Marlene
Tenía sentimientos encontrados, primero estuve llorando como loca por haber visto a Liam besándose con Vanessa, pero después cuando vi lo que le hizo a Mauro no pude contenerme y baje a la cancha lo empujé mientras le gritaba estaba enojada, ver el dolor de Mauro hizo que mi corazón se presionara, quería hacer algo para evitar ese sufrimiento, pero ¿Por qué? Se supone que ni siquiera lo considero mi amigo, Marlene definitivamente estas loca.
Estar con él en la enfermería me ayudó para tranquilizarme, sentía un coraje enorme contra Liam, era un completo imbécil igual que su hermana Grace, no me sorprende si tienen los mismos genes. Que ilusa fui al pensar que Liam era diferente, era un idiota.
Cuando por fin iniciaron las clases, estaban todos mis compañeros de salón pero faltaba Mauro <<tal vez va a tardar un poco en llegar, esta mal de su pie>>pensé, seguí y tome asiento, me sentía rara era la primera vez que no tenía a Mauro molestándome. Terminaron las dos primeras horas y Mauro simplemente no llegó, de pronto la Miss Anna me llamó…
-Marlene, acércate un momento por favor.
Lentamente me levanté y llegué hasta su escritorio, de frente a mis compañeros observé el lugar vacío de Mauro, <<Tal vez la lesión era mas grave de lo que pensamos y lo tuvieron que llevar al hospital>> pensé y al parecer la maestra se dio cuenta de mis pensamientos.
-Mauro esta bien, lo mandamos a su casa para que descansara, seguro que mañana lo tenemos de vuelta-hablo interrumpiendo mis pensamientos cosa que agradecí al menos sabia que no le había pasado nada de consideración.
-Ah, bien por él-dije tratando de sonar indiferente y encogiéndome de hombros.
-Mira, estos son los horarios de los ensayos para la obra de teatro y estos son los libretos-dijo entregándome los papeles-por favor entrégale su copia a Mauro.
-Steve se los puede llevar-sugerí
-No veo el caso, tú eres su vecina, además creo que les vendrá bien comenzar a ensayar.
La verdad no se ni por que sugerí eso, quería verlo y asegurarme que estaba bien, y los libretos eran un buen pretexto.
Regresé a mi lugar para terminar mi trabajo y esperar la hora de salida.
-Nena, hoy hay que ir a la plaza Heaven para comenzar a buscar los vestidos para el baile-dijo Lucy mientras guardábamos los útiles en la mochila.
-No puedo, tengo que ir a casa de Mauro-le dije y me dio una mirada burlona-tengo que entregarle la copia del libreto de la obra y los horarios de los ensayos-le dije justificándome
-Si, seguro que solo es por eso…Marlene no puedes disimular te conozco desde los cuatro años y se que estas colada por tu sexy insufrible, olvídate de Liam ese imbécil no merece ni un pensamiento tuyo.
-Claro que no, Mauro no es mi tipo-no supe que mas decir la mirada que Lucy me dirigía era una confirmación de que no me creía y eso provocaba que incluso yo dudara de mis propias palabras.
-Bueno entonces me dejas en la plaza y te vas a ver a tu insufrible-dijo mientras salíamos del salón
-¿Y tu auto?
-Pues nada está en reparación, al parecer nadie me dijo que era de transmisión automática y le puse aceite para transmisión manual.
-Pobre y hermoso Ford Focus Negro, de transmisión automática, de cuatro cilindros-decía dramáticamente mientras me tocaba en pecho en señal de dolor
-¡Cállate! Eso lo hubieras echo antes y ahorrarme el regaño de mis padres, como te dije no tengo idea de autos-dijo mientras me empujaba lejos de ella
-Oye ¿si sabes que tu auto debe usar gasolina y no diesel?-le pregunte sin contener las ganas de soltar una carcajada
-Ya déjame tranquila, futura campeona de la serie Nascar-me dijo ya contagiada por mi risa
Subimos a mi coche, Lucy inmediatamente puso música y comenzó a sonar “ojos así “de Shakira, su cantante favorita, poco después se dispuso a cantar…
-Fui de Bahréin y hasta Beirut, fui desde el norte hasta el polo sur no encontré ojos así como los que tienes tu Mauro-cantaba cambiando la letra lo que me causó todavía mas risa.
