¿Otra vez?
Después de besar a Nick en medio de la cancha, a los chicos les pareció divertido mojarnos con las botellas que aún tenían agua, es febrero por lo que aún se siente frio, no fue para nada bonito. Nick no dijo nada, seguía sonrojado y una enorme sonrisa seguía en su rostro, aunque lo habíamos hecho miles de veces frente a las personas, aun se apenaba y era lo más hermoso que hubiera visto.
Luego del evento de premiación, cada quien se fue a vestir y justo antes de que el sol se ocultara, la fiesta inicio y lo que parecían ser cientos de litros de alcohol ya hacían en los sistemas de decenas de jóvenes, los italianos sí que se saben divertir. La música que suena me trae viejos recuerdos, Oliver y Erick ponían algunas de las canciones que han sonado, reggaetón, canciones que son buenas para una fiesta, pero nada más, nunca les encontré sentido y menos aun cuando me enteré de lo que decían la mayoría.
Tome dos vasos rojos, abrí una botella y vertí su contenido en ellos, luego camine por el patio para encontrarme con Nick y los demás chicos. Pase por chicas sin brasier, gente vomitando y algunas parejitas, bueno, ya saben.
Llegué a una zona un poco alejada donde estaban todos, al llegar le di a Nick uno de los vasos antes de besarlo.
-Yo digo que son adorables- dijo Tamara.
-Fue el beso más emocionante que he visto en mi vida -dijo una emocionada y borracha Lia. Es sorprendente el aguante que tiene para beber.
-Yo amo que no se haya enfadado conmigo -dije acomodando el flequillo de Nick haciéndolo sonrojar. Aún falta que conozca a sus padres y admito que me da algo de miedo, pero ya pensaremos luego en ello.
-Hermoso, simplemente hermoso- empezó Lia. -Hay que hacer un brindis -se empezó a ponerse derecha agarrándose de Michael.
- ¿Un brindis?, ¿segura que tus cualidades mentales están bien? -le pregunto Nicol en forma de burla, a lo que Lia solo contesto enseñándole el dedo de en medio haciéndonos reír.
-Aun borracha puedo hacer grandes discursos cariño -se bebió lo que quedaba en su vaso y siguió-. Hace un año pasaron cosas que no son muy agradables de contar, otras demasiado perfectas y nos creíamos los dueños de todo, éramos reyes, éramos, luego, todo paso demasiado rápido, nos perdimos, nos buscamos y nos volvimos a encontrar, comenzamos a levantarnos como un ave fénix y luego llegamos a este hermoso país, donde, donde encontramos de nuevo el amor, la confianza y la felicidad.
<< Creíamos que la luz luego de una tormenta era solo un relámpago alzándose, partiendo el cielo y llamando a una nueva tormenta, pero los encontramos, los conocimos y descubrimos que fueron nuestro sol, hemos conocido a grandes personas, encontré una oportunidad de iniciar de cero y sin duda no cambiaría nada.
-Gracias por exponernos -dijo Nicol sarcásticamente. Nosotros reímos y luego dijimos salud.
La noche siguió llena de risas, anécdotas, alcohol y una hermosa noche de invierno.
…
Al día siguiente
-No entiendo el porqué de salir tan temprano -dijo Nicol quejándose.
-Hay que aprovechar el día -dije alegremente.
- ¿Cómo es que no tienes cruda si ayer bebiste más que nosotros? - pregunto Willy cansado.
-Lo aprendí de Erick, dos vasos de agua por cada cuatro de alcohol -conteste.
-Lia en serio, ¿Por qué no venimos más tarde?
-Debo hacer esto de una vez -dije deteniéndome afuera de la vivienda. –Además, les dije que podía venir sola.
-Ni locos te dejamos sola, te esperamos aquí.
Ellos se quedaron afuera y yo juntando toda mi fuerza de voluntad, entre.
Entro al lugar y aunque es algo temprano, ya había algunos turistas y una que otra chica llorando. Camine hasta la pared que contenía todas las cartas, me acerque y de la bolsa de mi chaqueta saque el sobre y una cinta que tome prestada de las cosas de Nicol, pegué la carta, me despedí de ella, de él, de lo que representa y gire mi mano a mi muñeca, donde ya hacia el brazalete, sonreí y regrese por mis pasos sin mirar atrás.
Llegamos a un restaurante en el cual los demás nos esperaban, cada uno ordeno y desayuno lo que quiso, les di pastillas para el dolor de cabeza y después fuimos a conocer el lugar. Parece como si estuviéramos viviendo en un cuento de hadas, visitamos cada rincón de Verona, siendo sincera, el haber dejado la carta me hizo quitarme un gran peso de encima, es como si por fin pudiera comenzar de nuevo, pero esta vez era en serio.
Aquella noche cada uno durmió con su pareja, una noche con el sonido de la lluvia, y sin saber que sería la última noche tranquila para nosotros en mucho, mucho tiempo.
…
- ¿Lia has visto mi tenis? - pregunto Nicol entrando a mi habitación.
-Estoy teniendo un deja vu, ¿de casualidad no está debajo de la ropa limpia? -pregunte sarcásticamente.
-Ahórrate el sarcasmo, hablo en serio, desapareció -dijo buscando por toda la habitación.
Editado: 23.04.2022