-¿A dónde vas?- hace la tonta pregunta, con esa tonta sonrisa y muestra sus tontos dientes. Todo en él es tonto ¿Vale?
Busco a Pamela entre el gentio pero ella se encuentra charlando animadamente con Julie y James, uniendoseles Blake. Cuando nuestros ojos se conectan le pido ayuda disimuladamente pero la muy traidora solo sonríe guiñándome un ojo y vuelve a su conversación como si nada, ignorándome por completo.
Y te lo mereces.
-¿No recuerdas el horario de clases?- pregunto volviendo mi atención a él.- Tenemos diseño- informo con cara de fastidio. No me agrada del todo ¿Bien? Solo su presencia me irrita un poco bastante.
Siempre he creído que nací para vivir aislada pues no me gusta hablar mucho. Solo lo hago con las personas que mi corazón elige incoscientemente.
Muevo mis pies nuevamente para entrar en el edificio pero habla siguiéndome. ¿No se cansa?- Claro que lo hago, Veranito- al escuchar el apodo que me ha impuesto, me detengo de golpe y giro sobre mis talones para enfrentarlo pero cuando quiero protestar contra eso, me interrumpe- por lo mismo sé que aún faltan unos largos 40 minutos para que comience- agrega ajustando la mochila en su hombro.
-Número uno: No vuelvas a llamarme Veranito. Número dos: No me importa unos largos 40 minutos y número tres: No vuelvas a irritarme con tu molesta presencia, mi existencia ya es lo bastante mala como para empeorarla por tu culpa ¿Vale?... adiós- termino y por fin me dirijo al salón sin importarme la reacción que haya tenido el tonto de Blue, o si mi no tan mejor amiga Pamela me haya seguido.
Llego a mi destino, ya algunos pocos compañeros de clases se encuentran charlando reunidos en grupo. Tomo asiento en la primera mesa de la esquina derecha y dejo la mochila a mis pies.
-Oye Charíl... ¿No sientes el ambiente más pesado?
-Si, al parecer una nube negra nos ha invadido en este lindo día soleado- murmuran más alto de lo que deberían y comienzan a reirse.
Si, esa clase de comentarios me los tengo que aguantar casi todos los días de la semana. Por eso no me gusta hacer amigos, muchos resultan ser unos completos hipócritos.
Ruedo los ojos e ignorándo sus tonterías me dispongo a escuchar música con mis audífonos. Titanium de David Guetta comienza a sonar en las pequeñas cornetas y retomo la lectura que había abandonado en el auto de Max.
Pero mi burbuja se explota.
Porque alguien me interrumpe.
Y a que si adivinan de quien se trata.
No seas tan dura con él.
-¿Qué?- pregunto seca quitando un audifono de la oreja, le miro indiferente.
Vale, contigo no se puede. No sé como siquiera tienes a Max y a Pamela.
-Nada. Solo que no me has dejado defenderme allá afuera- dice con una sonrisa pero la noto un poco decaída.- Perdón si te he ofendido o algo.
-No me has ofendido, Blue. Me has y sigues irritando- aclaro.
-Eres bastante directa- comenta.
-Si, esa es mi naturaleza- contesto mirando sus ojos. Sus chispeantes y azules ojos.- Si no puedes con ella, no te reprimas. Sal corriendo antes de que termines contaminado por esta atmósfera tóxica que me rodea- hablo recordando los rumores que hacen referencia a mi y recuesto la espalda en el repaldo de la silla.
-Solo he querido ser tu amigo...
-No me gusta que la gente quiera ser mi amiga.
-¿Y qué te gusta?- ladea su cabeza esperando mi respuesta.
Buena pregunta, cielito. Te has ganado mi respeto.
Oh... ¡Calláte consciencia!
-Estar sola...
-A nadie le gusta estar solo por más que lo diga- me interrumpe enseguida. Cruzo los brazos en mi pecho y continuo.
-Pues a mi me gusta porque yo no soy nadie ¿Contento?
-Pues no- responde sentándose encima de mi mesa.
-Pues que bien, ese era mi objetivo- le miro desafiante esperando su próxima jugada para contra atacar pero me confundo e irrito cuando no dice absolutamente nada y solo se dedica a abservar mi rostro detalladamente. Eso me pone de los pelos.- ¿Qué?
-Nada- miente con descaro.
-¿Eres masoquista o algo por el estilo?- cambio de tema rápidamente.- ¿No te he tratado lo suficientemente mal como para ya haberte rendido conmigo?- cuestiono curioso.
-Si, lo has hecho- coincide con mis palabras pero frunzo el ceño al ver que no se altera- pero como dice el dicho: Lo que fácil viene, fácil se va.- Vale. El muy tonto me ha dejado sin palabras. Lo observo minuciosamente pero no sé que contestar ante tanta sinceridad.
Quiero con todas mis fuerzas que alguien entre en el salón, quien sea, solo para romper este molestoso silencio que se ha formado entre ambos el cual solo es interrumpido de a segundos por los mundanos que hablaban mal de mi con anterioridad.
Pero claro, estamos en el mundo real y las personas inoportunas no se aparecen cuando deberían.
Gracias, universo.
-Bien- encuentro mi voz al aclararme la garganta- lo he captado, pero sigue sin gustarme esa tonta idea- agrego de mala gana, aunque puede que esté fingiendo solo un poquito.
-Bueno, me encantaría ser yo el origen de tu nueva perspectiva de la vida- comenta sonriendo.- Puede que sea un poco masoquista, si.
Vale, no puedo más... es tan ingenuo lo que dice que sonrío ligereza.
¿Qué?
Si, consciencia. Blue Longart ha logrado algo grande. Un Oscar para él, por favor.
Esto es demasiado para un solo día.
Dímelo a mí.
Es justo lo que estoy haciendo.
Ahg, tonta. Bueno, bien dicen... Si no puedes contra el enemigo, úneteles.