DECEPCIONES

¿Nunca os ha pasado que os sentís como engañados? ¿Cómo si fuese algo que estuviera volviendo a suceder? Pues yo me siento así. Me siento como si una parte de mí se hubiera roto en mil pedazos y que no van a poder pegar con un simple lo siento.

Lo que más me duele de todo esto es que me hayan mentido, intencionadamente o no, siento que he puesto la confianza en alguien que no vale la pena, que a la mínima da una puñalada por la espalda. Yo he sido totalmente sincera y lo único que pedí  fue que también lo fuera conmigo, pero veo que no es así.

Creo que caigo una detrás de otra, que siempre confío en las personas menos indicadas y al final siempre salgo rota. Si no es una persona es otra. Pero duele, duele sentirse así, duele. Y ya estoy cansada porque si a una persona le cuesta tanto confiar en alguien, y esa persona lo sabe, no debería de jugar. Porque al final el que juega mucho se quema.

Es como caer en la misma piedra siempre.

Estoy cansada, por mucho que quiera ser yo misma con la gente no puedo, porque cada vez que me abro, cada vez que confío en alguien acabo herida. Por eso soy así, por eso soy tan cerrada e incluso a veces fría. No me muestro ni siquiera cariñosa, porque tengo miedo a que me hagan daño, que me sienta traicionada. Y por eso soy así, porque viene desde hace mucho. Porque todo lo que te pasa de pequeña deja huella en tu futuro. Te forja cómo serás en el futuro. Por eso me cierro, sobre todo con las personas con las que llevo toda la vida, porque son esas personas, no todas, en las que ya no puedes confiar como te gustaría. Porque puedes perdonar, puedes perdonar todo lo que paso, pero no se olvida. Yo no he olvidado, aunque pasará en nuestra infancia, hay cosas que te marcan y no puedes olvidar.

Y por eso soy como soy. Mucha gente cree conocerme, pero solo me conocen en parte. Sólo puedo ser yo misma con la gente a la que he ido conociendo cuando he ido siendo más mayor, porque me dan mucha más confianza.

Y ahora toca volver a pegar esos trocitos, toca volver a empezar. Pero que no se extrañe si vuelvo a estar fría o distante porque ya no tendré la misma confianza como sea verdad.

Ahora me siento como un lobo herido, solo, triste… Con necesidad de sentir un abrazo de la gente que ahora sigo pensando que valen, porque aún no me han defraudado.

Es una decepción, tras de otra y tras otra. Parece que nunca acaban. Y quiero dejar de sentirme decepcionada.

Lo que más odio y lo que más me duele, es que la gente me mienta.