Me quedo anonadado al ver la camioneta de los padres de Lisa parqueada en el frente, ¿Cómo no la noté antes? Me preguntó si habrán entrado a la casa. Me acerco a esta y veo que abren la puerta del acompañante: era la madre de Lisa.
—Hola mamá —digo mientras me acerco.
—Hola cariño, ¿cómo estás? —Pregunta ella con una sonrisa en su rostro.
Me acerco para besarle la mejilla y veo a Lisa que se acerca con su padre. Me acerco a él y lo saludo elevando mi abrazo.
Lisa estaba muy feliz de poder mostrar su nueva casa, la alegría saltaba de sus ojos y salpicaba por cada uno de nosotros.
—Vengan y vean mi nueva casa —dice ella haciendo paso para que entren.
—Ohh… Lisa, es muy bonita —dice su madre pasando por la puerta.
Ellos pasan y yo me quedo de último, cuando voy a cerrar la puerta miro a la casa del vecino y pude notar que alguien miraba a través de la ventana. El tipo me resultó un degenerado sin escrúpulos y me enfadaba la idea de que nos espiara. Era realmente una molestia.
Lisa estaba haciendo el recorrido por toda la casa acompañada de sus padres mientras que yo permanecía cómodamente posado sobre la pared con los brazos cruzados mientras la veía mostrar la casa. No pude evitar sonreír mientras la veía hacerlo.
—Lisa tu casa está muy hermosa, ojalá y Dios permita disfrutarla —dice su madre mientras caminan a la sala.
—Gracias mamá—. Sonríe.
— ¿Qué tal si preparamos la cena? —Sugiero acercándome a ellos.
—Pero aún es temprano —responde su padre.
—Sí papá de Lisa, pero así tenemos tiempo de planificar qué comeremos. Así que digan, ¿Qué quieren?
Ellos se miran y sonríen.
Salgo de la casa y me dirijo a la tienda para comprar todos los preparativos para la cena, quería esmerarme porque preparar platillos era mi actividad favorita, eso nunca fue el fuerte de Lisa y por eso yo me encargaré de la comida en la casa y pasa ser honestos esa es la mejor opción.
Llego a la tienda y me dirijo hacia el área de las verduras y frutas, pues quería preparar una deliciosa ensalada y unos exquisitos espaguetis blancos, los cuales eran mi especialidad.
Empiezo a tomar todos los ingredientes y los entro en una canasta. Cuando estoy tomando una lata de maíz me doy cuenta de que un hombre encapuchado y con lentes entra a la tienda, me pareció muy extraño así que me apresuré a tomar mis cosas y dirigirme a la caja para pagar.
—Bunas tardes —saluda la cajera muy simpática mientras toma unos ajíes de mi canasta.
—Buenas tardes señorita —saludo amablemente viendo como ella registra todo lo que compré.
Vea al hombre que se pasea de un pasillo a otro y hace que un sudor frio corra por mi frente.
—Son 35 dólares —dice la cajera.
Con la mano temblorosa saco mi billetera de mi bolsillo y saco el dinero. Ella me pasa la devuelta y la factura. Apresurado lo tomo al igual que mis bolsas y salgo de allí lo más rápido que puedo. Al llegar al estacionamiento y subir las bolsas a la camioneta me doy cuenta de que no llevo conmigo las llaves. Aterrado miro a todo mi alrededor y las veo en el suelo. Pienso que por la rapidez con la que iba las dejé caer y no me di cuenta.
Las tomo y me subo a la camioneta, la enciendo y arranco a toda velocidad de allí.
Llego a casa, todos estaban riendo, desde afuera se escuchaban las carcajadas. Lisa había puesto música en el estéreo y el ambiente era fantástico. Ellos hablaban de cómo estaban las cosas por allá cuando pasé con las bolsas hasta la cocina. Lisa se acerca a mí.
— ¿Quieres que te ayude? —Se detiene a mí lado.
—No, muchas gracias, tu ve con tus padres yo me encargaré de esto —dice él sacando cada uno de los ingredientes.
—Está bien—. Se va.
Lucas empieza a picar los ingredientes mientras escucha la plática que ella tenía con sus padres hasta el punto que él terminó participando de esta.
Los espaguetis casi estaban listos así que Lisa empieza a poner la mesa, Lucas saca unos pancitos de ajo y los echa en un recipiente para que ellos vayan comiendo a lo que la cena estaba lista.
Él preparaba la ensalada mientras que Lisa sacaba los espaguetis para que se fueran enfriando. Sus padres se van sentando en la mesa mientras ellos terminaban. Lucas lleva la ensalada hasta la mesa mientras Lisa llevaba los espaguetis detrás de él.
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en el texto hay romance, en el texto hay crimenes, en el texto hay corazones rotos
Editado: 25.07.2018