Ya me encontraba desesperado, angustiado, aunque ya no quisiera esa energía negativa se empezaba a apoderar de mi cuerpo. Son las 8:12 PM y aún no he sabido nada de ellos. Pronto podré llamar a los oficiales ya casi pasarán las cuarenta y ocho horas. Ya hice todo lo que pude, no hay manera de contactarlos y aunque no quiera pensar en lo peor cuando no sabes del paradero de alguien hace más de un día, casi. Es difícil no dudar y pensar en lo peor.
Tratando de despejar la mente un poco y olvidarme de esta preocupación con la que cargo, decido a que iré al gimnasio a olvidarme de todo esto por unas horas.
Preparo la ropa que me pondré, busco todo lo que necesito por si me quieren contactar o por si ocurre algo. Necesito estar listo para lo que sea que pueda pasar.
Tomo mi bulto para ir al gimnasio. Tomo las llaves de la casa y mi celular, y las echo en el bolsillo de mi bermuda. Camino hasta la puerta donde prosigo a abrirla para salir, sin esperarlo suena mi teléfono. Me espanto al escucharlo y no reaccionó de inmediato, pero cuando despierto del trance en el que había entrado, dejo caer mi bulto al suelo y apurado entro las manos, deseando que aquella que llamara fuera Lisa o Lucas diciendo que estaban bien, pero para mi sorpresa no eran ellos.
— ¿Qué pasa Jason?—. Cierra la puerta.
—Amigo, ¿Qué pasa contigo? Te has perdido estos meses—asegura su amigo en medio de una carcajada.
—No sabes nada. ¿Ya llegaste de tu viaje? —Pregunta mientras se sube al auto.
—Sí, llegué hace dos días, estaba para donde la familia y ya sabes cómo son mis viejos, no me dejaron salir para ningún lado desde que llegué, pero ahora tengo tiempo libre, vamos a juntarnos con los muchachos, vamos a dar una vuelta, vamos a un bar, no sé, llama a los muchachos. Yatengo todo listo.
—Está bien, pero llámalos tú, ahora mismo iré al gimnasio y estaré un rato allá, sabes, para mantener la costumbre y eso —arranca.
—Bueno, está bien, yo también iré: me hace falta.
—Pues arranca, allá nos veremos.
—Bien—. Cuelga.
Aunque no era la persona que esperaba por lo menos su llamada me ha calmado un poco, pasaría el día con él y de alguna manera u otra me ayudaría a olvidar lo que estaba sucediendo con Lisa y Lucas.
Enciendo el aire del auto, pongo un poco de música mientras conduzco.
Trato de sacarme esas ideas de la cabeza, pero se me hace casi imposible hacerlo, solo pienso en lo que le pudo haber pasado a ellos. Trato de distraerme leyendo carteles o concentrándome en el camino, pero cuando menos lo esperaba ahí estaban esos pensamientos malvados y negativos. Esa energía mala que me envolvía de repente hacia que me preguntara en qué ocurrió.
Llego al gimnasio y parqueo mi auto próximo a la puerta. Entro al lugar y me doy cuenta de que hay solo algunas personas, me dirijo hacia donde estaban las caminadoras, coloco mi botella de agua a un lado y me echo la toalla al cuello. Enciendo la maquina cuando ya estoy listo para empezar mi rutina. Mientras estoy allí después de quince minutos de llegar alguien más se sube a la caminadora que estaba al lado. Al girar mi cabeza me doy cuenta de que era Jason.
—Hola hermano —dice sonriendo mientras miraba al frente.
—Hola —sonrió.
Él detiene su máquina y yo hago lo mismo.
—Dios hermano, te extrañe —dice él dándome un abrazo.
Yo hago lo mismo, extrañé estar con él, es mi mejor amigo y además debo de saber sobre qué pasaba en su vida alocada todo el tiempo. Es de esos chicos que le gusta vivir el momento, pasarla bien, está con las chicas que quiere, hace lo que quiere, sabe que quiere y como conseguirlo. Su temperamento es suave, no es de ese tipo de sujetos que tiende a enojarse muy fácilmente, pero cuando lo hace da miedo porque verlo así no es lo usual. Él es un tipo divertido, siempre tendrá algo que contarte sobre él o sobre alguna experiencia que había vivido. Es muy alegre y fiestero. Su vida a veces está fuera de su control.
Le gusta estar donde sabe que la puede pasar bien, donde habrá buena música y buena comida, además de que haya lindas chicas. Ama a sus padres, aunque ellos están separados y pues cada quien hizo su vida ya. Él le dedica mucho tiempo a su familia cuando no está gastando su dinero en ropa o zapatos. Le gusta vestirse bien, verse bien. Él piensa que las personas te trataran exactamente como luzcas, si andas lleno de grasa te trataran como el mecánico de sus autos. Si andas con unos jeans muy ajustados y un abrigo amarrado alrededor de tu cuello te van a tratar como un adolescente o afeminado. Si andas bien formal y bien vestido para las dadas ocasiones te trataran como el dueño de la fiesta o del evento. Así es él, todo un personaje, su carácter pasivo y su espíritu fiestero se veían bien en conjunto.
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en el texto hay romance, en el texto hay crimenes, en el texto hay corazones rotos
Editado: 25.07.2018