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Marlene
-Bueno chicos, esto lo quería hacer por otras razones y no por que no me estuvieran poniendo atención en clase-comenzó la maestra-Marlene tu sabes que en nuestra adorada institución de East Milton High es una tradición la obra de teatro del inicio de las festividades de Navidad, este año será Romeo y Julieta-continuó con un tono cauteloso como si hablando así nos fuera mas sencillo captar lo que nos estaba diciendo<<que no lo diga, que no lo diga, que no lo diga >>-así que ustedes serán los protagonistas<<lo dijo>> muchas felicidades chicos-concluyó.
-Eso no puede ser, ósea hay un club de teatro, muchos alumnos querrán estos papeles-hablé sintiendo que se me acababan las palabras.
-Si hay un club de teatro del cual yo soy la directora y por lo tanto elijo quien hace o no cada papel y los he elegido a ustedes, no hay marcha atrás a menos de que se quieran ganar puntos negativos en disciplina.
Miraba a la maestra y después a Mauro tratando de que imaginar que era una pesadilla y que pronto iba a despertar, pero no. La maestra tenía su gesto autoritario de que nada la haría cambiar de opinión y…Mauro, él parecía ido, lejos de la escuela, creo que asimilando lo que nos acababan de pedir, era mas que obvio que no soportábamos estar juntos y ahora aparte de ser compañeros de clase y vecinos ahora también teníamos que pasar horas y horas de ensayo para la famosa obra de la escuela, si estábamos en septiembre eso quería decir que mínimo dos meses eran los que compartiríamos tiempo fuera de clases.
-Esta bien miss, lo que usted diga- por fin habló y desee que nunca lo hubiera echo.
-Muy bien, me alegra escuchar eso joven Bustamante-le dijo la maestra sonriendo satisfecha- y tu Marlene, ¿Qué dices?-Me preguntó, no tenia mas opción, puntos negativos en conducta eran mala referencia para la universidad y no podía darme ese lujo.
-También acepto miss Anna-dije de mala gana aceptando mi cruel destino.
-Genial, eso es perfecto mañana por la mañana les daré los horarios para que programen sus demás actividades.
La maestra salió del salón dejándonos solos.
-Muy bien Julieta vámonos tenemos que hablar-dijo Mauro
-No me digas Julieta, además quedamos que en mi casa-le dije y salí a toda prisa del salón.
Cuando llegué a casa encontré una nota de mi mamá diciendo ella y papá fueron a revisar algunos pendientes de la fundación que preside la empresa de papá y que posteriormente iban a cenar con Lucrecia y su esposo, los vecinos.  Y mi hermano había salido con su novia. Me dirigí a mi cuarto para quitarme el uniforme y adelantar un poco la tarea para el día siguiente. Poco después alguien llamó a la puerta y supe que había llegado Mauro.
-Hola, pasa-le dije haciéndole un gesto con la cabeza indicando que entrara.
-Como te dije en la escuela, ya se como me vas a pagar los daños causados a mi queridísimo Roll Royce.
Cuando me disponía  a hablar entró Lilia a la sala
-¿Gustan algo de tomar? Tengo agua de frutas recién echa-nos dijo
-Si, por favor-le contestó Mauro
-Yo también Lilia, gracias-le dije y acto seguido salió hacia la cocina
-Estoy ansiosa por saber que gran idea se te ha ocurrido para fastidiarme ahora-le dije tratando de mostrar seguridad para que supiera que no me iba a intimidar.
-Bueno, solo te recuerdo que tu dijiste que ibas a pagar el daño, lo que fuera para saldar tu deuda ¿ok?-me dijo buscando las palabras justas para que no pudiera negarme.
-Sí, lo recuerdo y como no me conoces para que te vallas enterando yo siempre cumplo lo que prometo-le respondí aunque realmente comenzaba a sentirme nerviosa.
-Prefecto-tomó una pausa en lo que Lilia dejaba los vasos de agua frente a nosotros-lo que quiero es que como pago por el penoso incidente, es que vallas conmigo al baile de bienvenida.
-¿Qué? ¿Estás loco? ¿Es broma verdad? Ósea tu me odias, no me soportas y ahora me pides que valla el baile contigo, ¿has pensado que tal vez eres bipolar?-le grité las preguntas no podía creer lo que me acababa de pedir.
-Mira, créeme a veces ni yo me entiendo pero si estoy seguro que quiero ir contigo al baile, punto y no hay marcha atrás, recuerda tu promesa-en cuanto terminó de hablar supe que no tenia opción. Después de un rato por fin hablé.
-Está bien, iré contigo pero que quedé claro que solo es por la deuda del coche.