-Creo que la canción no va así-le dije
-Es la versión para la futura pareja M &M´s.
Simplemente me dispuse a dejarla cantar y concentrarme en el camino. En el transcurso Lucy no paró de cantar cambiando la letra de las canciones del modo de mencionar a Mauro cada vez que podía, afortunadamente llegamos a la plaza, nos despedimos con un beso en la mejilla. Cuando me disponía a poner el auto en marcha Lucy se asomó por la ventanilla.
-Ten para tu insufrible-dijo dejó caer un pequeño paquete de m&m´s y se fue.
Cuando me quede sola en el auto dejé escapar una carcajada, Lucy realmente tenía imaginación, poco después mi móvil comenzó a sonar era Sam, el jefe de mecánicos de mi escudería amateur.
-Hola jefe, buenas tardes-saludé
-Mi chica de la velocidad favorita, el siguiente sábado tenemos práctica en la pista de la ciudad a las 3 de la tarde, necesitas probar el auto ya que le hicimos unos ajustes-explicó
-Claro no hay problema, nos vemos el sábado.
Esa era una increíble noticia, definitivamente Sam me alegró el día, me puse en camino rumbo a casa definitivamente estaba de un humor inmejorable así que encendí el reproductor del auto y comenzó a sonar “Love Doctor” de mi grupo favorito Root Five. El transcurso fue agradable sin incidentes y tranquilo, entre a casa me cambié el uniforme. Después de comer, regresé a mi habitación para terminar mis tareas. Llamé a Lucy, para ver si encontró un vestido lindo
-Ya, ¿así que solo me llamas para ver si encontré un vestido para el baile? –preguntó
-Sí, acaso necesito eso no es importante, soy tu amiga y puedo llamarte cuando sienta que es necesario-le expliqué, somos amigas en realidad no veía nada de malo en llamarle para saber si había encontrado algún vestido que llamó su atención.
-Ok, Ok, ¿Ya fuiste a ver a Mauro?-Su pregunta fue como un golpe en el estomago.
-Este… no-dije tímidamente-tenía mucha tarea y cosas que hacer con mamá-continúe para tratar de justificarme.
-Ya veo, estas nerviosa y solo estás buscando escusas para no ir-¡BINGO! Esa chica realmente me conoce hasta un punto que da miedo.
-Claro que no, además justo en este momento estoy saliendo para su casa-le dije mientras salía de la habitación y bajando por las escaleras me encontré con Richard al que saludé con un beso en la mejilla y continúe mi camino.
-Está bien nena, no se te olvide entregarle los m&m´s-dijo mientras se reía, seguro se acordó de que era el dichoso apodo de pareja para Mauro y yo-tengo que trabajar el subconsciente-fue lo último que dijo antes de colgar.
¿A qué demonios se refería con trabajar el subconsciente? Definitivamente mi amiga cada día me sorprendía más, ¿El subconsciente de quién? no paraba de preguntarme.
-¿Adonde vas cielo?-la pregunta de mamá me volvió a la realidad e hizo que me detuviera frente a la puerta.
-A casa de Mauro, tengo que entregarle los libretos y horarios de ensayo de la obra del Instituto-le expliqué
-Ok, ¿Y donde están los libretos y horarios? preguntó señalando que en mis manos solo estaba mi celular y las llaves de la casa, ¡rayos! ¿Cómo pude olvidarlos?
-Tienes razón mamá, es que pensé que estaban en la mesa de la cocina, pero acabo de recordar que los deje en mi cuarto-le dije echando me a correr hacia las escaleras.
Inmediatamente entré a mi cuarto y tome los dichosos papeles, y así salí disparada hasta llegar a la calle, los metros de distancia se me hacían mas pesados que la primera vez que me dirigía hacia esa casa. La primera vez iba para hacerme responsable de un accidente con mi auto y no sabía que era la casa de Mauro, ahora estaba más nerviosa por que iba directamente a verlo, pasar tiempo con él.<<¡NO! Solo vas para saber como sigue y entregarle las copias>>me reprendí. Llegué a la puerta y toqué el timbre, enseguida abrió una mujer de unos treinta y tantos años.
-Buenas tardes ¿Qué se le ofrece señorita?-preguntó educadamente con una sonrisa.
