, sé que necesitas patrocinadores influyentes y quiero hacer un trato contigo
-Eso es con el productor- conteste un poco nervioso mientras me disponía a ir hasta la habitación de mi padre
-Yo te recomiendo que me escuches antes de hacer cualquier cosa, estando en tu cuarto solo los empleados suelen desentenderse de sus obligaciones- me detuve sosteniendo la perilla en la mano con miedo
-¿Qué quiere? Mi padre es el que tiene dinero, yo no tengo nada, de verdad- me empecé a sentir aterrado
-Calma muchacho, no soy ningún estafador ni nada por el estilo. Solo necesito tu colaboración
-¿Con que?
-Hace dos años ocurrió un asesinato, los principales sospechosos eran Valentina Lorens, Santiago McCartney y Jimena O’Pherer. Pero el caso se cerró y la muerte fue hecha pasar por un accidente de auto. Todas las pruebas del caso desaparecieron misteriosamente. Jimena desapareció y todo el que intenta investigar a Santiago o a Valentina, termina muerto, loco o desaparecido- pase saliva aterrado
-Yo no sé nada de eso, se lo juro, ni siquiera vivía aquí hace dos años
-Lo sé, pero tú tienes la facilidad de entrar en la casa de los Lorens sin llamar la atención
-No puedo ayudarle, además está cometiendo un delito, soy menor de edad y debe ponerse en contacto con mi padre si desea hablar conmigo- colgué la llamada con miedo y me dispuse a salir. Una luz roja de láser pasó por mi puerta, haciéndome retroceder asustado, me giré hacia el espejo y vi que tenía el punto en la frente, las manos me empezaron a temblar y los ojos se me llenaron de lágrimas. El teléfono sonó de nuevo así que conteste.
-Sería una lástima echar a perder tu alfombra- hablo la voz robotizada -Hay un franco tirador apuntando a tu cabeza, un disparo silencioso y certero acabaría con la vida del único hijo del doctor Harris, sería una pena que su hijo menor también muriera, seguro el senador Lorens haría hasta lo imposible por descubrir al culpable de tu asesinato, pero pasarían años antes de que logara saber el motivo de tu muerte- sentí los ojos llenárseme de lágrimas por la angustia, estaba más que asustado, estaba aterrado.
-¿Que quiere?- estaba al borde del colapso por el miedo que sentía
-Que nos colabores, las pruebas contras Valentina Lorens desaparecen, pero si logras darnos algo concreto que demuestre su inocencia o su culpabilidad el caso habrá terminado para ti- mi labio inferior temblaba y mis manos también, seguí mirando la luz roja sobre mi cabeza y mi respiración era cada vez más agitada- si nos colaboras tendrás los patrocinadores, fama y a tu padre fuera de todo esto- se hizo un silencio prolongado que fue interrumpido por la voz robótica de nuevo- Si no lo haces, comprenderás que no podemos dejar que nadie sepa de nuestra existencia, así que tendré que dar la orden de que disparen- alce la mirada hacia la ventana asustado, no podía ver nada más allá de oscuridad.
-¿Por qué yo?- pregunte sin entender la razón
-Podría darte muchas razones, pero te daré una, porque tu padre esta hasta el cuello en todo esto por proteger a alguien que posiblemente cometió un asesinato
-¿Y si Valentina es inocente?
-Seis de mis mejores agentes han sido asesinados en el último mes por investigarla, si es inocente ¿Que oculta entonces?- ahogué un sollozo al comprender que solo tenía una opción
-Pero igual no puedo ayudarle en nada, no sé nada acerca de ella
-Claro que sí, puedes comenzar diciendo ¿Quién era la persona con la que se fue en tu auto?
-Alan Caycedo- mi labio empezó a temblar y se me dificulta hablar
-¿A dónde iban?
-No lo sé- respondí- ella no es mi amiga, me enteré por accidente
-¿Esperas que crea que le prestaste tu auto favorito sin saber que iba a hacer con él?
-Valentina no es alguien a quien se le pueda decir que no- el haz de luz desapareció haciendo que un poco de tensión se fuera- me pidió mi auto y tuve que prestárselo
-Bien, te creo- respondió la voz robotizada- está de más decirte que nadie puede enterarse de esta conversación, si eso sucede todo el que sepa morirá. Tengo ojos y oídos en todos lados- su amenaza me intimido mucho así que solo guarde silencio y asentí- bien, tendrás los patrocinadores mañana mismo y tu primer trabajo también- la llamada se cortó, deje caer el teléfono y me deje caer al suelo asustado, me lleve las manos a la cabeza y empecé a llorar con desespero.
¿Qué había hecho yo para que me sucediera eso?
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Editado: 14.07.2021