El pequeño Biszlik sigue creciendo, alimentado únicamente por unas cuantas gotas de una sustancia salina y espesa que se consigue en un planeta lejano y que se utilizaba para engordar ganado, con eso y con las virtudes de sus nuevos familiares por supuesto.
Eijin quién está constantemente cuidando a su futuro hijo, nota que la masa oscura incrementa su tamaño poco a poco y que cada vez se mueve más, se da cuenta que aquel líquido inerte desprende unas pesadas burbujas de aire que parecen romperse con dificultad. Con mucho amor maternal, la incipiente madre suele recostarse junto a su futuro hijo, mientras le cuenta cómo será su nuevo mundo y entonando algunas canciones de cuna. El amor es un rasgo muy difícil de ver por este lugar, es por eso que llama mucho la atención.
Durante los siguientes 5 meses de espera, Muziba, Eijin y el viejo Dukky afinan el plan para que salga lo mejor posible.
Han escrito sobre una roca una serie de instrucciones precisas que deben ejecutarse al pie de la letra, solo si quieren que este engaño pueda perdurar lo suficiente.
La primera indicación y probablemente la más importante es que el pequeño coloso nunca podrá salir a la superficie, sería tremendamente riesgoso si alguno de los guardianes reales lo viera. Sin importar cuánto se hubiera avanzado, si eso pasara el plan habría terminado.
Por esta razón es que los 3 personajes, decidieron que el pequeño titán tendría que criarse en las zonas más profundas del Ocurum.
Sin embargo esto destapaba varios problemas más.
Al estar tan rezagado, Eijin no podría cuidarlo ni hacer su labor de madre.
Además en la zona abisal del Ocurum estaba apenas debajo de los criminales más peligrosos del universo, quién sabe qué le podría pasar al pequeño ser en este lugar sin supervisión.
Otro de los problemas sería que Eijin difícilmente podría estar bajando con regularidad, levantaría sospechas de inmediato, ya que al igual que los Perpetuadores, las familias reales no bajan nunca al subsuelo.
En este momento de confusión y dudas, una voz rompió el silencio profundo que se había formado por la falta de ideas y soluciones.
— Si me lo permiten, yo puedo sugerirles algo, — comentó el viejo Dukky con mesura. — podríamos preparar una muerte ficticia para la reina y con esto ya no tendría la necesidad de volver a subir a la superficie nunca más.— concluyó el viejo mientras veía con interés la reacción de los personajes.
Ambos voltearon a verse como tratando de asimilar lo que acababan de escuchar.
Las reacciones fueron prácticamente contrarias, mientras a Eijin le encantó la idea, a Muziba esto le generó un enorme conflicto.
No solo significaba montar otra mentira con su respectiva dosis de riesgo de ser descubiertos, también significaba que ya no vería a su hermana tan seguido y que dejaría de hacer sus funciones como encargada de la administración, es decir, se quedaría solo.
El viejo continuó:
— Sé que es un arma de doble filo, es verdad, es riesgoso, pero de esa manera, su majestad Eijin podría dedicarse al cuidado de su hijo a tiempo completo. Sus labores en el reino cesarían y su cuerpo permanecería bajo tierra, lejos de las miradas de los impávidos guardianes que ocasionalmente vigilan nuestro territorio.
Entonces la idea les hizo sentido y comenzaron a comprenderla mejor.
Muziba no iba a estar de acuerdo con eso jamás, pero no parecía haber otra forma de continuar con el plan, ya que además de muy discreto, también tendría que decidir si el pequeño crecería sin madre y dada la naturaleza del mismo esto era un hecho simplemente inaceptable. Por lo mismo, no le quedó de otra más que acceder y poner en marcha un plan que nuevamente ponía en riesgo a todos los habitantes.
Su siguiente tarea sería encontrar un buen lugar subterráneo en dónde pudieran vivir Eijin y su futuro hijo con la mayor comodidad posible en esas circunstancias.
Entre decenas de túneles y cuevas, al final encontraron un lugar que se apegaba bastante bien a sus requerimientos.
En la superficie harían un hoyo en la tierra, ahí enterrarían a Eijin.
Para llevar este plan a buen puerto, sería necesario realizar una ceremonia de despedida para Eijin, habría que sepultarla y posteriormente bajar y continuar con la excavación desde abajo, para hacer un pequeño túnel que la llevara a su nuevo hogar, simple y efectivo.
En realidad lo único que podía considerarse complicado en este plan era lograr que la muerte de Eijin fuera lo más creíble posible para no levantar sospechas. Los soldados reales no eran estúpidos, cualquier mínimo indicio o duda, levantaría de inmediato las alertas de toda la corte celestial.
Por esa justa razón, los habitantes del oscuro lugar tendrían que creer realmente que aquello había sucedido. Seguramente el viejo Asamoah sospecharía pero sabían que no diría nada, una vez pasada toda la exposición, podrían explicarle todo y lo entendería.
Sin embargo Deep sí era un problema, porque era un pequeño idiota, no podía saber nada porque seguramente de manera intencional o no, terminaría arruinando todo. Al final de cualquier forma se enteraría, pero de momento lo mejor era ocultarlo.
Curiosamente Deep fue pieza fundamental de que el plan estuviera funcionando, ya que una de las razones de peso para aceptar la petición del nacimiento de Supro fue precisamente que los dioses estaban algo nerviosos con el que Deep fuera sucesor a la corona, lo conocían bien y sabían que sería un rey terrible, por lo que esto en parte les daba una esperanza que si el próximo hijo no era mejor, al menos tenían otra opción para elegir, pero en el fondo sabían que no podía ser peor que Deep.
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Editado: 31.08.2024