Sunny

TREINTA Y TRES

—Entonces le dije a Sarah que eso era estúpido y se molestó, le dijo a Lynn que no hable más conmigo y me dejaron sola durante todo el recreo.

Sunny asintió por décima vez y fingió poner atención. Le agradaba Betty, pero en serio nunca pensó que terminaría pasando sus viernes en la tarde escuchando los dramas escolares de una pre adolescente. Igual no se atrevía a hacer algún comentario, porque si algo había aprendido en aquella conversación era que las niñas podían ser crueles cuando se lo proponían.

—Esa Sarah es una tonta —comentó para remarcar lo que pensaba—, nunca me convenció, en serio, desde que la vi esa vez con sus coletas y sus pecas…

Un adulto normal le habría dicho a Betty que ya solucionaría sus problemas con Sarah, pero a ella no le interesaba mentirle, probablemente pasarían toda su vida odiándose en secreto y clavándose el cuchillo por la espalda mientras fingían ser mejores amigas.

La niña sonrió y volvió la vista a su cuaderno, Sunny volvió la vista a su celular, donde acababa de recibir un mensaje de Patrick, se removió sobre la cama mientras miraba el estúpido meme que su amigo le había enviado.

—Oye, tu cama es muy cómoda —murmuró. De no ser porque tenía la obligación de ver que la niña terminara sus quehaceres, se habría quedado dormida.

También estaba muy cansada, pero por suerte esa mañana había tomado su examen así que ya tendría tiempo para descansar, claro que no sería esa noche, porque ya había accedido a salir con Venus y solo de pensarlo le daba un poco de migraña.

La niña se giró hacia ella.

—Lo sé. Además, papá la mandó a hacer especialmente para mí, decía que podría usarla hasta que fuera a la universidad.

Sunny no supo qué responder a eso. Por norma general, se sentía bastante incómoda siempre que Betty hablaba de su padre. El señor Taylor sonaba como una buena persona, y sus hijos parecían amarlo. Era terrible que su vida terminara de la forma en que lo hizo, pero suponía que eso era algo de lo que especialmente Betty estaba al tanto. ¿Qué más podía decir ella la niña no hubiese escuchado ya?

» Kristal dijo que me llevaría al cementerio mañana, ¿quieres venir con nosotras?

No. Definitivamente no quería, Sunny tenía planes para pasar todo su sábado durmiendo sin hacer nada, porque estaba segura de que se lo merecía, sin embargo, Betty la estaba mirando con lo más cercano a la dulzura que podía haber en su rostro y no había forma de negarse a eso.

—Por supuesto, será… —Se mordió la lengua antes de decir divertido— un placer acompañarte.

La niña le sonrió y abrió la boca para decir algo, pero se interrumpió cuando la puerta de la habitación se abrió de golpe y tras ella apareció la última persona que Sunny esperaba ver.

Sin poder evitarlo, bajó los pies de la cama de Betty justo cuando Kat Taylor atravesó la puerta, aunque la mujer tenía la vista puesta en su hija.

—Bebé, ya estoy de vuelta…

Betty no dejó que su madre terminara la frase, saltó a sus brazos emocionada mientras Sunny seguía preguntándose por qué no tenía idea de que la mujer regresaría ese día.

Observó cómo Betty abrazaba a su madre y sonrió. Al menos la niña tendría a su madre con ella, aunque Sunny no estaba totalmente segura de que eso fuera algo del todo bueno.

—Sunny —Le saludó la mujer, girándose hacia ella por primera vez— ¿Puedes seguirme un momento, por favor?

Sunny asintió y siguió a la mujer sin decir nada más. Suponía que ahora que la mujer estaba de vuelta, ella ya no buscaba nada allí así que no tenía dudas de lo que pasaría a continuación.

Caminó tras Kat Taylor hacia el salón en el primer piso mordiéndose la lengua para no pedirle que caminara más rápido. Cuando llegaron hasta la habitación la mujer se sentó en uno de los sillones y la invitó a hacer lo mismo.

Sunny no se imaginó que llegado el momento se sentiría nerviosa. Llevaba semanas deseando poder deshacerse de aquel empleo y ahora que había resuelto sus diferencias con Vivi y sus tarjetas volvían a ser las de antes, no necesitaba preocuparse por un tonto empleo. Sin embargo, ahora no estaba tan segura de querer largarse.

Extrañaría a Betty y por supuesto que extrañaría tener un propósito, razones para irse a la cama temprano o lo que fuera.

—Sunny —repitió—, primero debo agradecerte el trabajo que has estado haciendo con Betty. Honestamente no esperé que lo lograran, Betty es una niña complicada, no había logrado una buena relación con ninguna de sus niñeras además de Kristal.

Sunny asintió. ¿Qué podía responder a aquello además de eso?

» Kristal me habló sobre ti y me contó lo bien que te has estado llevando con la niña. Te agradezco eso, sé que no siempre es fácil.

—No necesita agradecerme, en serio me agrada Betty, nos hemos hecho amigas.

—Por supuesto, pero espero que entiendas que ya no te necesito más para cuidarla, claro que serás mi primera opción si se requieren tus servicios, pero por ahora…

—Claro, claro. Lo entiendo —La interrumpió— Gracias por… todo —murmuró, poniéndose de pie. Suponía que nunca se sentiría del todo cómoda junto a Kat Taylor.



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En el texto hay: romance, niniera, comedia juvenil

Editado: 04.10.2024

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