Siempre creí que después de tanto tiempo lo había superado, había dejado atrás esa etapa de dolor. Me creí las palabras de qué todo estaba bien y que todo había pasado cuando no era así, por un momento creí que sí, que era así. Pero siempre hay algo que hace que todo lo que te atormentó, regrese, aún más fuerte.
Y eso me pasó, después de tantos avances, después de tantas cosas, volví a caer para no levantarme.
Pero tú, con tu cara de 'tengo una llaga en el culo, no me molestes', ojos cafés y sonrisa casi imperceptible. Con esas figuras de origami que sólo tú hacías con las que me podía quedar horas viendo cómo las hacías. Esa mirada que esparcía cansancio, aburrimiento e inevitable dolor.
Te volviste mi suerte.
Cuando te dije que me llevaría tu suerte para mí, lo decía en serio, porque si alguien la necesitaba era yo.
Te volviste mucho más que mi compañero de instituto al que me gustaba acompañar a todas partes sin que lo quisiera.
No sé con exactitud que hiciste, pero desde que te conocí todo en mi vida se había saciado.
-Danna.
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Editado: 08.05.2023