“Ojos para perderse en ellos.”
-Feliz navidad- me dijo cubriéndome los ojos, a lo que yo salte.
-Me asustas tonto- conteste soltándome y girándome a verlo, lucia tan hermoso y tenía una sonrisa divertida.
- ¿Por qué siempre que hago eso, te espantas?
-Porque siempre me agarras en mi mundo, ¿no puedes ser un novio normal y llegar de frente y no por la espalda?
-Si fuera un novio normal, no sabía que regalarte en navidad –dice sacando una caja, lo mire divertida y la tome.
- ¿Qué es? –pregunte sentándome en las escaleras para abrirlo.
-Solo espero que te guste.
Dentro de la caja había un zorro de peluche, lo suficiente grande para abrazarlo, y lo suficientemente pequeño para llevarlo a todos lados, cuando lo saco de su caja, no puedo evitar mirar a Abel.
- ¿Cómo…?
-Ya te dije, no soy un novio normal, yo si pongo atención.
- ¿Lia? –sentí una mano sobre mi hombre y me giré, vi a un Will con mirada preocupada -. ¿Estás bien?
-Sí, ¿Nicol? –la veo sentada en la banda para recoger las maletas.
-Mareada, ya sabes.
- ¿Comió?
-No vi.
Vamos llegando al aeropuerto de Londres, yo quería venirme en tren, y si, son muchas horas, pero por eso quería, de esta manera me preparaba mentalmente para esta navidad. Aun no decido si iré a la audiencia, no me pueden obligar, aun así, pero, me siento extraña ante el hecho de verlo.
Salimos temprano de Italia, por lo que la única comida fue la que compramos en el avión, Nicol se veía cansada y el día de ayer no quiso comer algo. La fiesta se siguió hasta las cuatro de la mañana, y apenas dormimos, por suerte, algunas de nuestras cosas ya estaban empacadas desde el día anterior que, si no, hubiéramos perdido el vuelo.
Deben de querer saber que pasó la noche anterior, pues nada interesante, (¿nada interesante? ¿y el beso de Will y Nick?), eso sí, fue lo más cabrán que paso, Michael ya me pego algunas de sus palabras, después de aquel beso frente a todos, Nicol beso a Tamara, yo parecía fanática conociendo a sus ídolos, y claro Alice hizo mucho drama, de alguna manera la entiendo, imagínense, hasta donde todos sabíamos ella y Nick se iban a casar en un futuro no muy lejano, que te dejen de la nada y se vayan con alguien de su mismo sexo, eso sí afecta, pero de alguna manera todos nos vamos a casa, así que no creo que haya confrontación hasta que regresemos.
El aire se siente pesado una vez salimos, pero no creo que sea el frio de la ciudad y me cuesta respirar cada vez que me acerco a mi casa. Cada uno debe ir a la suya, los veré el lunes, y luego hasta navidad, tal vez algún día entre eso y año nuevo, al final, debemos regresar el tres de enero, en un nuevo año, otra oportunidad.
Cuando llegó a mi casa, lo único que quiero es regresar, pero no es hasta que bajo que noto algo distinto en la entrada, hay dos autos más, salgo corriendo, olvidándome de mis cosas y entro a la casa. Dentro escucho más voces de lo normal y me dirijo al lugar de donde provienen.
Es una discusión, y se perfectamente de quien es la voz enojada, entro a la cocina, y veo a mi abuela, está regañando a mi padre, este solo está sentado en una silla de la isleta.
- ¡Abuela! –grito al verla y salgo corriendo, ella me mira y abre los brazos para recibirme.
-Mi niña –dice cuidándome entre sus brazos -. Te extrañe mucho.
-Y yo a ti –es lo mejor que me pudo pasar en el día.
-Aquí tu padre sin corazón que no me dejo ir por ti –me dice moviéndome el cabello.
-Tiene un chofer –dice él fríamente.
-Es tu hija no un empleado, compórtate como un padre –dice a lo que él decide irse -. Te aseguro que yo no crie a esa cosa –dice riendo.
-Estoy acostumbrada –digo a lo que ella me mira con cariño.
-Señorita, sus cosas –me dice mi chofer dándome mi celular y bolsa.
-Gracias Ed.
-De nada señorita, ¿gusta algo de comer?
-No gracias, quiero descansar.
-Claro –el sale por la puerta de la cocina, y yo giro a ver a mi abuela.
Me sonríe y me acompaña a mi habitación, no sé si les conté, pero es la única persona de mi familia a quien le caigo bien, mis tíos me odian porque heredare todo, mis padres porque por mi deben seguir juntos y el resto de la familia por todo lo que sucedió el año pasado.
Una vez en mi cuarto, me acuesto en mi cama, mi maleta ya hace sobre el sillón que está en la ventana y mi abuela se pone a sacar mis cosas. Le mando mensaje a Michael, sé que no le llegara hasta más tarde, pues debe seguir en el vuelo a México.
- ¿Tu novio?
-Algo así –(¿algo así?, pero te lo propuso), calla -. Bueno, si somos novios, solo que aún se siente raro, ¿sabes? –dije sentándome y jugando con la pulsera.
Editado: 23.04.2022