Su nombre es Lisa West

Capítulo 19

Lisa estaba ansiosa de que fuera la hora de salida, pues quería dar la vuelta con Maddie en su nuevo auto. El tiempo cada vez era más y más largo, era increíble lo lento que puede trascurrir el día cuando quieres que llegue una hora en especifica. Ella miraba el reloj que tenía colgado de su muñeca.

— ¿Ya te quieres ir? —Pregunta Maddie mientras limpiaba el mostrador.

— ¿Ah? —La mira—. No, no, solo es que tengo que llamar a Lucas —saca su teléfono de los bolsillos.

—Ahh —la mira extrañada.

Lisa marca al número de él: el teléfono timbra.

—Hola, ¿Lucas? —Dice ella.

—Sí, dime Lisa, ¿Ya voy a buscarte?

—No, eso quería decirte. Me iré con Maddie, daremos una vuelta en su nuevo auto y me llevará a casa.

—Está bien, no hay problema —contesta él.

Lucas estaba sentado en el sofá de la sala, frente a frente de Anderson quien aguardaba a que él concluyera la llamada.

— ¿Qué es lo que quieres? —Pregunta Lucas en tono serio.

—Que no te vayas a acercar a Lisa —contesta él mientras guarda su teléfono.

—No me pidas eso —contesta.

— ¿Por qué? ¿Por qué no puedes? —Pregunta ya incómodo.

—La quiero, la quiero para mí…

Lucas le avienta sobre él, coloca su antebrazo haciendo presión del cuello de Anderson.

—Ella no será tuya, ni te atrevas a mencionarlo de nuevo —Ordena haciendo presión en sus dientes perfectamente juntos.

—No me pidas eso, porque no lo puedo hacer —contesta mirándolo a los ojos.

—Eres un canalla, me jode tu aire de hombre de poder.

—Y a mí me jode tu idiotez—. Lo empuja para quitárselo de encima.

— ¡Detente!, ¿Qué te pasa? —Grita Lucas muy enojado.

— ¡Quiero estar con tu amiguita! Ella será mi mujer —Dice sin titubear.

—Eso si yo lo permito, ella no va a estar contigo porque me quiere a mí…

—De qué le sirve amarte, si tú nunca le darás una oportunidad. Como dije antes, ella se está olvidado de ti, me hubiera gustado grabar como ella me miraba, como sonreía mientras me veía, sé que ella desea estar conmigo, digo, ¿Quién no lo desearía?

—Ella no es tan idiota, ella nunca estaría con un tipejo como tú, y menos de tu calaña. Te vas, lárgate, ¡Que te largues!

—Está bien, está bien, pero muy pronto sabrás de mí —dice mientras se la media vuelta.

—Eso lo veremos —dice Lucas mientras lo ve.

Anderson camina hasta la puerta con una sonrisa malévola en sus labios.

Lisa se sube al auto, tenía un delicioso olor a canela, los asientos en pana eran grises y realmente cómodos. Ella pasa sus manos por el tablero: realmente fantástico.

—Increíble el coche —halaga Lisa.

—Bueno, vamos —dice Maddie.

Ella enciende el auto, encienden las luces y su motor ruje, arrancan. Ellas salen del establecimiento. Van corriendo por la calle Main, Lisa baja su ventanilla y saca su mano sintiendo como la brisa la golpeaba tratando de derribarla. Ellas suben el volumen de la radio. Maddie hace un giro a la izquierda para llegar a la calle principal.

— ¿A dónde me llevas? —Pregunta Lisa dichosa.

—Relájate, solo es una vuelta —responde con un aire de seguridad.

Maddie conduce por varios minutos, llevan mucho tiempo corriendo ya. Lisa ve que ella gira hacia la derecha tomando la Tallulah ave calle que conecta a Tallulah costa norte con lake forest.  Ellas se detienen a las afuera de un parque de nombre Signet Park que había allí.

—Esto es fantástico —dice ella deslumbrada por el lugar.

—Maddie suelta una carcajada —sabía que te gustaría.

—Es tan lindo aquí.

—Sí —afirma ella mientras se acerca a Lisa.

— ¿Tu eres de aquí, de Jacksonville?

—Pues sí, siempre he vivido aquí con mis padres, nunca he salido de este lugar, pero me siento cómoda aquí, ¿Sabes? —Asegura ella—. ¿Cómo es Manhattan?




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