Subterfugio

2 - Alara – 1

Alara estaba mirando a su padawan entrenar en la jungla, Yavin-4 era un bello planeta que le recordaba a casa. Su tristeza estaba en su punto más bajo en mucho tiempo. El funeral de Lyrian había sido corto, pero había conocido a varias personas interesantes en Corellia. Convenció a Cen de trabajar con ellos y parecía que Chup no quería volver a trabajar en una nave. Su misión parecía ser simple, explorar unas ruinas perdidas de un antiguo Dark Lord. Exar Kun era un tabú dentro de la Orden, como la gran mayoría de jedis caídos en la historia de la galaxia. Uno de sus templos había sido encontrado en la jungla. Mucha historia se había perdido de esos tiempos, pero por alguna razón la cuarta luna de Yavin Prime había sido base de una rama de la Orden hace mucho tiempo. Su intención era descubrir eso o, más bien, algo que apunte a esa hipótesis de su maestro. No estaba sola, Lira y Athos eran sus acompañantes. Ambos estaban entrenando junto su padawan. Tori y Lira eran grandes amigas y se pasaban su tiempo junto practicando y entrenando. Cen estaba parado contra su nave, viendo a los padawans entrenar a su lado. El hombre parecía sombrío, Alara sintió que necesitaba hablar con ella.
“¿Qué pasa, Cen? Parece que algo te carcome la conciencia.” Dijo pensante Alara.
“No debí aceptar este trabajo…” Dijo pensante el capitán. “No sé porque, pero este lugar no me agrada demasiado.”
Alara conocía la razón, estaba sintiendo la misma presencia oscura que ellos sentían.
“Este lugar es… adepto al lado oscuro.” Dijo pensante Alara. “No te preocupes, estamos a salvo aquí. Puedes ir a la estación espacial si necesitas alejarte.”
“Voy a cumplir mi trabajo, maestra.” Dijo pensante Cen. “A la vuelta tendremos a la tripulación completa.”
“¿Siempre te separas de tu tripulación?” Preguntó pensante Alara.
“Es normal, tienen que gastar sus créditos en algún momento.” Dijo divertido Cen. “¿Esto era lo que hacías con mi sobrino?”
“Entre otras cosas…” Dijo sonriente Alara. “Una de las primeras cosas que hicimos juntos fue explorar un viejo templo. Resultó ser un antiguo laboratorio sith…”
“Ya veo…” Dijo pensante Cen. “¿A quién esperan?”
“A un amigo de la República. Es un famoso arqueólogo de Coruscant, es un experto en historia galáctica, especialmente de las viejas Guerras Sith.” Dijo pensante Alara. “Deberían estar por llegar.”
“Me marcharé cuando los vea partir.” Dijo pensante Cen. “Solo tienes que llamarme por el comunicador, la verdad es que no hay mucho para hacer en este planeta.”
“No te preocupes por nosotros, Cen. Gracias por aceptar el trabajo.” Dijo pensante Alara.
Un pequeño grupo de personas se acercaba en un vehículo terrestre. Este parecía ser una camioneta y los científicos venían dentro. Un curioso humano se bajó a apretar su mano. Tenía un pintoresco sombrero y apestaba a repelente para insectos.
“Buenos días, maestra. Gracias por venir a asistirnos.” Dijo divertido el hombre. “Profesor Uzuri Wanwa, encantado en conocernos.”
“Buen viaje, Cen.” Dijo sonriente Alara. “Mucho gusto, profesor. Mi nombre es Alara. Ahora le presento a mis padawans.”
“Hace mucho que no tengo el gusto de trabajar con ustedes…” Dijo divertido Uzuri.
“Hasta luego, Alara…” Dijo preocupado Cen para luego meterse en su nave.
Los padawans se acercaron al camión para ser presentados y subirse a la caja. El camino estaba desparejo, pero parecía que su vehículo no iba a tener problemas en pasar. Tori estaba parada en el borde agarrada de una baranda viendo los animales pasar, había muchos lagartos voladores en Yavin-4.
