Estoy alguito borracha, no mucho solo alguito. Bailo como si fuera una experta cosa que no soy claramente. Giro para mirar a Ethan, pero no lo veo. Dejo de bailar y voy a buscar el último vaso de cerveza que me tomaré está noche.
Si claro.
Se que cuando llegue a casa me recibirá un regaño de papá, por no llegar a la hora acordada. Siento una felicidad que no puedo creer que sea verdad, mi mente va una y otra vez a lo que pasó con Ethan horas atrás. Me beso, ETHAN, aparte dijo que le gustaba, estoy tan feliz por eso y puede que también por el poquito alcohol que tengo en mi sistema.
Al estar en la puerta de la cocina, veo algo que nunca pensé ver. Ethan y Valeria se están besando, se me cae el vaso que ni siquiera sabía que tenía en la mano o en que momento lo agarré. Ethan, se separa y se encuentra con mis ojos, que por más que trate de evitarlo, se que están llenos de lágrimas. Salgo rápidamente de hay sin esperar que me explique nada, aparte no somos nada como para que tenga que darme explicaciones, pero eso no cambia que me duela, maldita sea hace unas horas atrás me decía que le gustaba, que hablaríamos de lo que sentimos, para después encontrarlo así con Valeria.
Me dirijo rápidamente hacía la puerta. Al salir y el viento chocar con mi rostro me doy cuentas que ya he empezado a derramar lágrimas, las aparto de un manotazo o trato, porque solo salen más. Ya fuera de la casa camino por la acera sin saber cómo diablos voy a llegar a casa. Tengo como 2 minutos caminando por la acera con un poco de miedo, algo borracha, con mucho frío y el corazón dolido. Escucho el claxon de un auto haciendo que me sobresalté y asuste al mismo tiempo.
Estoy a nada de salir corriendo como la valiente que soy, pero cuando el auto se detiene lo reconozco de una, es el auto de Ángel. El auto se estaciona prácticamente a mi lado y veo como baja la ventanilla revelando a su conductor (Ángel).
–¿Qué haces aquí, Sasha?.
–Estoy dando un paseo es que no ves- puede que le haya respondido un poco grosera, pero estando un poco borracha no olvidó que me beso sin más, es algo que cuando no esté algo borracha le preguntaré, ya que no entiendo porque hizo eso, ya que nunca me ha dirigido mucho la palabra, de todos los integrantes de el grupo con el que menos hablo o me llevo es con el, porque cada que trataba de acercarme a hablar con el siempre saca una escusa, sobre que tenía que ir a X lugar.
–¿Necesitas que te llevé a tu casa?.
La verdad es que si, ya que dudo que pueda encontrar un taxi o lo que sea, para poder llegar- No.
–Estas segura, dudo que puedas encontrar un taxi a estas horas.
Tiene razón, dudo que pueda encontrar algún taxi a las 2 de la madrugada.
–Esta bien- Acepto ya que tiene razón, aparte no es seguro que ande a estas horas.
Doy la vuelta para subirme en el asiento de el pasajero. Cuando ya estoy dentro Ángel, pone el auto en marcha.
–¿A tu casa?.
–Si.
Pagan unos 4 minutos, muy incómodos para mí ya que tengo la necesidad de preguntarle el porque de ese beso, aparte siento las mirada de reojo que me lanza.
–Se que quieras preguntar, anda hazlo.
–Ah?.
–Que quieres saber por qué te bese, no?.
–¿Por qué lo hiciste?- Le pregunto, era ahora o nunca.
–Se puede decir que para incentivar a Ethan.
–¿Para que o que?.
Eres o te haces.
–Todos sabemos lo que sienten el uno por el otro, ustedes eran los únicos idiotas que no se daban cuenta.
–Espera, aguántame tantito, cómo que todos sabían.
–Pues si. Hay que ser muy ciego, para no darse cuenta de cómo lo mirabas o como el te miraba a ti.
–Si lo sabían, ¿Por qué no mencionaron nada?.
–Simplemente queríamos ver quién daba el primer paso.
–Y entonces ¿por qué me besaste?.
–Se puede decir que me aburrió la espera.
Cuando giro mi cabeza para mirar lo (ya que todo el tiempo estaba mirando por la ventana), tiene una extraña sonrisa, que puedo ver gracias a la luz que hay en el techo de el auto. Lo que no me termina de convencer de que hizo eso, porque se aburrió de esperar.
–Entonces tu idea era…
–Que se enojara y te confesara lo que siente por ti.
Si. Siente tanto por mi que hace unos minutos lo encontré besándose con Valeria. Lo pienso, pero no lo digo.
Trato de no pensar en eso porque no quiero llorar, al menos no aquí.
–Y como sabías que eso iba a funcionar.
Se encoje de hombros- No lo sabía, digamos que lo deje a la suerte.
Solo lo miró por unos segundos y miro nuevamente por la ventana del auto, lo que queda de camino. Hay algo que me dice que no crea completamente en lo que dice Ángel. Suelto un pequeño suspiro deseando llegar ya.
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Después de una media hora llegamos a mi casa. Me trató de bajar del auto, pero la mano de Ángel, no me lo permite.
–¿No te vas a despedir?.
No sé porque el tono que uso, para decir eso me hizo sentir más incomoda, de lo que ya me sentía.
–Gracias.
Me sonríe y me suelta, salgo de una un poco por no decir muy aturdida, Ángel, la persona que nunca sonríe, la que (a mi parecer) trataba siempre de evitarme, me acaba de sonreír.
Camino un poco aturdida, por eso hacia la puerta de casa. Busco la llave en mi bolso el cual se me olvidó en el auto de Ángel, cuando ingresamos a la fiesta, y que unos minutos antes de llegar el, me entrego.
Ruego en todos los idiomas, para que no allá nadie despierto. Ya en la puerta, procedo a buscar mis llaves dentro del bolso, las cuales encuentro de una. Abro lentamente la puesta y tratando de ser lo más silenciosa posible. Al ingresar está todo oscuro, cierro la puerta a mi espalda y camino prácticamente de puntillas hacia las escaleras.
Estoy apunto de empezar a subir las escaleras cuando las luces de la sala se encienden.
–¿Estas son horas de llegar?.
–¡AAAHHHH!- Grito-susurro mientras pego un salto, por el susto de ser pillada.