-Bien, arreglado este asunto, me retiro, un placer hacer negocios contigo-me dijo y se fue dejándome confundida y con mi agua de frutas. ¡Estúpido Mauro!
Después de que Mauro se fue, subí a mi recamara para descansar un rato en mi cama, aunque en realidad estaba pensando en todo lo ocurrido en el día, primero la miss me castiga haciéndome entrar en su dichosa obra junto con Mauro y después el insufrible me obliga a aceptar ir con el al baile y justo cuando creí que ya nada podía ser peor…
“Marlene, por favor mañana después de clase necesito que ayudes a Mauro a realizar la clasificación de los libros de la biblioteca” 
El mensaje de mi maestra me dejó claro que nunca hay que pensar que las cosas ya no pueden ponerse peor. No podía dormir, ni estar tranquila, decidí salir y dar un paseo en mi coche, la velocidad siempre me ponía de mejor humor. Sentir el viento contra mi cara era la mejor sensación del mundo. Estuve dando vueltas por la ciudad e incluso me fui a la carretera 82 que quedaba justo a las afueras y que por lo general estaba muy tranquila. No me di cuenta de la hora hasta que llegué a casa era poco mas de la una de la mañana y mis papás me esperaban en la sala, realmente parecían molestos.
-¿Se puede saber donde andaba la señorita a esta hora?-Comenzó preguntando papá
-Nos tenías muy preocupados mi amor-dijo mamá abrazándome
-Perdón, no me di cuenta que era tan tarde,  solo que hoy, bueno ayer tuve un pésimo día y salí a dar un paseo para relajarme-dije mientras me abrazaba mas fuerte a mamá, les expliqué lo ocurrido y después de platicar un poco mas nos retiramos a dormir.
No tenía ganas de levantarme, después de la platica con mis papás tardé mucho tiempo en conciliar el sueño, y cuando por fin había caído en los brazos de Morfeo un español de ojos verdes se coló en mi sueño que no era cualquier sueño era uno realmente subido de tono por lo que desperté  en cuanto sonó la alarma, lo que más quería quedarme en casa pero tenía que seguir y enfrentar las situaciones que tenía por delante.
Cuando llegué a la escuela Lucy me esperaba con una amplia sonrisa que desapareció cuando me vio mi cara de fastidio.
-Oye pensé que hoy estarías mas feliz que nunca-dijo a modo de saludo
-No se porque, la Miss Anna me dijo que hoy tengo que ayudar a Mauro con la clasificación de la biblioteca-le dije mientras caminábamos hacia nuestro salón
-Y ¿eso a que hora lo tienes que hacer?
-Después de clases, ¿Por qué?
-Por que se supone que hoy vas al cine con Liam, ¿no me digas que se te olvidó?-me dijo dejándome sorprendida, claro que se me había olvidado por completo, por todo lo que me pasó lo olvidé. <<Soñando eso con Mauro era obvio que lo ibas a olvidar>> ¿Conciencia? Cállate. No podía perder una oportunidad así.
-Es cierto, Lucy por favor no puedo quedarme y pasar el tiempo con Mauro ayúdame a zafarme de ese compromiso.
-Eso es fácil, mira hoy es la junta anual de los maestros con la directora, si conseguimos que la cambien para mañana la Miss Anna podrá realizar su famosa clasificación y tu quedas libre para ir con el sexy capitán.
-Lo dices tan fácil, ¿Crees que se pueda?-sinceramente no estaba convencida de que fuera a funcionar.
-Tu déjamelo a mi, no por nada soy tu mejor amiga-a veces la seguridad de Lucy me daba miedo.
Dicho eso entramos al salón, éramos las últimas, afortunadamente la Miss no había llegado.
-Caprichosa, buen día… ¿lista para acompañarme a pasar una tarde súper entretenida  en la biblioteca?-dijo Mauro burlándose de mi. Seguro que él le había pedido a la maestra que me pusiera a realizar esa aburrida actividad, pero…<< ¿Por qué? Era obvio y simple, para fastidiarme>>pensé. Un cuarto de hora después Lucy salió del salón y tardó varios minutos en regresar, la verdad no me extrañó mucho pues la clase de historia realmente estaba siendo una tortura.
Después cuando Lucy regresó me dejó una nota sobre mi libreta, inmediatamente me puse a leerla cuidando de que el cotilla de Mauro no se enterara de su contenido.
“TODO LISTO, DISFRUTA TU TARDE CON SEXY CAPITÁN”
No podía creerlo, pocas palabras pero un gran significado para mí, mi amiga realmente lo había conseguido, sin lugar a dudas ella era la mejor en todo el universo, no se como lo hizo, ni siquiera me importaba a quien había lastimado, por que tengo que reconocer que mi amiga es intensa. Lo que importaba era que el insufrible de Mauro  se iba a quedar con las ganas de hacerme pasar un mal rato como era su costumbre.