“Estamos preparados para todo.” Decía pensante el profesor. “Yo seré su guía, tengo un pequeño mapa para seguir y una gran variedad de instrumentos para instalar.”
“¿Dónde está este lugar?” Preguntó con curiosidad Alara.
“En una fisura… Lo sé, suena fuerte. Hubo un movimiento tectónico en el planeta hace poco y el terreno se abrió por estos lugares. En una de las caras del abismo encontramos algo peculiar, la entrada a lo que parece ser un templo, su arquitectura es de la época de la Gran Guerra. Tengo la ilusión que sea el lugar de descanso de Exar Kun.” Dijo con efusión el profesor.
“No me gusta eso.” Dijo pensante Athos. “Voluntades como la de ese sith pueden durar para siempre.”
“Yo estaba pensando lo mismo.” Aportó Lira.
“Por eso quería explorarlo con ustedes.” Dijo pensante Uzuri. “No quiero que esto se convierta en un desastre. No hemos puesto un pie en el lugar, solo hemos construido la entrada. Este planeta fue hogar de su Orden hace algún tiempo, pero nadie sabe por qué.”
“Fue una decisión acertada contactarnos, profesor.” Dijo pensante Alara. “¿Algo más que decirnos sobre Exar Kun?”
“Ah, podrías hablar días sobre él. Supongo que sabrán que era un gran jedi en su juventud y terminó siendo el azote de la galaxia…” Dijo pensante el profesor. “Esta parte de su vida, sus últimos días no los conocemos bien. Sabemos que traicionó a unos de sus compañeros que trajo a toda la República para cazarlo a este planeta, pero no sabemos cómo terminó esa historia. Mi hipótesis es que ha muerto en este planeta y sus restos descansan en una de estas ruinas, pero mis colegas tienen diferentes alternativas a esto.”
“Hmm… Syo sabía que esto iba a pasar y me dio un poco de información, por lo que sé su aprendiz era llamado Qel-Droma, al cual traicionó cuando atacaron a la Orden. Ambos solían ser jedis y por lo que mi maestro de ha dicho, la Orden hizo algo drástico cuando lo atraparon…” Dijo pensante Alara. “Después algo pasó en este planeta y, al igual que usted, esa es la parte que queremos aprender.”
“Qel-Droma… otro caído.” Dijo pensante el profesor. “Está bien informada, maestra.”
“Mi maestro es el experto, lamentablemente estaba ocupado en su propia excavación y me mandó en su lugar. Le gustan las notas que tomo.” Respondió divertida Alara. “Lira, Athos necesito que estén atentos a nuestros alrededores, esto no va a ser fácil.”
“Entendido, maestra.” Dijo pensante Lira.
Athos asintió con la cabeza.
“Está melancólico últimamente…” Agregó divertida.
“No deberías hablar por los demás, hermana.” Dijo con seriedad Athos.
“Deberías usar palabras para expresarte entonces.” Dijo sonriente Lira. “Deberíamos ser diplomáticos…”
“Por algo nos movemos en grupo, Lira.” Opinó divertida Alara. “Todos tenemos talentos diferentes…”
“Lo sé, pero no me gusta ser la simpática de la familia…” Dijo divertida Lira. “Tori, deberías acercarte a escuchar lo que decimos, tal vez sea importante cuando estemos en el templo.”
La padawan se sentó junto a Alara.
“Maestra este planeta se siente raro…” Dijo pensante Tori.
“¿Puedes sentir la… oscuridad?” Preguntó con curiosidad Alara.
“Sí, pero siento que está… enterrada.” Dijo pensante la padawan.
“Es cierto, no sabía cómo ponerle palabras.” Dijo pensante Lira.
Alara extrañó a Shin.
“No puedo opinar en esos temas, pero puede que su orden haya hecho algo en este planeta…” Dijo pensante el profesor.
“Se puede suprimir la oscuridad de varias maneras…” Dijo pensante Alara. “Pero eso es un tema para otro día.”



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Editado: 14.04.2023

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