-Buenas tardes, vengo a ver a Mauro-respondí mientras sentía mi cara arder ¿Por qué me sonrojo? Es simplemente el insufrible de Mauro al que vengo a ver. No me gusta, ni siquiera me cae bien, no tengo por que sonrojarme.
-Adelante, el joven Mauro esta en su habitación-me dijo mientras cerraba la puerta-suba las escaleras y por el pasillo la última puerta a la izquierda-me explicó al ver mi cara de “NO TENGO IDEA DONDE ESTA SU HABITACIÓN”
Lentamente me encaminé hacia las escaleras, admirando la hermosa casa, los muebles la decoración en las paredes y las fotografías sobre algunas mesitas. Hubo una que me llamó la atención, el matrimonio nunca lo había visto así que supuse que eran los padres de Mauro y el pequeño niño que estaba en medio de ellos tenía unos ojos verdes hermosos, sin duda era Mauro, desde niño era endiabladamente guapo. Un carraspeo tras de mi, me sacó de mis pensamientos.
-Hola Marlene, que gusto tenerte aquí-era un señor con pelo blanco y anteojos, inmediatamente comprendí que era el abuelo de Mauro.
-Hola, buenas tardes señor ¿Cómo esta?-pregunté
-Muy bien, gracias siempre ayuda tener visitas tan lindas como tú-respondió mientras tomaba asiento en la sala-Mauro se quedó corto al decir que eras guapa-concluyó dejándome en shock.
¿Mauro habla de mí con su abuelo? ¿Y le dice que soy guapa? Y a mi solo me dice caprichosa, infantil, maleducada, delincuente juvenil y no se que tantas cosas más, tal vez Mauro le habló de otra chica y el señor se confundió. Si eso pasó. Pero no quise quedarme con la duda.
-¿Mauro le ha hablado de mí?-pregunté tímidamente
-¿Hablarme? Todo el día no hace otra cosa-contestó alegremente
No supe que decir, así que di por terminada la conversación, no podía seguir hablando con el abuelo de Mauro, hacerlo solo me dejó mas confundida, pero también algo dentro de mí reaccionó a su afirmación.
-Disculpe que lo deje, pero tengo que ver a Mauro para entregarle algo que le mandó la maestra-le expliqué y subí las escaleras.
Él asintió suavemente.
Me encaminé por el pasillo hasta que encontré la puerta que me indicó la mujer que me recibió. Me sentía nerviosa, dudé mucho antes de tocar y cuando estaba a punto de hacerlo me percaté de que la puerta estaba entre abierta, así que lentamente comencé a abrirla, cuando estuvo lo suficientemente abierta entré y lo que vi me dejó paralizada, no podía creer lo que mis ojos tenían frente a ellos. Mauro y Grace estaban muy cerca, demasiado cerca y comprendí que se estaban besando, ver eso provocó que los papeles cayeran al suelo causando que sus ojos se fijaran en mí. Quería desaparecer de ese lugar, salir corriendo hasta llegar lo más lejos de Mauro.
-¿Qué no te enseñaron a tocar antes de entrar?-Preguntó Grace mientras tomaba asiento junto a Mauro y lo tomaba de la mano.
Mauro no decía nada solo me miraba fijamente, sus ojos. Odiaba sus ojos, lo odiaba a él. Pero me odiaba más a mí, por creer que le parecía linda, él le hablaba a su abuelo de Grace, todo había sido una equivocación.
-Perdón, no quería interrumpir solo vine para dejar esto-dije levantando los papeles del suelo y los deje sobre la mesa junto a la puerta, fue lo único que pude decir antes de salir de la habitación, corrí y corrí hasta que salí de la casa, en cuanto sentí el fresco viento de la tarde en mi rostro me desplomé y comencé a llorar, me sentía ridícula por que Mauro no era nada mío, él podía estar con quien le diera la gana, pero no pude evitar el llanto. Cuando logré calmarme un poco, me levanté y me fui a casa, solo quería descansar.
Mi teléfono comenzó a sonar, lo levanté para ver si era Lucy, pero no…
-¡Estúpido Mauro déjame en paz!-Grite mientras arrojaba el móvil contra la cama y me tendí a llorar nuevamente hasta que me quedé dormida.