Sunlight

Prologo

Se rumoreaba que Catwell solía ser un lugar alegre. Un lugar en el que la gobernante era Miwa, y Mafera no era más que una simple y resentida sirvienta en el palacio. Se decía, además, que había algo extraordinario y misterioso en los habitantes de este lugar, un secreto al que muchos habían  tratado de encontrar una explicación sin éxito. Al parecer, el mismísimo sol por alguna razón favorecía a ese pueblo. Les otorgaba a sus habitantes, incluso antes de que nacieran, su regalo más preciado: sus propios rayos.

   Muchos codiciaban este regalo, y lo que recibirlo implicaba. Esta llama, que se plantaba en los corazones de los ciudadanos, les brindaba la habilidad de manipular el fuego a su antojo. Además, quienes lo poseían eran por algún motivo personas más alegres y enérgicas.

   Miwa, la reina entonces, había mantenido la paz en el reino durante mucho tiempo, enfrentando la arrogancia de los reinos vecinos, que querían expandirse.  Ella no prejuzgaba a las personas. Trataba a todos como iguales, sin importar sus riquezas. Esto le había hecho ganar el corazón de los habitantes. Ella era fuente de juventud y belleza para todos, y resplandecía como el sol. Algunos decían que esto se debía a que el sol le había otorgado su rayo más grande y resplandeciente. Otros, opinaban que ella podía ser la propia hija del sol encarnada en forma humana. Y esto podría fácilmente explicar el favoritismo del sol hacia ellos.

Por su parte, Mafera, hija de dos campesinos muy pobres y humildes, buscaba algo más en su vida que la servidumbre. Para desdicha suya, las cosas nunca fueron sencillas para ella, y sufría constantes burlas por un simple hecho: no portar un rayo del sol. Era notorio que envidiaba a la reina. Pero lo que nadie sabía, era que esos sentimientos oscuros no eran cosa pasajera, ni mucho menos cosa de niños. El odio de Mafera se fue alimentando con los años, hasta que llegó al punto culmine de cometer una atrocidad, la cual nunca se supo. Lo único que el pueblo comprendió era que se trataba de algo imperdonable. Tanto que la mismísima Miwa en persona se vio obligada a desterrarla para siempre.

   Entonces, todo pareció volver a la normalidad. Pero no todo es felicidad en el mundo. Después de algunos años, durante una noche fría, en la que la paz reinaba por última vez, Mafera regresó. Para la mañana siguiente, Miwa yacía en sus aposentos muerta.

Esa misma noche, en tan solo unos minutos, Mafera se llevó todo lo que tenía Catwell: su felicidad, su reina, y sus rayos. Con un poder que contrarrestaba a los del sol, ella invadió el reino. Y congeló todos los corazones de los habitantes, extinguiendo así sus chispas internas.

Desde aquél terrible día, Mafera reina Catwell con mano dura y suma crueldad. Los pueblerinos poco a poco perdieron la esperanza de que alguien aún poseyera al menos una gota de la magia del sol en su corazón.  Ellos anhelaban que Mafera hubiera desconocido de la existencia de alguien más: un bebé, alguien que los ayudara. Al ver que nada ocurría, todos dejaron de buscar un milagro y aceptaron esa vida de esclavos que la nueva reina les ofrecía. En Catwell, el sol ya no brillaba, y  pronto olvidaron los tiempos gloriosos. El invierno prevalecería para siempre sin importar qué.

 

 



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En el texto hay: magia, fuego, hielo

Editado: 26.06.2020

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