“Después de tanto y verte de nuevo,
Un día tal que no esperaba,
Y en un instante que no deseaba,
Sacudiste en mí los recuerdos,
De aquel tiempos que tan cerca estuvimos,
Cuando pudo y no fue cuanto ansiaba.
Tu voz a mi espalda quitó de mí,
La forma triste en que gastaba horas,
Y quizás no debí voltear por instinto,
Ni salir a tu encuentro de un salto,
Y revivir tu imagen que sueño ahora.
Así de mi memoria te hubieras gastado,
Te ves más bella que en tus años jóvenes,
Como la perfección de un buen elixir,
El triunfo de la espera en ti ha obrado,
Y aunque de aquella niña ha quedado,
Tu frescura, tu paciencia y alegría.
Acortamos en minutos breves,
El largo lapso en que no nos vimos,
De tu vida resumiste a renglones,
Los puntos precisos que me enteraste,
Y como cantando me dejaste,
Encontrar intactas cuan hermosos tus dones.
De ti debí alejar,
De tanto en tanto la mirada,
Por pena a mostrarla atrapada,
Y no confundirse de acoso,
La forma nerviosa y furtiva,
Con que estos ojos te buscan,
Gozando de ti y de tu imagen.
No se ha perdido como he dicho,
Más se acentuó como he escrito,
Los rasgos que quizás un día,
No te hicieron por linda una reina,
Cuando fea te vi y lo admito,
Cuando de chico te vi por bicho.
Y en mariposa ahora te has vuelto.
Fue grato aquel reencuentro,
Así fue mientras juntos estuvimos,
Pero no tardé en reprochar la suerte,
Ya después que te habías ido,
Por habernos cruzado el camino,
Para recordarme lo que no hemos vivido,
Y por todo cuanto ser pudimos,
Una culpa que de nuevo has traído.
En toda inocencia has arruinado,
¡¡¡Ay si supieras lo que has causado!!!
Traer a mí tanto pasado,
Y abrir el telón a un lamento olvidado.
Como sacarte de mi mente ahora,
Si con solo minutos nunca previstos,
Te plantaste tan fijamente,
En mi cabeza, en mis recuerdos,
En mi corazón,
Y no espero sino esta misma fortuna,
Y esta desdicha de verte por cualquier razón,
Aunque sea una posibilidad tan lejana,
Como el Celeste del cielo.