“Todos temen a algo”
-Al menos trata de disimular, toda la baba se te está cayendo –menciono Lia soltando una risa y sentándose a mi lado.
-Cállate –conteste arrebatándole la botella de agua que le había pedido.
-Ella tiene razón, no me imagino como lo veras mientras se cambia enfrente de ti –se burló Nicol.
-No se cambia enfrente mío, llega vestido de la ducha, y cuando despierto ya no está –dije mientras abría la botella.
- ¿Lia, alguna vez imaginaste verlo así?
- ¿Todo idiota por un tipo que conoció hace dos semanas? –pregunto Lia divertida -. Creo que he tenido un deja vu.
-No estoy todo idiota por él, solo, me parece lindo –menciono mientras me robo sus papas.
-Bueno, y ¿entonces qué? ¿solo lo veras desde las sombras como un acosador?
-Eso suena bien.
Nick es lindo, no les voy a mentir, pero han pasado dos semanas conviviendo bajo el mismo techo y, a quien le miento, ese hombre es perfecto, linda sonrisa, cabello hermoso, cuerpo perfecto, acento moja bragas y además es súper lindo conmigo, claro, es porque básicamente soy nuevo, pero aun así se siente bonito.
Llegue a la conclusión de que sí, lo seguiré acosando desde las sombras hasta que se fije en mí, o aplicare un concepto que he aprendido, lo volteo como tazo y me lo quedo, aun no sé qué significa del todo, pero ese culito será mío, eso me lo pego un chico de mi clase.
Pero, aunque sea lindo, y pudiera hacer que todo fuera más allá, no creo que el merezca a alguien como yo.
-Mejor me voy, voy a llegar tarde –respondí recogiendo mis cosas.
-Pero no tienes clase –menciono Lia.
-No voy a clase, voy a las pruebas de futbol.
-A ti ni te gusta el futbol.
-Pero es en lo único que sé hacer.
Las dejé con la palabra en la boca y tomando mi mochila me fui. Pase por las puertas de cristal, saliendo al aire frio de octubre, hace menos frio que en Londres, y eso me alegra, no debo de cargar tantas chamarras, ni usar tanta ropa.
Llegue a la cancha, no sé qué hago aquí, yo debería estar en el salón de arte, suplicando estar dentro, pero soy cobarde y prefiero estar aquí, por lo menos mi padre no se atrevería a sacarme y además según el programa debo tener una actividad extraescolar y esto es lo único que puedo hacer dejan hacer.
Debajo de las gradas están los vestuarios, me dirijo ahí mientras tomo fuerzas para entrar. cuando entro, busco mi casillero, el lugar está casi vacío, solo hay un par de chicos más, me dispuse a cambiarme, playera, short, calcetas, y cuando me estaba poniendo los tenis, un grupo de chicos entraron riendo, entre ellos Nick.
Quite mi mirada de él antes de que se diera cuenta, acabe de amarrarme los tenis para terminar de acomodar todo en el casillero. No dejaba de sentir una mirada, pero no me atrevía a girar, pues esa mirada podría ser cualquiera, aun así, la llegada del entrenador me obligo a voltearme y encontrar a Nick mirándome.
Algo adentro de mí se revolvió, debe ser el sándwich de pavo que comí.
El entrenador hablaba y hablaba, la mitad de las cosas no logro entenderlas, otras solo porque lo explica con dibujitos, pero lo que si entendí fue cuando nos sacó a la cancha, fue todo como en Londres, calentamiento y luego jugar en equipo.
Al final no fue tan malo, están empezando temporada y yo deje de jugar desde hace mucho tiempo así que tendré que poner en forma, claro, si quiero no cansarme tanto.
Regrese a mi habitación, deje mis cosas en mi cama, tome ropa del armario y salí para bañarme, lo admito, las duchas comunitarias son un asco, escuchas de todo, ves de todo y pasa de todo.
Cuando terminé, solo me puse la toalla y me dispuse a regresar al cuarto, nadie tiene pudor, así que puedo solo prepara la ropa y dejarla en el cuarto para que no le pase nada. Venia tarareando una canción, no es el nombre, pero Lia lleva cantándola toda la semana.
Entre a la habitación en el momento menos indicado, estaba Nick y su novia Alison, pero no crean que estaban en la cama. Alison parecía enojada y Nick apunto de soltarse a llorar.
-Susa – entre a la habitación solo para recoger mis cosas de la cama y volver a salir, no pensaba cambiarme ahí, ninguno de los dos puso especial atención en mí y eso lo agradecí.
Una vez afuera, tenía dos opciones, regresar al baño, donde a estas horas no había lugar privado, o cruzar la escuela hasta la habitación de Lia y Nicol.
…
-Aja, ¿y recorriste toda la escuela en toalla? -dijo Lia dejándome pasar.
-Algo así, me puse los boxes en las escaleras.
-No voy a preguntar –menciono cerrando la puerta.
Entre, la habitación era la misma, solo que ella había movido los muebles para tener más espacio, dejé mis cosas en una de las camas y me dispuse a cambiarme, los tres hemos dormido juntos casi toda la vida, así que esto es menos raro de lo que creen.
Editado: 23.04.2022