─ ¡Otto mi amor, soy yo, ¿De quién hablas? Yo estoy aquí!
─Debo matarte.
─Elena aléjate. ─dijo Natalia.
─No, él nunca me aria daño.
Elena camino con los brazos abiertos hacia él, confiando en que él nunca le aria daño.
─ ¡Elena!
Octavio la tiro al suelo y cuando le iba a clavar el cuchillo en el estómago se detuvo.
─Dijiste que siempre me cuidarías y protegerías. ─decía Elena en el suelo a punto de morir a manos de él.
El empezó a llorar arrepentido por lo que estaba haciendo.
En esos momentos otro Octavio apareció frente a ellos y al ver a Elena en peligro golpeo al primero y le quito el cuchillo.
─ ¡Elena, ve con Natalia! ─grito. Elena no podía moverse del asombro.
El segundo Octavio golpeo al primero varias veces en la cara hasta que este dijo:
─No lo haré.
─ ¡¿Qué?!
─No puedo hacerlo, no puedo hacerle daño a la mujer que amo.
─ ¡¿Quién eres? ¿Eres mi yo del futuro?!
─...Pueden estar tranquilos, no volveré a tentar con su vida.
El primer Octavio desapareció, dejando a todos confundidos.
─ ¿Elena, estas bien?
─No, no entiendo.
Octavio la abrazo, asustado.
─ ¿Estas bien Natalia?
─Si, me asusté mucho, no lo podía creer.
─No volverá, lo sé.
─ ¿Otto, ese eras tú?
─...Si, pero debe ser de otro futuro, debe haber una explicación, yo te amo, nunca te haría daño.
─Lo sé muy bien.
─Si pudiera cambiar mi vida por la tuya, lo haría.
─...
─ ¿Cómo les fue?
─Bien.
─Mal.
─ ¡Natalia!
─ ¡Él debe saberlo, te ama!
─No entiendo.
─Otto, Elena.
─ ¡No te atrevas a decirle!
─Ella no quiere tomar la quimioterapia, para alargar su vida.
─ ¡Que! ─él no podía creerlo.
Elena se encerró en la habitación y no quiso hablar con nadie. Más tarde Octavio entro a la habitación y se acostó a su lado.
─No quiero hablar.
─Está bien, descansa.
Después de Octavio insistirle tanto, Elena decide tomar las quimioterapias para alargar su tiempo de vida un poco más.
Después de unos meses de quimioterapias Elena empieza a perder cabello y a estar más delgado.
─ ¿Cómo esta Elena?
─Ya se durmió.
─Debes ser fuerte.
─Lo intento Natalia, pero no quiero que muera y ya el tiempo se está acabando.
─Lo sé.
─Necesito que la cuides unos días.
─ ¿A dónde vas?
─Mañana iré al espacio, visitare algunos planetas avanzados.
─ ¿Es eso posible?
─Mis creadores me lo prohibieron, pero no me importa, la vida de Elena es mi prioridad, buscare una cura.
─Has lo que sea necesario.
─Lo haré.
Octavio se despide de su cuñada y en un instante está en el espacio mirando la tierra antes de adentrarse al infinito universo. El miro la tierra por unos segundos.
Ahora o nunca.
Después de visitar unos 3 planetas, llego uno el cual poseía 3 lunas. Sus habitantes eran de piel roja, cuerpo humanoide delgado y tenían 4 ojos en su cara, tenían muchas similitudes con la especie terrestre. En ese planeta había otras especies viviendo tranquilamente con el resto. Octavio sería un turista más para ellos.
─Hola, vengo desde muy lejos, ¿Podrías ayudarme?
El sujeto le miro el brazo derecho y noto que Octavio no tenía un brazalete como todos los extranjeros en el planeta. Pensó que Octavio estaba escapando de la guardia mundial.
─ ¿Me entiendes? Puedo hablar tu idioma.
El sujeto se dividió en 5 como él y ataco a Octavio.
─ ¡Espera!
El primero saco de la palma de su mano una espina del tamaño de una espada y ataco a Octavio con ella. No dejo a Octavio hablar. Los demás hicieron lo mismo.
─Está bien, peleemos.
El dejo que el sujeto se acercara a él corriendo con la espina en la mano, Octavio de un puño le partió la espina en dos y de una patada en el pecho lo hizo retroceder dejándolo en el suelo lastimado. Otro dio un salto para caer sobre Octavio atravesándolo con la espina.
─Ven.
El retrocedió abriendo un portal en el suelo donde el sujeto cayo, dejando la mitad de su cuerpo debajo del suelo, Octavio de un puño en la cara lo dejo noqueado. Dos más lo confrontaron a la vez, mano a mano, eran muy rápidos, Octavio lo noto, debido a su rapidez no podía golpear bien a uno si también debía defenderse del otro. Los golpes de las copias eran muy precisos con la espina y sus patadas bien sincronizadas, le dieron buena pelea a Octavio mientras el otro observaba. Llego un momento en el cual Octavio pensó que iba sucumbir frente a las dos copias, cuando estas le iban a dar el golpe decisivo, atravesándolo con sus peligrosas espinas, Octavio abrió un portal frente a él, en el momento que iba hacer asesinado, haciendo que ambas comías se mataran una a otra. Cansado por la pelea, solo le quedaba uno, el principal, ya que este tenía un atuendo, las demás copias se estaban descomponiendo, parecían flores marchitadas, se estaban encogiendo y secando muy rápido.
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Editado: 28.02.2020