Star Wars: Errante

Capítulo 8: La decisión de un clon

La nave era un pequeño carguero sin armas. Estaban indefensos en un espacio completamente custodiado por las fuerzas de la república.

Mientras salían de la atmósfera de Centax 2, comenzaron a recibirse algunas comunicaciones de radio. Primero de tráfico aéreo de las áreas turísticas de los satélites, y posteriormente comunicaciones oficiales del ejército de la república.

Haga puso su mano sobre la empuñadura de su sable, el Quarren lo miró inquisitivo, pero supo la razón cuando vio entrar a la cabina a Jay empuñando su cañón bláster.

- ¿Alguien puede decirme que está pasando aquí? - preguntó Kan blandiendo su espada de plasma.

Haga accionó la hoja de sable láser.

-Habrá que preguntarle a este traidor- gritó el soldado disparando su bláster.

El jedi rechazó los ataques con su espada sin dificultad y tomó el radio corporal de la armadura del clon ayudado por la fuerza y la atrajo para sí.

-Déjame explicártelo soldado, no es necesario que nos enfrentemos- dijo Haga en posición defensiva.

Jay reinició su ataque que no surtieron efecto en el joven jedi. El soldado al ver la inutilidad de su bláster avanzó y sacó un bastón retráctil de plasma.

-Cálmense ambos, si nos enfrentamos no saldremos de ésta- gritó el Quarren.

El clon atacó, pero sus movimientos eran predecibles para el jedi. En unos momentos Haga se había hecho del bastón y con un leve empujón de la Fuerza, hizo perder el equilibrio a su contrincante. Y pese a sus gritos de furia lo mantuvo inmovilizado en el piso ayudado por la Fuerza.

El Quarren se puso en posición de ataque, pero vio que en el rostro del jedi no había violencia.

-Kan por favor permíteme explicarles. Lamento haber tenido que ser agresivo con Jay, pero un clon cuando recibe ordenes es difícil poder dialogar con él- dijo el jedi.

- ¿Quieres explicar porque en todas las radiocomunicaciones se ordena la captura de todos los sediciosos de tu clase? - dijo el clon- ¡Kan los jedi atacaron al senador Palpatine, e intentan derrocar la república! -

La espada temblaba en las manos de Quarren. La república era imperfecta, él lo sabía mejor que nadie, pero no podía imaginar algo diferente. Había luchado contra los separatistas por años y que ahora los guardianes de la seguridad de la galaxia se rebelaran era algo que superaba su imaginación. El plasma de su arma comenzó a destellar, frente a él tenía a un muchacho delgado, de rostro amable, pero lo había visto en batalla, y su poder estaba más allá de lo que sus ojos habían visto nunca. Sin embargo, su intuición no lo reconocía como amenaza, esa extraña vibración en sus tentáculos faciales que sentía cuando existía peligro, en ese momento no estaba presente. Sus presentimientos nunca le habían fallado, por lo que decidió bajar su arma.

-Explícate humano, y más vale que tengas una buena historia- dijo Kan manteniéndose a la defensiva.

-Gracias amigo, lo haré, pero antes debo hacerle una pregunta a Jay-

-No te responderé nada traidor- respondió el clon.

- ¿Conoces la orden 66? - preguntó Haga.

-No sé de qué hablas jedi- dijo el soldado- pero no me confundirás con tus mentiras-

-Eso está bien- dijo el jedi- aún no es tarde entonces-

Haga les contó todo lo que sabía. Como la Federación de comercio presa de sus ambiciones había sido manipulada por un Lord Sith que los había convencido de que podían dominar la galaxia y sus recursos, como había ido seduciendo guerreros que se habían unido a su oscura causa y como este ser oscuro había sido la causa de la muerte de millones de seres vivos de la galaxia. El encontrar a este personaje era la máxima prioridad de los caballeros jedi, hasta que finalmente habían logrado identificarlo. El senador Palpatine era el titiritero detrás de este terrible conflicto, él era el Sith que había fabricado esta guerra para hacerse del poder, por eso los caballeros jedi habían intentado detenerlo.

Kan se quedó en silencio e inmóvil, era demasiado para procesar en un minuto.

- ¿Y tú pretendes que creamos en tu palabra y ya fugitivo? - gritó el soldado clon.

-Puedo probarlo- dijo el jedi apuntando a los restos de R7- si te suelto, ¿puedo confiar en que me permitirás mostrarte la memoria de mi droide? -

-Necesitamos saber si esto es verdad soldado- dijo el Quarren- si un ser oscuro está a cargo del senado debemos alertar a nuestros cercanos y desaparecer-

-Prometo que si lo que dice el jedi es real, los escoltaré a los altos mandos del ejército para que muestren sus pruebas- dijo el soldado

-Los soldados no cuestionarán las órdenes del senado, no pueden- dijo Haga.

- ¿A qué te refieres?-  dijo el clon.

-También te lo explicaré, pero por ahora te pido que me des una oportunidad- dijo el jedi.

Haga soltó suavemente la presión que ejercía con la Fuerza sobre el soldado. En cosa de segundos ya podía moverse a libertad. El jedi y el Quarren lo miraron mientras aguantaban la respiración, y pudieron hacerlo con tranquilidad cuando vieron a Jay ponerse su cañón bláster al hombro y retraer su bastón de plasma.

-Muéstranos tus pruebas- dijo el soldado mientras digitaba unos números en el brazo de su armadura. -No importa lo que me hagas jedi, si tus pruebas no me convencen en exactamente 4 minutos, una señal de alarma avisando de tu presencia estará disponible en todo el planeta y sus alrededores.

-Me parece justo- respondió el jedi.

Haga manipuló los restos de su querido droide.

-Aguanta amigo, prometo repararte lo antes posible- pensó el jedi.

Los segundos pasaban, el sudor corría por su frente, mientras los tentáculos faciales del Quarren se movían presas de la tensión.

Tres minutos...

La memoria del droide no parecía responder, odiaba no ser un mecánico competente como alguno de sus maestros.

Dos minutos...

Kan miró con impaciencia al jedi y luego al clon que lucía impasible.



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En el texto hay: accion, star wars, jedi

Editado: 05.10.2020

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