Luca
—Así que todo este tiempo solo estuviste en una relación falsa...no me sorprende la verdad, siendo honesto, se me hizo muy raro que tuvieras novia de un día para el otro. —Sebastián estaba tirado en el sofá como si se la hubiera pasado todo el día entrenando, pero la realidad era que solo había caminado un par de metros desde el estacionamiento hasta el edificio.
—Eso es lo que menos importa. —suspiré frustrado y llevé ambas manos a mi cabello para proceder a despeinarlo en un claro ataque de frustración— El tema es que...casi la cago anoche...de hecho creo que la cagué o no sé.
—¿Puedes dejar de caminar en círculos?, me estás poniendo nervioso. —me dejé caer sobre uno de los sillones individuales— Primero y principal ¿cuál es la necesidad de fingir una relación con ella?, digo, si la chica te gustaba, la verdad es que no te costaba nada comenzar a hablar con ella como cualquier persona normal.
—No sabía siquiera de su existencia...bueno, sí, pero no me imaginé que fuera tan...—me quedé en silencio.
—¿Tan qué? —cuestionó.
—Tan. —llevé ambas manos a mi rostro e intenté ahogar un grito.
—No esperabas que te terminara gustando. —negué.
—No me gusta, más bien espero que no me guste. Pero estar con ella se siente tan bien, es como si su sola presencia hiciera que sacaras a la luz todo aquello que te tienes guardado sin tener miedo a sentirte juzgado. Con ella no existe ese miedo de tengo que actuar de un modo para quedar bien, con ella puedes ser vos mismo y está bien. —tiré mi cabeza hacia atrás y me concentré en mirar el techo— No pensé que Tomás Moreno fuera a tener una novia tan increíble. —escuché a Sebastián ahogarse y luego el sonido del vaso de vidrio chocando contra la mesa de café.
—¿Tomás Moreno? —cuestionó— ¿El que juega en Boca? —afirmé con mi cabeza— Tienes que explicarme que tiene que ver Tomás en todo esto, ¿estás fingiendo una relación con la novia de Tomás Moreno? —negué.
—Exnovia. —aclaré y lo oí aclarar su garganta.
—¿estás fingiendo una relación con la ex novia de Tomás Moreno? —afirmé nuevamente con mi cabeza— ¿Por qué?
—Porque es lo que él más quiere en este mundo. —respondí y me obligué a mirarlo. Lucía perplejo, como si intentara unir los cabos que lo llevaran a resolver un misterio— Mi abuela murió hace un par de meses. —dije y el asintió mordiéndose los labios— Y Tomás no ha dejado de mandarme mensajes por instagram desde que llegué a River hace tres años, al principio eran mensajes como los que ambos solemos recibir siempre, ya sabes, los típicos cumplidos de chicos que se preparan para una carrera futbolística y que admiran las cosas que vos haces esperando ser algún día como tú.
—Entiendo, pero ¿cuál es el punto con todo esto?
—El tema es que, con el pasar del tiempo sus mensajes pasaron de ser mensajes de admiración, a ser mensajes de odio. No le habría tomado importancia al principio, pero las cosas cruzaron mi límite cuando sucedió la muerte de mi abuela. Era un momento muy difícil para mí y estaba muy dolido porque ciertamente, no estaba preparado para enfrentar la muerte de otro miembro de mi familia, mucho menos de la manera en la que me tocó enfrentarla. —hice una pausa al sentir que un nudo comenzaba a formarse en mi garganta— Cuando la noticia llegó a los noticieros luego de que el relator del partido que jugamos contra Argentinos Juniors en la final de la liga profesional argumentara que me había mostrado notablemente muy emocionado luego de ganar la final por la muerte de mi abuela, Tomás no tardó ni un día en utilizar ese momento tan difícil para mí a modo de burla. Recibía ese tipo de mensajes todos los días, a toda hora y eso hacía que mi bronca hacia el creciera con cada uno de lo mensajes, hasta que hizo algo que me dejó no solo petrificado, también asqueado y un montón de cosas más. Me pegó donde más me dolía y...
—No tienes que recordar eso si no lo quieres, a todos nos toma tiempo asimilar la muerte. —le brillaban los ojos, mi historia le había pegado y parecía que él tampoco quería seguir escuchando.
—Desde ese día se la tengo jurada. —recargué mi espalda contra el respaldar— Desde ese día juré que yo también buscaría la manera de hacerle vivir en carne propia lo que yo viví. Al principio pensé en acabar con su insignificante carrera futbolística con una lesión que lo dejara incapacitado para seguirse desempeñando en el deporte.
—Pero eso también jodería tu carrera. —asentí.
—Por eso descarté esa idea. Fue entonces que en una salida con Valentín y tras un par de copas, Valentín sacó a la luz que uno de los jugadores de la reserva iba a debutar en el primer equipo y que estaba bastante estresado porque lo estaban obligando a cortar su relación para que eso no afectara en su futuro.
—Ese jugador de reserva era...—asentí.
—Tomás. —lo vi llevarse las manos a la cara— Comentó que Tomás se la pasaba llorando luego de los entrenamientos con el primer equipo porque no quería cortar con su novia, que siempre lo escuchaban hablar de cuanto la amaba, de que era la mujer de su vida, que él había llegado hasta donde había llegado gracias a ella y que terminar con ella significaba el terminar con su vida.
—Y a vos se te hizo fácil buscar a su novia para vengarte de él. —negué.
—No la busqué, ni siquiera tenía la idea de meterme en esto, simplemente sucedió. El día del superclásico, al finalizar el partido, salí del estadio porque necesitaba asimilar que era otra victoria más que no podía festejar con alguien...jamás me imaginé que sería testigo de la ruptura de Tomás con su novia, el amor de su vida. Me sentí muy mal al ver como a ella se le venía el mundo encima que ni siquiera dudé en acercarme para consolarla. Luego de eso explotó la noticia, la foto estaba por todos lados y entonces se me hizo muy fácil plantearle la idea de fingir una relación.
—Entiendo que todo esto lo haces para vengarte de él, pero ¿qué culpa tiene ella? Es muy inhumano que quieras lastimarla solo para vengarte de lo que Tomás hizo.