Spoiler

#7

Ver a Luke en este momento, ligeramente borracho (nótese el sarcasmo) y con chicas rodeandolo no es la mejor escena que podría tener. Sé que es algo que ya me esperaba, pero no esperaba que me doliera tanto.
Los sábados por la noche casi era costumbre ir a alguna fiesta juntos, también verlo con chicas. Sinceramente, creí que duraría un poquito más eso de su enamoramiento, tan sólo unas semanas más, pero al ver como tocaba el trasero de esa chica y como besaba a la otra me hacía entender que jamás había cambiado mínimamente.

- Venga, deja de verlo así - me giro hacia Allison, que había venido de visita y terminó en la fiesta con nosotros.

- No puedo, simplemente... lo odio - me cruzo de brazos mirando lejos de ellos

- Esto no estaría pasando si le hubieras correspondido en un principio.

Me quedo callada, porque es cierto y no puedo objetar ante eso. Pronto, un chico llega y le susurra algo en el oído a Ali, inmediatamente ella se pone de pie y se va a bailar con el chico. No lo soporto más, ni quiero hacerlo, comienzo a caminar hacia la salida y en cuanto cruzo el umbral de la puerta una mano se ciñe fuertemente a mi antebrazo.

- ¿A dónde vas? - lo miro, sus ojos enrojecidos, sus labios hinchados y marcas de labiales por todo su cuello, pecho y cara. Repugnante.

- Ugh, lejos de ti, supongo - me suelto de su agarre y comienzo a caminar, sé que viene pisandome los talones pero no quiero verlo más.

- ¿Qué demonios te pasa? - ignoro sus gritos - ¿por qué estás enojada?

- El premio a la inteligencia definitivamente no va para ti - susurro rodando los ojos y me dirijo a la parada de taxis.

- ¿Me harás seguirte?

- No te estoy obligando, perfectamente puedes volver con tus zorras personales.

De un solo jalón me hace dar vuelta, pone su mano en mi quijada con fuerza, haciendo que lo mire.

- ¿Estás celosa?

- No.

- ¿Qué mierda de sucede entonces?, no me haces caso cuando te digo que estoy enamorado de ti pero cuando me voy con otras ahí sí existe Luke, ¿no?

Lo miro fijamente a los ojos, no sé si ofendida o dolida, quizás ambas.

- Estoy malditamente harta - susurro - me pasa que te he amado ocho putos años y que jamás te quise decir nada porque sé como eres. Aún recuerdo a perfección el día en que nos conocimos, recuerdo la primera vez, nuestro primer beso, recuerdo todo, me encantas en una manera que no lo creerías. Fuiste  mi primer amor y lo sigues siendo, pero por Dios, me amo y sé lo mierda que eres en el amor, juegas con las chicas, no quería ser una más.
El día que me "confesaste" que te gustaba, no quería creerlo porque si llegaba a hacerlo estaría ilusionada y sería el peor error que podría cometer - mis ojos se cristalizan y rápidamente los limpio - a este punto, una pequeña parte de mí creía que ibas en serio. Hoy te vi y me di cuenta de que sólo fue mi imaginación.

Luke me miraba con asombro, su boca ligeramente abierta y sus ojos cristalizados.

- Kat... - murmura casi sin aliento.

- No quiero saber nada de ti.

Diario

La tortura que implicaba alejarme de Luke no la había tomando en cuenta en el momento que esas palabras salieron de mi boca. 
Tenía una semana de estar deprimida y de verlo desde lejos, realmente no le importaba.

Al mes de habernos alejado, me daba cuenta que la vida era completamente horrible sin él. Pero, ¿cómo no?, es el chico que he amado durante ocho años y todo se ha desvanecido en un abrir y cerrar de ojos. Cada vez que me lo encuentro, una parte de mí quiere correr hacia el y gritarle que lo siento. También, está el punto que yo no soy la que debe decir una disculpa, o tal vez sí y mi orgullo no me lo permite.

Viernes

Mi respiración se detiene unos segundos, me sostengo del brazo de Mike y este me abraza tapandome la cara al entender que sucede.

- Eh, Luke, más adentro no podías meterle la lengua - grita un chico, el cual no logro reconocer.

Mi nariz arde, al igual que mis ojos y sólo logro retener un sollozo por lo fuerte que me sostenía Michael.

- Es un idiota - susurra en mi oído para después alejarme del lugar.

Ya en mi casa, he tomado algunas pastillas para el dolor de cabeza, mamá no para de preguntarme qué me sucede y lo único que quiero hacer es desaparecer.
O al menos eso pensaba, hasta que mi celular emite una vibración indicando que tengo un mensaje.

>Luke Hemmings
 




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