¿soy una villana?

05_ Carta de triunfo

Era un momento que Sofía esperaba, pero estaba sucediendo mucho antes de lo que se imaginaba, por estar en un lugar que anteriormente no había estado.

En el pueblo, las personas iban y venían y allí, cerca de una fuente con aguas no muy limpías, se encontraba ella, con la mirada perdida, su bello cabello rubio y largo, moviéndose por el viento, sus preciosos ojos azules y su piel clara tan llamativa, mientras pájaros estaban sobre sus hombros y alrededor de ella, como todo una princesa.

¿Cómo sabía que era ella si antes nunca la vio cuando era niña?

Era simple, uno de los motivos eran los pajaritos que la seguían como toda buena protagonista, y el otro motivo era por el hecho de estar sentada en una silla de ruedas.

-Hola, Naomi Sol.- saludo la de ojos grises con una leve sonrisa en su rostro.

Las pequeñas aves, como si de un terrible depredador que se le acercase se tratase, al oír la voz de Sofía, huyeron alborotados mientras la ojiazul la miraba, en shock.

-Yo... ¿nos conocemos?- preguntó la niña, con una sonrisa nerviosa.

No recordaba haber visto jamás a ésa niña y no le guardaba juzgar a alguien que no conoce, pero... a pesar de ser linda y verse algo inocente, sentía miedo.

-No, pero lo haremos, después de todo, soy la persona que más la odia, por arruinar mi vida.- respondió Sofía mientras ampliaba una gran sonrisa dulce en su rostro.

La rubia, se asustó al oír tales palabras.

¿Cómo es éso que no se conocen pero le arruinó la vida?

-Yo... no podría hacer nada aunque quisiera.- exclamó Naomi, apoyando sus manos sobre sus piernas.

Sofía, sonrió con burla, viendo las piernas de su enemiga.

¿En verdad ésa tonta ex protagonista cree que la puede engañar con éso?

-En verdad, esta vez no podrás aunque quieras.- dijo Sofía, siguiendo su camino.

En el pasado, la agarró desprevenida, pero ahora, por cada error pasado, ya pensó cinco soluciones diferentes para cada evento.

-Mis disculpas, señorita, pero no podía desperdiciar ésa oferta.- dijo Lara, acercándose con una bolsa con pan.

Pagaba dos kilos y le daban un kilo gratis.

-Nos vemos luego, Naomi Sol.- dijo la de ojos grises, pasando cerca de su opuesto que se vio desconcertada.

Ésa aterradora niña de ojos grises decía cosas confusas, pero se veía como alguien de buena posición económica, así que no la quería tener de enemigo.

-Lo que haya hecho para ofenderla, me disculpo.- dijo la rubia, no queriendo tener a un enemigo.

Sofía, que ya la había pasado, se detuvo mientras Lara se acercaba, confundida.

-El hecho de que te disculpas por todo, es lo que más odio de ti.- dijo Sofía, antes de seguir con su camino.

Ver otra vez a su peor enemiga, la hacían sentir muy enojada, pero debía mantener la calma y seguir siendo paciente.

No importa que ahora ella sea la protagonista de la historia, estaba segura que ésa tonta siempre sería un problema para cada uno de sus planes.

-¿La conoce?- preguntó la sirvienta, con seriedad.

Sólo se alejó unos minutos y ésa niña le declaró la guerra a alguien que ni conocía.

Antes la señorita Sofía era un dolor de cabeza, a diferencia de ahora, pero, ¿no podía ser una dulce e inocente niña normal?

-Supongo que no.- respondió Sofía, intentando recuperar su buen humor.

Imaginar a la tonta protagonista y a sus tontos seguidores, arrodillados ante ella y pidiendo clemencia... que bonito lugar de paz.

-Genial, ahora la señorita también molesta a personas desafortunadas que no tienen movilidad en una parte de su cuerpo.- dijo Lara, dando un suspiro agotado.

¿Será qué al crecer la señorita cambiaría para bien?

-Se le dice paralítica, no intentes hablandar las cosas.
Además... las apariencias engañan y hasta la más bella flor, puede engañar en algo.- exclamó Sofía, susurrando lo último con su ceño fruncido.

Nunca le interesó conocer sobre ésa patética protagonista, pero sabía gracias a su inútil ex prometido, que ella en el pasado vivía con una familia que la hacían fingir tener discapacidad para ganar dinero, revelandose luego que ella en verdad era hija de una familia de nobles, donde ya no tuvo que fingir más su discapacidad.

Tuvo una niñez difícil, pero no le importaba, después de todo, ella fue la causante de que su vida concluya luego de ser humillada una y otra vez.

-¿Por qué quiso venir conmigo?- preguntó la chica, curiosa.

-¿No me crees cuando dije que quería salir a caminar?- preguntó la niña mientras sonreía de manera inocente.

-Con todo respeto, sólo cuando dice cosas malvadas le creó.- respondió la ojiverde con honestidad.

Sólo era una niña y a pesar de que gran parte del tiempo se mostraba inocente, no lo era.

-Estoy buscando a alguien.- exclamó Sofía, sin darle mucha importancia.

Realmente, no le importaba mucho ocultar sus verdaderas intenciones y mucho menos a Lara que a pesar de posiblemente tenerle algo de miedo, nunca la iba a traicionar, y en el caso contrario, ya sabía como deshacerse de ella si era necesario.

-¿A quién?- preguntó la sirvienta, con curiosidad.

Ésa niña podía ser una noble, pero... ni siquiera las demás hijas de nobles querían pasar tiempo con ella por su antiguo temperamento.

-¡Agarrenla!

La voz de un hombre se oyó y voltearon para ver como tres hombre tacleaban a una niña sin hogar, con cabello gris, ojos dorados, piel bronceada y una cola como de lobo.

-¡¿Cómo tiene tanta fuerza?!- preguntó uno de los hombres, sosteniendo el brazo izquierdo de la niña con todo su cuerpo, con mucha dificultad.

-A éso.- respondió Sofía, con una leve sonrisa malvada.

Una enorme carta de triunfo de la que antes se deshizo por no serle útil, había sido encontrada.

-Señorita, ésa persona... es una niña bestia, no debe...



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En el texto hay: fantasia, humor, aventura

Editado: 29.06.2021

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