Susurros Sepultados

Epílogo

10 años después...
 

El doctor Vásquez entra en el consultorio para encontrarse con su último paciente del día. Sus pasos se ralentizan al escuchar los gritos que provienen de dentro y rápidamente abre la puerta.

La escena con la que se encuentra es agresiva.

La niña de diecisiete años está asfixiando a la enfermera.
-¡Ella volverá! ¡Ella vendrá por mí!- El doctor corre para soltar del agarre de la niña a la enfermera y en el proceso la cría aruña su carne.

 Más enfermeros entran con sedantes gracias a Dios y logran tranquilizarla.
Y mientras los enfermeros aseguran a Jessica Willards a la camilla él revisa a la enfermera que sin duda estuvo en peligro.
Su rostro continúa rojo por la falta de oxígeno.
-¿Está bien?- Ella a cómo puede le sonríe.
-Sí, tranquilo doctor, recuerde que aquí esto pasa todo el tiempo.
Y era verdad, en el centro para enfermos mentales la cosa es seria, uno no puede permitirse acercarse demasiado al paciente, por muy bien que parezca o diga estar.
Ella le entrega el expediente de la niña y este empieza a leerlos mientras se acerca a la camilla.
-La dosis no fue muy alta, no se dormirá, sólo se mantendrá quieta.- Le informa uno de los enfermeros.

 El doctor asiente en su dirección y se sienta en una silla al lado de la camilla, no muy lejos, no muy cerca.
-Jessica.- La llama. 
La chica de diecisiete años gira lentamente su cabeza hacia él.- ¿Qué te ha sucedido? Quedamos en que te comportarías.

El comportamiento de Jessica nunca fue normal, desde que la trajeron a los ocho años luego de que pasara mucho tiempo en el hospital sanando su herida en el vientre ella era muy reservada, se quedaba horas mirando a un lado de la pared, otras veces incluso rezaba en voz alta.
Tardó cuatro meses en hablar y cuando lo hizo eso pareció enloquecerla.

El doctor Vásquez escuchó cada detalle que ella contó sobre el asesinato de su familia, provocado por su hermana mayor Scarleth Willards.
Lo que Jessica explicó es que su hermana Alisha, su hermano James y Scarleh estaban en el baño, su hermana Alisha le ordenó que se fuera a la habitación y desde ahí escuchó los gritos, luego de varios minutos ella fue por ella. Esas fueron sus palabras "Ella vino por mi"

Al parecer su abuelo Nelson Willards evitó que la asesinara aunque para Scarleth ella ya estaba muerta. Pero fue un milagro, Jessica no murió por la herida, esta era profunda pero no a tal grado para matarla de manera instantánea, lo que pasó fue que se desmayó por el dolor y el miedo. Cuando despertó los policías la llevaban en una camilla y vio otras más pero los cuerpos estaban muertos. Ella fue la única sobreviviente. 

 Lo que Jessica contestó cuando le preguntaron si sabía por qué su hermana hizo tal cosa es que esa no era su hermana.
Al principio no se le dio importancia a su comentario hasta que le insistencia de la niña de ocho años (En ese entonces) llegó a considerarse una opción.

 Entonces se estudió más a fondo los registros de Scarleth Willards y su madre Nora Willards.
La historia es terrible, casi como una maldición.
Nora Willards padecía de esquizofrenia y un caso de trastorno de personalidad que la llevó a asesinar a su hermana Lidia Willards a sus diecisiete años.
Y se descubrió que dichas enfermedades le fueron heredadas a la mayor de las hijas de Nora.
Lo que llevó a Scarleth a tomar dicho comportamiento fue haber encontrado las pruebas de lo que su madre había hecho, eso pareció despertar a su otra personalidad que era totalmente diferente y destructiva.

 Una tragedia total que acabó con casi toda la descendencia Willards.
Dicha tragedia dejó a la última totalmente desquiciada.
Se le han hecho exámenes a Jessica, sin embargo ninguno de los otros trastornos le fueron heredados, sufre de estrés postraumático a causa de lo sucedido hace diez años y según como Vásquez lo ve, puede llegar a convertirse en paranoia. 

 -¿Quién es ella?
-Lo que tenía Scarleth dentro.- Murmura Jessica con temor, él la ve encogerse en la camilla hasta donde las protecciones para que no se suelte dan.
El doctor ladea la cabeza.- Ya te lo he dicho Jess, tu hermana no tenía nada dentro.
-Usted no puede saberlo.
-Sí, sí lo sé porque ya estudiamos el asunto. Tú estás a salvo, eres una sobreviviente.

Lágrimas corren por las mejillas de Jessica. Lágrimas de miedo e ira.
Nadie puede comprenderla, ellos no estuvieron ahí, no vieron el cambio de su hermana, ni ella pudo en el momento, hasta que fue tarde.
Sabía que Scarleth odiaba las trenzas ¿Entonces por qué no habló cuando sospechó que algo pasaba?
-Ella odiaba las trenzas doctor, esa no era ella...
-Por favor Jess, relájate y contesta a mi pregunta ¿Por qué crees que ella viene por ti?

Cuando Jessica giró su cabeza unos centímetros a la derecha, vio la sombra en la esquina de la habitación y supo que el doctor y ella no estaban solos.
-No estoy loca, mi hermana no estaba loca ¡Ella siempre viene por nosotros!

La enfermera corrió junto al doctor para sostener a Jessica que nuevamente tenía sus habituales ataques.
Cuando vieron que hablar con ella era imposible, la sedaron hasta que ella cayó en un sueño profundo. 
Vásquez se limpió el sudor de su frente y salió al pasillo en busca de sus cosas.
Sintió un tremendo pesar al dejar en ese estado a su paciente, es niña no se merece las cosas que le pasaron a ella y a su familia.
Cada vez que pensaba en ello no sabía si culpar a su hermana o tenerle lástima también a ella.
Los trastornos de personalidad y la esquizofrenia en sí son peligrosas y juntas... son mortales.
Scarleth no pudo con ambas al igual que su madre, ambas acudieron al derramamiento de sangre.
Todo fue demasiado macabro, si él creyera en fantasmas así como Jessica tendría tanto miedo como ella.
Pero no existen.
¿Cierto?


 



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En el texto hay: fantasmas, traicion, muerte

Editado: 03.04.2018

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