Superviviente Z

CUELLO ROTO Y BANDERA

CUELLO ROTO Y BANDERA

 

Alaska

 

Vemos lo que parece ser una sala de interrogatorio. Esta un muerto esposado a una silla con la mitad de la cara destrozada y sus órganos fuera… Supongo que fue atacado aquí mismo a juzgar porque la habitación está literalmente bañada en sangre.

 

Las conocidas nauseas suben a mí de nuevo, aun no me acostumbro a esta situación.

 

Se mueve desesperado por salir y más cuando mi hacha golpea accidentalmente la puerta. A pesar de que no es un ruido muy fuerte eso parece volverlo loco, el sonido se vuelve estridente y casi desesperado. Sus ganas de llegar hasta donde estamos nosotros son tantas que logra cortarse una mano liberándose de un solo brazo.

 

A pesar de que es solo uno, no vinimos hasta aquí a ver sus maravillosas habilidades de desmembrarse sin sentir una pisca de dolor. Nos alejamos a paso rápido hasta lo que parece ser la segunda planta de la estación.

 

La luz titilante le da un toque aterrador a todo, sin olvidar las manchas de sangre que están en el suelo como si alguien se hubiese arrastrado.... o lo hubiesen arrastrado.

 

No puedo dejar de temblar, la adrenalina corre tan rápido en mí que mi respiración es ruidosa. No sabemos que podemos encontrar en este lugar y eso me tiene sensible al mínimo movimiento o ruido extraño al de nosotros.

 

La parte de arriba esta llega de cubículos y a los costados están las puertas, dudo que las armas estén en este lugar, pero no podemos salir de acá sin nada. Hacemos lo mismo que antes, revisar puerta por puerta hasta que logramos conseguir un cuarto de cámaras. Maravillosamente cubre todo el perimetro.

 

Lo que vemos ahí nos hiela por completo. Siento las familiares ganas de cagar cuando miramos que alrededor de unos 20 muertos están entrando a la estación de seguro atraídos por el ruido y los gritos del muerto de la sala de interrogatorio.

 

— ¡CHARLES, NOS ENCONTRARON! —Chillo desesperada.

 

— ¡Maldición! —Dice asustado y blanco como un papel. Yo debo estar igual—.

 

— ¿Q-que haremos ahora? —Pregunto —. Son muchos de ellos para enfrentarlos solo con lo que tenemos, debemos buscar más rápido y esperar a que se dispersen para correr hasta el auto, —inquiero armando un plan rápidamente.

 

Cuando salimos del cuarto de cámaras vemos que un muerto está subiendo las escaleras.

 

Sin hacer ruido nos dirigimos hacia la otra puerta, cuando la abro sale un aterrador muerto con el cuello roto hacia mi encima, tratando como siempre de morderme. Esa horrible cosa sangra por la boca y saca su espantosa y verde lengua llena de pus. Con el hacha empujo su cuerpo hacia atrás, dándome tiempo de posicionarla clavarla en su cabeza.  

 

Cuando busco con la mirada a Charles me doy cuenta que está luchando con el que parece ser el muerto que estaba subiendo las escaleras, su hacha no está. ¡NO ESTA!

 

Mientras corro rápidamente para ayudarlo él toma por la cabeza a la cosa gorda y repugnante aplastándole el cráneo con el palo de una bandera que estaba a su lado. La sangre salpica por doquier y Charles no parece querer dejar de golpear al ya muerto, muerto. —Está lleno de sangre apestosa

 

— ¡Charles ya basta! ¡No tenemos tiempo para esto! ¡Es cuestión de minutos que el resto de los muertos suban a por el ruido que acabamos ocasionar! —Le digo alterada, sé que es cosa de menos de un minuto que esas cosas lleguen aquí… y si lo hacen no sé cómo saldremos de este lugar.

 

Corremos por el lugar, ya no sirve de nada ser silenciosos. Sus gruñidos constantes nos indican que ya están en la segunda planta… como nosotros.

 

Rápidamente entramos a refugiarnos en una gran oficina que tiene otra pequeña puerta dentro de ella. Sus golpes ya están sonando en la madera… sin armas y solo con las hachas sabemos que es imposible lograr salir de esta. Me desespero al punto de que mis lágrimas empañan mi vista y un gran nudo en la garganta me abraza a tal punto de no dejarme respirar.

 

Emito sonidos ahogados ¿de verdad mi destino es morir devorada por una de esas cosas?

 

Charles me habla pero no le oigo, no puedo.

 

Estoy sumida en mi llanto cuando siento una fuerte sacudida y un grito.

 

—ALASKA JODER, REACCION. ¡AYUDAME A COLOCAR ESTE ESTANTE EN LA PUERTA! —Me grita mientras yo solo puedo seguir llorando y asentir—.

 




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