Elín era una chica muy linda, realmente me agradaba conocer personas de mi misma edad, me agradaba mucho, exactamente no sabía qué hacía en ese lugar, pero siempre las cosas pasan por algo, me encantaba su cabello color rubio dorado y sus ojos color violeta, eran impresionantes.
No dejaba de pensar en ella, además era muy fuerte, logro derrotar a esos tipos sin mucha dificultad, no cualquier chica hace eso, aunque ella tuvo un poco de razón, había sido muy cobarde en el momento.
Me bañe para relajarme un poco, me puse una playera roja y unos jeans color azul. Me revisaba con frecuencia la marca que yacía en mi brazo, era como tener un tatuaje, pero no recordaba nada, era extraño ¿tenía a alguien más? Claro, todos tenemos a alguien, el punto está en encontrarlo.
Salí del departamento para ir a comprar algo de comida, la verdad no sabía cocinar y no quería quemar la cocina o el departamento entero.
Estaba viendo varios restaurantes, pero me daba cuenta que estaban algo caros y necesitaba obtener dinero, el ministro me había dejado un sobre con un poco de dinero, sin embargo no era suficiente, al parecer su plan era que consiguiera un empleo o algo que me hiciera crecer, porque digo ¡vamos! No sabía hacer nada. El poco dinero que me había dado solo era para comer por un solo día y no sabía cuánto más me daría.
Empecé hablando con algunas personas para pedir ayuda sobre empleos, ya no era tan tonto, había descargado un mapa en internet para poder guiarme en la ciudad.
Islandia, un país lleno de magia, no solo su apariencia si no también lo que se podía respirar. Por fin había encontrado trabajo en la agricultura, el campo en general, siempre se debe de empezar por algo además de no querer morir de hambre, realmente morir no era mi mayor sueño.
Hable con un hombre increíblemente alto y con cabello muy largo, el gigantón me explico todo lo que debía de hacer, su nombre era Yonton, el cual se encargaba de todo el campo. Bien, entendía todo a la perfección, simplemente tenía que regar el suelo, fácil y sencillo.
Mientras caminaba y regando con la regadera, mi pie se atascó en lo que parecía ser una madriguera ¡Maldición! Inmediatamente grite y los demás trabajadores me voltearon a ver algo molestos por mi expresión.
Siempre era mejor estar callado. Seguía caminando ya un poco cansado, en ese momento escuche una vos que decía “Ten cuidado con mi cabeza” miraba a todos lados y no lograba ver a nadie ni a nada, en mis pies tampoco o eso era lo que yo creía.
“Te dije que con cuidado” de repente un hombrecillo salió de la tierra, tenía un gorrito muy chistoso y un traje color rojo, también tenía barba y también alrededor de él salían rayitos de brillos.
—Eres un mocoso muy irritante. El duende me señaló de una forma muy gruñona.
La verdad no sabía que contestar, al parecer en Islandia nada puede ser normal, ni tan solo un poco.
— ¿Qué eres tú? —Pregunte mientras retrocedía unos pasos— Cosa fea. El pequeño hombre se molestó y se lanzó sobre mí, apretó mi nariz con mucha fuerza y me empezó a gritar — ¿¡Me has dicho cosa fea!? —Siguió lastimándome y yo lo trataba de quitar.
— ¡Por favor suéltame, duele mucho! El duende feo se empezó a carcajear y me soltó ya que le dio tanta risa que perdió toda la fuerza. —Haces caras muy extrañas chico, mi nombre es Woldor.
impactante que un elfo tenga tanto sentido del humor, aunque yo como iba a saber eso.
—Mi nombre es Einar y ¿Por qué te molestaste conmigo?
—Me estabas molestando pisando mi cabecita ¿te gustaría que si yo te hiciera eso?
—Espera ¿la demás gente también te pueden ver? Están mirándonos como bichos raros.
—No, solo me puedes ver tu, solamente a quien me quiero mostrar, te ven raro porque aparte de que eres raro ellos creen que estás hablando solo.
¿Ustedes han sentido la frustración cuando piensas que sería un día normal y resulta ser lo contrario?
—Woldor, tengo que pedirte que te vayas, estoy trabajando.
El duende se quedó mirándome por unos segundos de una forma extraña y algo preocupante ¿Ahora qué?
—Chico, estas en problemas, necesitas salir de aquí.
Termino de decir esa frase y se escuchaban automóviles que iban a alta velocidad contra mí, querían matarme por lo que parecía, al final me rodearon sin dejarme salida, destrozaron el huerto y las personas de alrededor corrieron para refugiarse pidiendo ayuda. No sabía qué hacer, estaba en shock, suponía que esos hombres no eran muy agradables.
—Te hemos encontrado Einar.
¿Me encontraron? Cuando me dijeron eso me desconcertaron ¿Qué buscaban de mí? Yo no sabía muchas cosas ni de mí mismo.
—Estas personas quieren hacer muchas cosas perversas contigo Einar, no les hagas caso.
Wondor al parecer podía sentir lo que esos tipos tramaban, por lo que hacerle caso era la mejor opción en esos momentos.
Editado: 21.05.2020