Lisa se queda extrañada al escuchar a Lucas reprocharle algo así.
— ¿De qué hablas? Te dije que iba a salir con Maddie. No comprendo tu actitud —le contesta mientras cierra la puerta.
—Tú no puedes hacer esto Lisa —se pone de pie de golpe.
— ¿Cómo por qué? —Pregunta mientras pone las llaves de la casa en el gancho.
— ¡Hay un loco que está detrás de ti! —Grita él.
— ¡¿Quién?! ¿Quién según tú? —Se acerca a él.
—El tonto de tu vecino, ese tipo está loco, ¿Puedes creer que vino hoy y me dijo que estaría contigo? Ese tipo está loco Lisa.
Ella le lanza una mirada triste.
—Lisa, Lisa, no me digas que te está interesando ese tipo.
Un silencio incomodo se manifiesta en el lugar. Lisa permanece para frente a él sin decir ni una sola palabra.
—Se pasa la mano por la cabeza—. ¡Responde, Lisa! —Grita.
—No grites —pide asustada—. No, no él no me interesa, ¿Cómo me puede interesar alguien que apenas sé que existe?
—Lisa, ese tipo está loco —se acerca a ella.
— ¿Qué quería él? —da dos pasos hacia atrás.
—Toco la puerta y no sabía que era él, si lo hubiera sabido ni la abro. Entró a la casa se sentó en la sala, yo le pregunté que qué quería y me dijo que me sentara, en ese momento fue en el que llamaste. Cuando colgué todo lo que hablamos fue sobre ti y que estarás con él, según cuando te vio hoy le lanzaste una mirada que de alguna manera u otra le hizo entender de que él te interesaba.
— ¿Qué diablos le pasa a ese tipo? —Pregunta ¨furiosa¨.
Ella camina hasta a la puerta.
—Lisa, lisa ¿A dónde vas? —Lucas la sigue.
—Déjame, yo le diré cuatro cosas al loco ese.
Lucas trata de sujetarla en medio de la calle mientras esta lucha en zafársele para llegar a la casa de Anderson. Lucas la sujeta por el suéter.
—Déjame ponerlo en su lugar.
—No, no, vamos a dentro —él la toma en brazos y se la echa al hombro.
—Bájame, bájame —pide mientras pataleaba.
—Lucas abre la puerta, la tira en el sofá—. ¿Estás loca? Ese es un maniático, no sabes que te podría hacer.
Ella respira forzado mientras lo mira.
— ¡Ahh! —Grita mientras se pone de pie.
— ¿A dónde vas? —Pregunta él mientras la mira fijamente.
—A darme un baño, ¿Qué? ¿Me quieres acompañar? —Contesta mientras camina sin mirar atrás.
Lucas la mira hasta que esta se desaparece en el interior de su cuarto. Él camina de un lado a otro mientras pasa su mano por la cara.
Lisa se sienta en la cama, pasa su mano por su cabellera echándose los mechones que tenía sobre su frente hacia atrás. Ella piensa de qué manera podrá llamar la atención de Lucas, es perfecto, si ella se atrevía a ponerle caso a Anderson, Lucas se interesaría por ella porque la chica estaría en peligro. Él sentirá que tiene que hacer algo para ayudarla, de esta manera estará más pendiente de Lisa y así pueda ser que en poco tiempo se dé cuenta de que se estuvo preocupando demás y que quizás sea por otras razones que él no quería que ella estuviera con Anderson y esa razón sería que al fin se da cuenta de que él la quiere más que como una amiga. Plan perfecto, aprueba de tontos.
Ella se quita los zapatos y los arroja a un lado de la cama, se quita los pantalones y el suéter, se queda en ropa interior. Toma su gorro para la regadera y su toalla, la enrolla en su cuerpo y se va al baño. Ella abre la regadera, el agua caía sobre su cuerpo mientras ella acariciaba su piel muy suavemente.
Mientras se duchaba escucha que un teléfono suena, ella presta atención para saber si era el de ella que timbraba, pero este deja de sonar.
—Hanna, ahora no puedo —escucha Lisa a Lucas decir.
— ¿Qué? —Susurra—. ¿Qué hace Lucas hablando con ella?
Él camina hasta su habitación y cierra la puerta.
—Hanna, no me ataques con eso, ahora mismo no puedo hacer nada, Lisa me necesita.
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en el texto hay romance, en el texto hay crimenes, en el texto hay corazones rotos
Editado: 25.07.2018