CHAPTER TWENTY TWO
— ¿Vienen a darnos pastel? —era la voz de Ryan la que escuchaba.
No pude evitar sonreír.
Escuchaba sus pasos más cerca— cálmate Ryan —y hasta ese momento creí pensar que tenía todo bajo control, hasta el momento en que él cruzó la esquina de la pared y me miró, su mirada se endureció al verme y quedó estancado en la cima de la escalera.
Lo sabía, no le agradaba mi presencia aquí.
Pero Ryan, Ryan me miró y sonrió— ¡Alexa! —y con gran admiración bajo las escaleras en busca de mí, así que olvidé por un momento a Liam y me dispuse a saludar a Ryan.
— Hola —
— es una locura, creí que no te volvería a ver, bueno, no hoy, tal vez mañana sí, pero —estaba demasiado ansioso, hablando muchísimo— apareciste entonces y con un pastel, espera ¿Lo cocinaste tú? —sus ojos destilaban mucha felicidad, sus mejillas tenían hoyuelos, era demasiado tierno.
Sonreí— no, los hizo mi mamá —volví mi mirada a mamá, con intención de presentarla, pero para entonces ya era demasiado tarde, había olvidado a Liam y mamá ya había captado al chico con su mirada.
Una lágrima rebosó por la mejilla de mamá, su sonrisa por un instante se apreció, esa sonrisa que siempre tenía cuando veía a Andrew, esa sonrisa que siempre cargaba cuando Andrew llegaba a casa.
Mamá tapó sus labios.
Respire hondo, tratando de mantener la cordura y aún con el pastel en manos, debía hacer que esto fuera lo más natural posible, aunque Liam ya la estuviera viendo llorar, podía sentir como Ryan fisgonea el pastel abriendo la cajeta delicadamente.
Volví a Ryan y sonreí— será mejor que lo lleves a la nevera para que se conserve —aconseje con la esperanza de que aceptará.
— será un placer —
Dejé el pastel en manos de Ryan y lo ví irse, la misma trayectoria recorrí con la mirada para encontrar a Liam bajar las escaleras con una mirada dura hacía mamá, bajaba poco a poco, como sino soportará ver a mamá, como si algo no le gustara.
Fruncí mi ceño y tome la mano de mamá, con la intención de llamar su atención a mí y no a él.
Sus ojos llorosos y su mano en sus labios, había recordado a Andrew y no era un secreto.
Me gustaba que aún lo recordará con amor.
— es él —
Pero sabía que no lo era— es Liam Salvatore, mamá —intente persuadir, aunque me estuviera destrozándole el corazón negando que era el amor de mi vida reencarnado en otra persona.
— pero, él… —mamá volvió su mirada a Liam y ladeo la cabeza entrecerrando sus ojos.
Liam mantenía su postura erguida y con sus manos en los bolsillos, mirada seria
y su cabello despeinado, con un abrigo gris y pantalones de lana. Parecía que recién se había despertado.
— mi Dios, se parece tanto —al final, mamá termino aceptandolo y riendo con lágrimas en los ojos— es como ver al mismo Andrew en persona —
Mordí mi labio inferior, para no reír con ella porque de algún modo, me agradaba verla reír después de sus lágrimas y después de una tensión tan fuerte que al final, pudimos resolver.
Liam alzó su ceja expectante, pero solo fui capaz de mirarle por un segundo y bajar la mirada al suelo.
Bien, salió mejor de lo que pensé.
Lo siguiente que paso fue rápido, pero en un silencio incomodo, con mi vestido corto negro y mis botines termine sentada en la mesa de los Salvatore con una incomodida increíble, no solo por estar en una casa que no era mía, sino también por la miradas furtivas que tenía con Liam, porque cada que intentaba verle él también lo estaba haciendo.
Y me era imposible no mirarlo cuando él se parecía tanto a Andrew…
— no, no sabía que conocías a los jóvenes Salvatore —pero mamá de vez en cuando me metía en la conversación.
— sí, conocí a Ryan mientras paseaba a el perrito —
El señor Salvatore sonreía y asentía encantado con su trozo de dulce en mano y una taza de café en la otra.
¿Quién tomaba café en la noche?
— paseamos con el cachorro por toda la cuadra —y claro que Ryan diría algo, con su hiperactividad al máximo, Ryan sonreía feliz con el dulce en el plato frente a él— por cierto, papá, Alexa también va al North High —y de un momento a otro parecía ser yo el tema de conversación.
Solo era capaz de desmenuzar el pastel y comerlo a pocos bocados, aún sintiendo que la mirada del mayor hijo Salvatore me miraba con recelo. Suspire nerviosa.
— ¿es eso cierto Alexa? —
Y ahora el señor Salvstore me llamaba, con una sonrisa y medio glaseado de dulce a un lado de su mejilla, creo que a este hombre realmente le gustaban las visitas.
Trague el trozo de dulce y asentí— sí —mire a mamá quién abría sus ojos con fuerza, fruncí mi ceño.
Conocía ese lenguaje visual, mamá quería que dejará de ser tan cortante, baje la mirada y parpadee muchas veces suspirando, no sabía qué más decir, ¿por qué me obligaba a algo así?
— sí, toda mi secundaria, de hecho —masculle algo insegura, porque no creía que realmente eso le interesará al señor Salvatore.
— magnífico, Liam y Ryan irán este año a esa escuela ¿no es maravilloso? —
— ya se lo he dicho papá —Ryan emocionado miró a su padre y luego a mí— Alexa irá con nosotros, puedes decirle a Liam que te lleve a la escuela, para irnos juntos —
Mi corazón se aceleró de gran manera, mientras el señor Slavatore asentía y Liam tosía, creo que se había atragantado con un poco de pastel o… del comentario de Ryan.
Me removí en mi asiento— oh vaya, eso suena muy bien, Alexa antes iba a la escuela con… —mire a mamá, pero se detuvo en un suspenso al saber lo que iba a decir y rió nerviosa— bueno, al final es ella la que decide —
— sería genial Alexa, piensalo —
Ryan emocionado se aproximó a exaltarse en su silla con sus ojos bien abiertos y una sonrisa que casi podrían verse hoyuelos en sus mejillas.
Pero aún así no creía que fuera correcto, mi mente me fallaba de vez en cuando y no creía que Liam quisiera llevarme después de lo que ha pasado con nuestra primera impresión.