Super Purple 2: Rival Born

Capítulo 5: ¿Venganza o amor a primera vista? ¡El dilema de Rina!

Sábado por la mañana. Exactamente las nueve con cinco minutos. En un tranquilo barrio de la ciudad conformado por blancas casas de sillar, Rina caminaba sobre la acera de una de sus estrechas callejuelas. Ella llevaba auriculares blancos en las orejas. Mientras avanzaba tarareaba la canción que se reproducía en su celular, DARE, de Gorillaz.   

–Así que este es el barrio en el que vive el supuesto amorcito de Mandy, el famoso Xian –Rina observaba con curiosidad a su alrededor–. Es tranquilo y agradable, nada mal. Tal vez les sugiera a mis padres que nos mudemos por aquí… veamos, según lo que averiguaron mis investigadores privados, Xian tiene un chifa en la fachada de su casa y una escuela de artes marciales en el otro lado de la calle, por lo que ubicar su casa debería ser relativamente fácil. ¿Dónde estarás, casa de Xian? ¿Dónde? ... That´s what you do, baby, hold it down, ¡dare!

Rina le subió un poco el volumen a su celular. –It´s coming up, it´s coming up, ¡it´s dare! –ella tarareó con ritmo. Llegó a una esquina.

¡ZUM! Como una bala Mandy pasó a toda velocidad por la vereda de la calle de la derecha. La chica púrpura ni cuenta se dio de la presencia de Rina, pero esta última sí que notó a su llamativa “enemiga”. Cabellos púrpuras lanzados al viento cual una ondeante bandera izada, y piel de un púrpura claro como el color del Misti visto desde la distancia; el percatarse de estos detalles hizo que a Rina se le revolviese el estómago.  

–Esa idiota, ¿qué hará por aquí? No me digas que también vive por este barrio… –haciendo cólera, Rina de forma inconsciente cruzó la pista en tanto con la mirada siguió a Mandy mientras ella descendía calle abajo sobre su patineta.

¡PI PI PIII! Una combi que iba a velocidad bocineó a Rina para que se aparte de su camino. –It´s dare –Rina no oyó nada. El vehículo intentó frenar, pero ya era demasiado tarde. 

–¡Cuidado! –antes de que se diera cuenta de lo que estaba pasando, un muchacho estrechó a Rina entre sus brazos y la apartó de la pista de un tirón. Rina vio pasar a toda velocidad la combi por el lugar en donde instantes antes ella había estado caminando tan despreocupadamente.

Debido al impulso que llevaban, ambos cayeron sobre la vereda. Su salvador la protegió con su cuerpo para amortiguarle la caída. Los dos terminaron tendidos en la acera, Rina encima del muchacho que acababa de salvarle la vida.

–¿Estas bien? –con voz agitada, Xian le preguntó a la imprudente joven de los auriculares blancos que acababa de rescatar. Rina se sacó los auriculares y los dejó colgándole del cuello.

–Perdona, no pude oír lo que me dijiste, ¿podrías repetirlo? –ella le preguntó.

–Te pregunté que si estás bien… un momento, yo te conozco. ¡Pero claro! ¡Eres Rina, la chica nueva de mi salón! –viéndola de cerca Xian la reconoció en el acto.

–Y tú… ¡tú eres Xian! –a Rina le brillaron los ojos.

–Vaya Rina, no sabía que vivías por aquí –Xian tomó a Rina de los brazos con suavidad.

–No, no vivo por aquí… ¿qué ocurre? ¿Por qué me tomas de los brazos?

–Oh, no, no es nada. Simplemente pensé que estaríamos más cómodos poniéndonos de pie, je je –le explicó Xian.

–¡Oh, mil perdones! ¡Pensarás que soy una despistada! –Rina se puso de pie y le tendió la mano a Xian para ayudarlo a incorporarse. Una vez de pie, él se limpió el polvo de su chaqueta de entrenamiento. Rina entonces se fijó bien en el traje que llevaba puesto Xian, un conjunto de satén negro que le recordó a los trajes tradicionales chinos de kung fu.  

–¡Es cierto! Tienes una escuela de artes marciales –a Rina se le escapó.

–¿Qué? ¿Cómo lo sabes? –Xian se le quedó viendo algo sorprendido.

–¿Eh? ¡Oh! Je je, lo que pasa es que desde hace mucho tiempo yo entreno karate, y gracias a mi maestro estoy muy familiarizada con todo este mundo de las artes marciales… por eso apenas lo vi reconocí tu traje de entrenamiento… has estado entrenando, ¿verdad?

–Salí a dar unas vueltas por la manzana como ejercicio de calentamiento. Recién voy a comenzar con el entrenamiento cuando retorne a casa –dijo Xian.

–Ya veo –dijo Rina. Ella y Xian sin darse cuenta habían comenzado a caminar en la misma dirección, uno al lado del otro–. ¿Sabes? Yo soy cinturón negro desde hace más de dos años, aunque mi maestro dice que con mis habilidades actuales tranquilamente podría obtener el Dan de hasta segundo grado.  

–Wow, eso es increíble. Bueno, no es que esté muy familiarizado con las jerarquías del karate, pero por lo que he oído el rango de Dan solo se le otorga a aquellos que son reconocidos como maestros –comentó Xian.   

–Sí, es correcto. Aunque mi maestro dice que no me otorgará el grado de Dan hasta que perciba que he adquirido la sabiduría suficiente… bah, siempre que le reclamo al respecto me suelta el rollo de la espiritualidad, la meditación, la madurez y todo ese bla, bla, bla…

–No te enojes con tu maestro, Rina. Él tiene razón. Mi padre siempre me ha enseñado que lo más importante en un arte marcial no es tanto el saber pelear, sino el saber cuándo valerte de esas habilidades. Es por ello que debemos tener una sólida formación moral y unos principios claros. “El honor es tan importante como tu vida misma”, siempre me repite mi padre.



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En el texto hay: comedia, artes marciales, rivales en el amor

Editado: 26.03.2023

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