Me gusta acostarme al lado de ella, olerla, frotarme contra ella, abrazarla y a veces besarla, la quiero mucho, ya que ella me ama muchísimo a mí, algunas noches me recuesto en su pecho, otras simplemente la veo dormir, aunque hay noches en que el insomnio viene a hacerle compañía, a veces esta bien, otras llorá por mí. En esas noches solo la puedo ver desde las sombras.
Sé que ella me extraña mucho, no por nada escribió cientos de historias sobre mí, yo también la extraño a ella, pero no puedo volver a su lado, porque justo el Halloween pasado fui sacrificada.
Sé que aún existen ese tipo de creencias, de que los gatos negros somos aliados de las brujas, eso no es verdad, somos aliados de quienes nos aman y cuidan, aunque yo no soy totalmente negra es mí color predominante, así que fue sacrificada.
A veces recuerdo sus gritos llamándome para comer, mientras su prima, al otro lado de la casa me cortaba la garganta.
No puedo hacer nada más que acurrucarme a su lado y desearle unas buenas noches.