¡¿soy una maldita loli?!

Capítulo XI: ¡Demonios eres un maldito Genio!

Varios días después…

La maldita mazmorra está repleta de animales y criaturas grotescas, pero no son rivales para mis puños de loli rota.

Uno tras otro sufre mi furia, mientras Norman invoca bolas de fuego y los lanza contra insectos de nivel bajo, lobos de nivel casi bajo, y algunos golems, complementándonos al mismo tiempo.

Sin embargo, ambos somos ofensivos, sería un verdadero problema encontrarnos con la situación de que alguno de los dos sufra una herida. Por eso me volteo y le recomiendo:

 

Meridithia: “Norm…WAAAAAAAAAAAAAHHHH!!”

 

Cuando intento dirigirme hacia Norman, me encuentro con su rostro cerca del mío asustándome:

 

Meridithia: “Maldito idiota!! ¿Qué crees que haces? ¡¿¡¿Quieres darme un infarto?!?! ¡¡Maldito tarado!!”

Norman: “Wo wo wo, calmate!! Pensé que lo mejor es mantenernos juntos, ya que no somos curadores”

Meridithia: “Entonces lo pensaste antes que yo? Tsk! ¿Digno del estratega Oda Nobunaga” — piensa con una sonrisa— “Bien…que dices si nos deshacemos de estos idiotas?”

Norman: “Es una gran idea…”

 

Entre el fuego de la magia de Oda, y mis violentos puños, nos abrimos paso  hacia las criaturas que caen como fichas de dómino, y automáticamente nos otorgan experiencia.

Durante unos días, pudimos reunir mucha experiencia, al punto de que yo incremente alrededor de 4 niveles, mientras que Oda apenas 2.

Aun me falta mucho por comprender este mundo, y una de esas cosas es la del sistema de niveles…

                                              

                                                                                         ***

Mientras tanto en el atardecer que llega a la ciudad portuaria…

Rudolph mantiene una extensa reunión en la oficina junto con sus oficiales.

Durante varias horas discuten sobre las campañas en oriente y la necesidad de más mano de obra:

 

Rudolph: “Es imperioso que ese cañón esté listo, cuanto antes”

Dorialice: “Por supuesto mi Fuhrer, solo debemos encontrar más aldeas y puebluchos, allí se esconde mucha mano de obra” — levanta con su dedo índice los anteojos

Rudolph: “Dígame Fraulein…”

Dorialice: “Si, Herr Fuhrer?

Rudolph: “Cuanto tiempo se estima la llegada de ellos?”

Dorialice: “Diría que un par de días. Y traen consigo unos trescientos esclavos, entre ellos más de la mitad son niños” — exclama indiferente

Rudolph: “Oh, excelente. Cuanto más niños mejor, o no…Marco…Shtaofemberg?” — mira con tono de burla y sonrisa de satisfacción

Marco: “Si…mi Fuhrer…”— responde serio pero intranquilo

Rudolph: “Te conviene que sea así. O tu querida hija dejara de comer, vivir, y vestir bien”

Marco: “Tsk! Bastardo hijo de puta…”— piensa con odio

Rudolph: “Quien diría que te encontrara por aquí, y además con esposa e hija. Aunque es una pena que ella muriera tan joven, dejándote como padre soltero. Una verdadera pena”

Marco: “Maldito…”

 

Después de fallar en uno de los atentos más importantes contra Hitler, en su anterior vida, Marco fue ejecutado, y enviado hacia ese mundo de fantasía, donde pudo encontrar una esposa y formar una familia, con una hija, y un hogar lleno de paz. Pero todo eso cambio cuando Hitler llego a aquel mundo, y puso todo de cabeza, cubriéndolo todo de guerra e infelicidad, todo eso en apenas cinco años.

Para evitar que Marco se subleve, el Fuhror mantiene cautiva a la pequeña Eubrilde, mientras que el paradero de su madre es un verdadero misterio que ni el mismo Hitler sabe.

La tensión aumenta a medida que Rudolph se burla cada vez más de Marco.

En un arrebato de ira, Marco se levanta para golpear a Rudolph, pero la mano derecha del Fuhrer, Dorialice, detiene su movimiento y una intensa aura que la rodea, doblega las intenciones del oficial, haciendo que regresa al asiento.

Entre los oficiales, una mujer hermosa de cabello dorado interrumpe el ambiente con unas palabras sabias pero que para el Fuhrer representan rebeldía:

 

Ershia: “Si hay tiempo para estas tonterías, también deberíamos vigilar los pasos de los enemigos en el bosque, ¿no lo creen?”

Rudolph: “Tienes toda la razón…maldita…Ershia…Rommel”

Beatrice: “Opino como mi amiga Ershia de grandes pechos a quien quiero más que la descerebrada de Dorialice” — alza su voz mientras levanta la mano

Rudolph: “Jajaja, me parece muy bien Beatrice”

Dorialice: “Maldita enana plana” — responde ofendida

Beatrice: “¿Oh, te ofendí? Ershia es tetona, pero más agradable que tu”

Dorialice: “Para que sepas…los pechos de Ershia tiene dos centímetros menos que los míos”

 

Dorialice se acerca a Beatrice y la empuja con sus grandes pechos:

 

Beatrice: “Esos dos centímetros menos deben ser de cerebro porque no has hecho o dicho nada inteligente” — le responde con una sonrisa burlona

Dorialice: “Te matare!” — la mira amenazante

Rudolph: “Ya chicas. Ershia tiene mucha razón, tenemos mano de obra Goblin por explotar en el bosque,  podríamos enviar un grupo de captura”

Dorialice: “Es una idea brillante mi señor”

Rudolph: “Ershia…”

Ershia: “Señor?”

Rudolph: “Serás capitán del grupo, ve y trae a esos Goblins”

Ershia: “Si señor” — responde firme y luego se marcha para reunir a las tropas




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