Ahí estaba yo acostada al lado de Damen mi felicidad era tan grande al tenerle cerca que ni siquiera abro mis ojos del todo y simplemente lo abrace más. Era lindo que el tiempo fuese pasando al lado de él. Pasaron como 10 minutos después que desperté así que me levante y quede sentada frente al rostro de un hombre que no tenia ni la menor idea de donde lo habría conocido él estaba sin camisa y quien sabe que también sin ropa interior así que salí de la cama y por suerte yo estaba vestida con pijama algo normal ya que no parecía ser la pijama de una joven de 20 años.
El hombre se percato de cuando me levante y se sentó poco a poco en la cama yo solamente retrocedí lejos de el cuando sin darme cuenta tropecé con un guardarropa el cual definitivamente no coincidía con la recamara de Damen y ah por cierto.
¿DONDE DEMONIOS ESTABA DAMEN?
Mis ojos se llenaron de lagrimas y el hombre de la habitación a penas estaba despierto, con solo verlo me generaba incomodidad y miedo no sabia que estaba pasando cuando de repente me atreví a hablar.
- ¿Quién es usted? – Me miro fijamente.
- Que haces despierta tan temprano. – Mire el reloj que estaba en la pared y eran las 9:45 A.M.
- ¿Temprano? – Le volví a cuestionar.
- Yaaa Lía deja de bromas y vuelve a la cama ayer estuvimos metidos en la firma de autógrafos hasta muy tarde y creeme estoy exhausto. – Definitivamente no tenia la menor idea de que demonios estaba hablando.
- ¿Autógrafos? - Pregunte.
- Amor ¿Qué tienes? ¿Has bebido? – Me llamo amor osea que era mi novio, este tipo de como 30 años.
- Creo que si es eso. – Debía saber que estaba pasando así que tenia que ver de que manera lo hacía, era hora de implementar las viejas técnicas.
- Ven acuéstate de nuevo. Asentí con la cabeza.
- Ya te había dicho cuanto amo tu nombre. – Dije mientras me acomodaba en el pecho de aquel hombre.
- Nunca me habías dicho que te gustaba. – Al parecer si tenia algo que ver conmigo.
- Pues ya lo sabes. – En algún momento tenia que decirme como se llamaba.
- En realidad Alejandro es un nombre bastante común nunca pensé que te gustaba. – Ahí estaba lo que ya estaba buscando saber.
- La firma de autógrafos estuvo cansada ¿No? – Pregunte.
- Si aunque todo ha sido un éxito es nuestro 1 libro que publicamos como pareja y sin mencionar que tú tienes varios ya a la venta estoy orgulloso de mi esposa tan bella. – Mierda demasiada información me dejo impactada.
En ese momento desperté.
Abrace con todas mis fuerzas a Damen este si era mi chico al que amo realmente.
- ¿Estas bien? – Pregunto Damen quien se extraño de mi muestra de afecto repentina.
- Si, solo abrázame más. – Sentir su calor me hacía sentir mejor.
- Bueno sigamos durmiendo. – Era muy noche por lo visto así que trate de dormir nuevamente.
A la mañana siguiente me levante temprano y me fui a mi recamara a darme una ducha para luego elegir un atuendo bonito ya que posiblemente esta mañana conocería a la madre de Damen cuando salí de la habitación me dirigí a la habitación de Damen ya no estaba ahí. Así que de inmediato regrese a la mía, tome mi celular y le escribí a mi madre para contarle como iba todo ademas le avise que en cuanto regresara del viaje iría a visitar a mi hermano.
- Lía. – Escuche mi nombre en voz baja afuera de mí habitación.
- ¿Sí? – Pregunte un poco asustada así que me dirigí a la puerta y la abrí.
- ¿Qué hace aquí? – Era el Padre de Damen.
- Necesito hablarte de algo. – Esto sonaba bastante raro que el padre de mi novio viniera a la puerta de mi habitación susurrando que me tenia que decir algo.
- No te asustes pero nadie puede oírnos. – Dijo bajando la voz.
- ¿Entonces? – Susurre también.
- Ven vamos a la biblioteca. – ¿Tenia biblioteca? Me pregunte siguiendo al señor Daniels.
Con mucha cautela bajamos a la biblioteca era enorme habían muchos libros de diferentes autores Damen no mentía cuando decía que a su padre le gustaba leer.
- ¿Impresionante no? – El padre de Damen noto lo sorprendida que estaba de ver su enorme biblioteca este señor cada vez me caía más bien.
- Bien Lía hace rato te vi salir de la habitación de Damen supongo que te diste cuenta que no estaba ahí. – Dijo.
- Así es ... ¿Usted sabe donde...? - No me dejo seguir con la pregunta y me pidio que tomara asiento en un sofa que había en la biblioteca, el se quedo de pie dando vueltas por todo el lugar.
- Mi esposa lo ha llamado al jardín, ambos están conversando allá afuera mi esposa suele desayunar sola por las mañanas en el jardín esta mañana se entero que estabas aquí y mando a llamarle. – Sabia que debí quedarme a dormir en otro lado o a lo mejor no hubiera venido esa señora cada vez me daba miedo quien sabe las horribles cosas que le estará diciendo de mi a Damen.
- Mi esposa no suele comentarme mucho sobre que planea o piensa pero esta vez me lo dijo y me dejo algo claro y por eso estoy aquí para advertirte de todo lo que pueda pasarles a ti y a mi hijo. – Por un demonio lo que faltaba.
- Si - Estaba dispuesta a oír cada palabra que el señor Daniels dijera.
- Helen mi esposa quiere que Damen venga a estudiar aquí a Madrid para así en el futuro él pueda hacerse cargo de las empresas. – Esa era la razón por la cual Damen jamas me decía sus planes universitarios.
- ¿Tú sabes a que nos dedicamos? – Pregunto.
- No exactamente. – Respondí cada vez con tono desilusionada ante semejante confesión.
- Somos dueños de una empresa de autos. - Eso explicaba la calidad y cantidad de autos que Damen conduce.
- Yo soy dueño de una editorial llamada INFINITY aquí en Madrid. – Sin comentarios, no entendía por que Damen me había ocultado eso.
- Mi esposa es dueña de una cadena de restaurantes de lujo de España y otros países de Europa, en resumen a eso se debe muestra posición económica. – Había algo que no lograba entender y era porque el me estaba ayudando contandome todo esto.
Editado: 19.02.2020