Ir al parque los domingos era lo que hacía la diferencia.
Cuando Earth dejó de ir empezó a sentir que todos los días era el mismo.
Comenzó a aburrirse de pintar en su habitación.
No han pasado ni siquiera dos meses pero Earth comienza a cansarse de las cuatro paredes de su habitación.
No es como pintar en el parque.
Su vecindario es aburrido. Le cuesta inspirarse.
Además de que hay distracciones molestas (como el sonido de los claxons, los gritos de sus vecinos peleando, música a todo volumen) que no lo dejan concentrar.
Extraña ir al parque.
Sentarse en el césped.
Sentir el aire.
O el calor del sol.
Ver las nubes y encontrarles formas.
Escuchar las risas de los niños.
Y pintar al aire libre.
Así que el domingo llegó y Earth decidió que lo mejor es regresar al parque.