Al final de clases, escribí una nota para Mauro
“DIVIERTETE Y DISFRUTA TU TARDE COMO LO VOY A HACER YO”
Disimuladamente se la guarde en la bolsa de su saco, lo que me hubiera gustado ver su cara cuando se diera cuenta de que yo nunca iba a llegar a la biblioteca  para ayudarlo.
En el estacionamiento de la escuela Liam me esperaba junto a mi coche, era guapo a más no poder, <<aunque no más que…Mauro>>, Ay por Dios ¿realmente estaba pensando eso?
-Hola guapa ¿Lista para irnos?-preguntó con un beso en la mejilla-Vamos a ir en tu coche, el mío está en reparación.
-Claro, no hay problema-le dije mientras le entregaba las llaves. Al subir al auto no pude evitar imaginarme a Mauro esperándome en la biblioteca, me reí sin querer.
-¿Qué es tan divertido?
-Nada no te preocupes, solo estoy muy emocionada por la peli-mentí, bueno no tanto.
Cuando llegamos al cine Liam eligió la nueva película de Marvel “Infinity Wars” era la película del momento, generó mucha expectación y no me falló, estuvo increíble. Cuando salimos del cine me llevó a comer pizza al centro, la plática era muy amena cuando de repente me llegó un mensaje al celular.
“ME LO COMPENSARAS MUY PRONTO”
Era de Mauro, ¿Cómo rayos consiguió mi número celular? Y  ¿Qué diablos quería decir con eso?
De pronto Liam habló.
-Marlene, sabes que el Baile de Bienvenida es en poco mas de una semana y…bueno yo…este ¿Quiero saber si irías al baile conmigo?-preguntó y yo me quise morir, lo que hubiera dado por decirle que sí, pero no podía ya había aceptado ir con Mauro. Estúpido y sexy Mauro, aún cuando no esta presente no deja de fastidiarme.
-Liam…lo siento…me hubiera encantado decirte que sí…pero ya tengo pareja-fue lo único que pude decir, salí  de la pizzería y me fui en mi coche para hacer lo único que me podía calmar en ese momento, ir al pequeño circuito de la ciudad, la velocidad era mí mejor medicina.
Después de unas vueltas a máxima velocidad, y recordar a todos los antepasados de Mauro por fastidiarme mi baile supe que era hora de regresar a casa pero antes pasé por una nueva tienda de ropa, en los paradores lucían unos hermosos vestidos. Sobre todo un verde esmeralda de Carolina Herrera, era un verde intenso como la mirada de… Mauro, si me lo compraba para el baile el vestido combinaría con sus ojos…Sacudí la cabeza para alejar ese pensamiento de mi cabeza, no podía pensar en Mauro, no de esa forma. Había arruinado mi oportunidad con Liam, y estaba molesta muy molesta por tener que ir con él al baile ¿verdad? Seguí mi camino hacia  mi casa después de tanta velocidad, necesitaba descansar.
Al día siguiente todo mundo me miraba, me sentía incomoda y no soportaba la idea de ser el centro de atención, no mientras no sabía lo que pasaba. Y solo una persona me podía dar respuesta.
-Hola hermosa, ¿Cómo estas?-La saludé, pero la noté un poco rara.
-¿Cuándo pensabas decirme?-preguntó Lucy.
-¿Decirte que?
-Que eres la protagonista de obra de la escuela y que irás al Baile con Mauro. ¿Se te hace poca cosa? Soy tu mejor amiga y no tenía ni idea.
-Tienes razón, perdóname…te lo explicaré todo.
Durante la hora libre antes del receso le explique todo lo que había pasado, me hizo mucho bien poder compartir con ella todo y recibir su apoyo.
-Oye, ¿has pensado que si llegarán a ser novios pondrían ser los M & M´s?-me preguntó de pronto.
-¿Cómo los chocolates? A que rayos viene esa pregunta, sabes que no nos soportamos.
-Si eso es lo que tú crees, pero ya sabes si en algún momento caes rendida a sus pies ya  tienen un buen apodo de pareja por lo de Mauro y Marlene, M y M.
De verdad que Lucy con tal de tener tema de conversación tomaba cualquier cosa que se le cruzará por su mente, eso la mayoría de las veces me gustaba ya que por ninguna razón podía aburrirme con ella, pero en otras me ponía a pensar en cosas que preferiría dejar a un lado. Esa tarde que me sugirió lo de que Mauro y yo podíamos llegara ser novios, definitivamente estaba alucinando, eso no pasaría ni en un millón de años.




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