Dicen que llegar tarde a tu primer día de escuela es de mala suerte. La noche anterior no había podido pegar los ojos, trate de dormir, ¡en serio trate de dormir! pero no tenía éxito, hasta que de un momento a otro salió el sol y mágicamente me quede totalmente dormida. Mi padre llamo a mi puerta sin tener ninguna respuesta; Gaby ya había llegado para irnos juntas, pero yo seguía tirada en aquella cama.
Mi madre encontró el duplicado de la llave de mi habitación y es ahí, es en ese preciso instante en que desperté preguntando qué hora era y por qué no me habían despertado, me aliste lo más rápido posible, no desayune, y salí rápido de casa.
Prácticamente iba corriendo, gracias a Dios no quedaba tan lejos el colegio, llegue a la puerta y salió la auxiliar que de tanto rogarle me dejo pasar. El colegio era enorme, muy bonito en realidad, era uno de los mejores colegios de todo el país.
Busque mi salón, vi que ya habían iniciado las clases, me disculpé con la profesora y le
Pedí que por favor me dejara pasar, me dijo que me presentara, me paré firme y dije
_ hola a todos, mi nombre es Suzy Jiménez tengo 16 años, me acabo de mudar y espero llevarme bien con ustedes.
La profesora me miro y se escuchó una gran carcajada al fondo del salón, era un muchacho el dueño de esas carcajadas tan desconcertantes, el me miro y dijo
_Que tal mediecita _ lo mire sorprendida y mire que pasaba con mis medias, lo que sucedía es que mis medias eran de diferentes colores, todo el salón se echó a reír y yo solo quería que me trague la tierra, hasta que de pronto Gaby se paró y dijo – ¿Que acaso no sabes que eso lo último en París? – todos la miraron sorprendidos he inmediatamente todos se callaron.
La profesora me había ordenado tomar mi lugar, yo quería sentarme junto a mi amiga, pero como había llegado tarde ya no podía, así que tuve que sentarme con aquel muchacho que provocó que deseara mi extinción.
Me acerqué, puse mis libros en la mesa y el me miro y se río, luego dijo ¡patrañas!, yo no creo en esas cosas niña tonta. Lo mire seria y no respondí, era tan desagradable ese tipo, pero al parecer a todas le interesaba, solo era un tonto, que solo atraía a las chicas por su porte, ese cabello rizado y aquellos lentes que lo hacían parecer intelectual, ah también su dinero.
La profesora dio una regla, que los lugares que todos ocupábamos eran permanentes, en mi mente pasaba miles de cosas, como iba a poder aguantar a este sujeto tan egocéntrico y mimado, todo un bendito año.
Llegó la hora de salida regresaba con Gabi a casa, el día no había salido tan bien, ella me iba contando de las chicas con las que se hizo amiga y me decía que no me preocupara por Max que era un tonto sin gracia, mi amiga estaba tan emocionada por nuestro primer día que no me dejo decir ni una sola palabra.
Llegamos a mi casa nos despedimos y alguien encapuchado me esperaba en la puerta, me miro y me dijo –si tú eres – y se echó a correr, realmente me asuste ver a esa persona así, creí que me iba a robar, pero no paso, entre a casa subí a mi habitación y me quede dormida, pensando las cosas extrañas que me estaba pasando en aquella ciudad.
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Editado: 14.02.2020