Capítulo 16. Piezas.

Isla ReiMoBle.

19 de abril. Torre suroeste.

Una gran cantidad de computadoras encendidas y siendo utilizadas por distintas personas. Dos personas encargadas del proyecto al lado del que se encargaba de la computadora madre. La clara imagen de un icónico de alerta logro captar su atención.

–Señor –hablo el hombre encargado de la computadora madre–. Tres de los primeros Noobs que han salido se perdieron.

–Utiliza el sistema de rastreo –soltó en seco Robín.

–Ya lo hice –defendió– pero tal parece que fueron destruidos.

–Encuentra el ópalo en su sistema, no quiero volver a pagar por el –ordeno tajante.

Sin decir palabra alguna comenzó a realizar la orden buscando en el ordenador. Un mapa electrónico de todas las islas del reino de MB apareció, el proceso de acercamiento comenzó para terminar en la misma isla del castillo cercana al bosque. Dos puntos rojos brillantes que daban con dos de los ópalos.

–Señor –volvió a hablar con un ligero tono de miedo–, solo aparecen dos.

–¿Dos? –Preguntó extrañado–. Busca al tercero. Expande el mapa si es necesario, puede estar en alguno de los demás reinos.

Sin decir palabra alguna realizo la tarea. Un mapa que mostraba todas las islas de los reinos. La búsqueda de aquella piedra preciosa que llevo unos minutos para terminar inútil.

–No hay detección de ella –dijo el hombre–, es como si no existiera.

La molestia en el rostro de Max y en Robín. Las ganas por hacer añicos todo los inundo. La calma fue más rápida en Robín que recordó una isla.

–Busca la isla privada número uno.

Un movimiento de cabeza por parte del hombre para buscarla. Nuevamente el mapa que en unos momentos comenzó a disminuir en el reino de MB. El sonido de error contradijo. Una isla que no aparecía en el mapa, porque.

–Muy bien –dijo para palmear el hombro del hombre y de Max para que se calma–. Yo me encargo.

Sin la intención de dejarse dominar por aquella furia que le quería controlar abandono la sala. Caminando por unos minutos hasta llegar a su habitación.

12:19 pm. Una habitación oscura y alejada de las demás. Un recipiente con agua que mantenía una ligera luz. Una insignia aparecer. El movimiento de ligeras olas en el recipiente con agua. Una gran gota de agua que salió del recipiente para comenzar a expandirse formando un ovalo de gran tamaño. Una ligera e incapaz de ser vista hoja de agua.

–E4.

La pronunciación del ser que lo había estado ayudando en su cometido. El ovalo de agua comenzó a ondearse para después comenzar a aclararse dejando al aire la figura de alguien. Una figura que era notada pero incapaz de ver su rostro. Una habitación oscura en la que se encontraba, una luz podre que no alumbraba su rostro incapaz de verlo.

–Siempre oculto en la oscuridad ¿no? –dijo Robín.

–Yo me oculto en la oscuridad y logro lo que quiero. Tú te mantienes en ella y no puedes siquiera acercarte –respondió–. No sé qué me da más pena. El que no puedas dar con tu objetivo aun con mi ayuda, o el que yo ayude a alguien tan inútil como tú.

Soltando una risilla contesto al insulto de aquel en el espejo de agua. –Se nota que todos ustedes tienen la boca muy grande.

–Y tú los huevos muy pequeños –respondió.

Una mirada de fastidio y enojo que quiso ocultar. Sin poder verse aquella figura se podía imaginar una sonrisa torcida en sus labios.

Apretando los puños para disminuir su enojo volvió a levantar la cara para ver al que no era visto. –¿Has tenido contacto con la princesa? –preguntó.

–Tal vez si, tal vez no, no lo sé y no te diré –dio en respuesta.

El sonido de un suspiro lleno de enfado y pesadez salió de los labios de Robín. –¿Cuánto quieres a cambio de esa información? –preguntó.

–¿Cuánto tiene que hice el primer trato contigo? –preguntó ignorando la formulación anterior.

–Más de 10 años –respondió.

–Aun no veo mi pago.

–Te lo daré pronto.

Soltando un sonido pensante siguió mirando a Robín. El sonido de molestia en ese simple pensar, logro hacer que la paciencia se fuera de su ser y fuera la persona que siempre era, una fría, vengativa y que nunca da segundas oportunidades.