Me quedo helada al escucharlo decir esas palabras. Me sumerjo en mis pensamientos haciendo que me pierda en ellos. Conozco a Lucas desde muy jóvenes, todo el tiempo estuve con él, y él conmigo. Todo el tiempo estuvimos ahí, lo de menos que fuimos juntos a la graduación. Se veía guapísimo al igual que yo. Recuerdo que así lo decidimos porque él no tenía pareja para ir ni yo tampoco, así que técnicamente nos invitamos los dos.
Estábamos en almuerzo ese día, justo en el mismo lugar de siempre: en una banca en el patio. Yo ya había pensado en invitarlo porque él no tenía a nadie. Estaba muy nerviosa, a pesar de que fuera un amigo porque tenía miedo que dijera que no, ya que él estaba enamorado de una de mis amigas, pero ella ya tenía pareja.
Me arme de valor, los dos estábamos en silencio mientras copiábamos una clase.
—Oye —lo miro.
— ¿Sí, Lisa? —Continúa copiando.
—Quiero preguntarte algo —digo.
—Suelta su lápiz y me mira—. Yo también…
Y en ese momento lo dijimos, fue como si estuviéramos conectados.
— ¿Quieres ir al baile conmigo? —Los dos nos miramos y sonreímos.
Cuando pasó a recogerme no pude creerlo, estaba guapísimo con su esmoquin blanco y una rosa blanca. Fue perfecto, bailamos toda la noche, nos reímos, Margaret estuvo con nosotros y no puedo quejarme de ese día, no cambiarían nada de ello.
Lo miro a los ojos y me pierdo en ellos, qué será lo que ocurre, mil cosas me pasan por la cabeza.
Cuando me presentó a su novia quedé destrozada, nunca se lo dije, pero hacia unos meses que me había dado cuenta de que lo quería, pero ya era tarde, pues él estaba con alguien más y eso la lastimaba. Sus celos se volvieron un problema para ellos y se vieron obligados a distanciarse hasta que un día ella tomó la iniciativa y le escribió un año después de que se alejaran. Comenzaron a hablar, ella iba terminando el primer año de la universidad cuando se decidió escribirle. Él la acogió como si nunca se hubieran distanciado. Para ese entonces y había conocido a alguien y él aún estaba con aquella chica y bueno, me olvidé de lo que sentía por él y con él tiempo aprendí a verlo con alguien más y abrazando a otra chica. Llegué al punto en que ya ni me dolía. Así pasaron los años, ya yo estoy graduada y él está aquí conmigo. Estoy sola y hasta donde sé él también está solo, no sé qué nos espera en un futuro, y esta vez solo dejaré que el tiempo lo diga todo.
Permanezco junto a él esperando a que me diga que rayos ocurre, me volverá loca no saberlo. Sentada en la banca puedo notar su preocupación correr sobre su frente como una gota de sudor.
—Lisa, lo que pasa es que… —hace una larga pausa.
— ¡¿Qué?! ¿Qué diablos ocurre? —Pregunto desesperada.
—Yo, yo voy a ser papá —él me mira y sentí como mi mundo se desplomaba.
Bajo la cabeza sin lograr comprender cómo, cómo era posible.
— ¿Con quién? —Pregunto tratando de ocultar lo que siento.
—Con Claudia —dice decepcionado.
— ¡¿Qué?! Pero ya no estabas con ella —lo miro.
—Dos meses antes de venir estuve con ella, fue algo de una noche, estaba solo y la llamé, ella me invitó a su casa y pasó.
— ¿Cómo lo supiste?
—Anoche me llamó mientras dormía, me lo dijo todo y pues, no pude dormir después de eso. Busqué un vaso de agua y apagué tu televisor. Me pasé toda la noche en vela por esa noticia.
No puedo creer lo que escucho, me pongo de pie y me alejo de él.
— ¿A dónde vas? —Pregunta poniéndose de pie mientras ve como me alejo.
—Necesito pensar —contesto siguiendo mi camino.
Puedo sentir una presencia detrás de mí: me hala por el brazo.
— ¡¿Qué?! —Me giro bruscamente.
— ¿Por qué te pones así? —Pregunta él.
—Eres un idiota, ¿cómo pudiste volver a casa de esa mujer? —Pregunto molesta.
—Oye, no tengo por qué contestarte eso, pero estaba solo, necesitaba a alguien y ella estaba ahí —me contesta enojado por mi reacción.
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en el texto hay romance, en el texto hay crimenes, en el texto hay corazones rotos
Editado: 25.07.2018