La luz de la luna se asomaba por el cielo dejando pasar un cielo iluminado por estrellas, millones de estrellas reunidas para acompañar una preciosa luz de luna.
-¿Ya casi?- preguntaba aquella chica castaña con los pies desgastados que parecía que se arrastraba en lugar de hacer intentos para seguir caminando.
-Falta poco- respondió su compañero.
-Eso dijiste hace como una hora- exigió ella con un tono en forma de puchero- Ya no se en que creerte.
-Esta vez te digo la verdad, estamos de verdad cerca.
Marie solo soltó un gran suspiro mientras se esforzaba para mantener el equilibrio.
Siguieron y siguieron. Marie seguía preguntándose el rumbo al que irían, a donde y porque exactamente allí.
-Oye- Harry rompió ese momento de pensamientos.
- S-Si - Respondió Marie.
- Mantente detrás y cerca mío - Decía sin dejar de mirar hacia al frente - Esta gente es... especial, y más cuando se trata de los nuevos.
- ¿Gente? ¿Hablas de los otros humanos que mencionaste que también están atrapados aquí?
Un silencio fue su primera respuesta.
- Algo por el estilo, tranquila, si saben que vienes conmigo serán comprensibles contigo.
Marie aún no se sentía satisfecha con su respuesta.
Antes que formulara más preguntas sintió una luz al frente suyo.
Al mirar observo una villa muy pintoresca.
Tenía edificios de 4 niveles en su mayoría, calles de piedra, muy bien cuidada por cierto, postes de luz en cada división de terreno, el olor de la comida recién horneada, viviendas llenas de tonos de azul, rojo, verde, morado etc.
Los ojos de Marie se quedaron totalmente impactados y su boca no se había salvado de aquella emoción.
- Detrás de mí, Annie - Le recordaba Harry molestándose en girar su cabeza para mirarla protectoramente.
- C-Claro... - Dijo Marie un poco nerviosa mientras pegaba su bajo cuerpo detrás del joven.
"Huele bien" Le decía una parte de ella.
"Pervertida" Contestaba otra.
Ambos avanzaron hasta adentrarse a lugar.
Había mucha gente yendo de aquí para haya. Con trajes extravagantes que a pesar de aquello mantenían un estilo moderadamente elegante.
Marie estaba impresionada. Nunca antes había estado en un lugar así o al menas con el ambiente que este emanaba.
"A quien engaño, este lugar es todo de lo que no he vivido"
Se había ahogado tanto en sus primeras impresiones que no se dio cuenta que prácticamente toda la gente los miraba fijamente, cosa que incomodaba a Harry y hacia que esperara que la chica detrás de él no lo notara, cosa cumplida.
-Aquí- El dedo del chico señalo un departamento de 7 pisos, el más grande del lugar y el único de tonos cafés.
La pareja cruzo las puertas de dicho espacio.
Había mucha gente trabajando, escribiendo, imprimiendo, pasando de un lugar a otro con un sin fin de papeles.
El habiente lleno de personas causo que Marie se apegó más a la espalda de Harry.
Un impulso la hizo apretar su brazo, de alguna forma aquel chico la hacía sentir segura. De algún modo u otro, ella se sentía un poco atraída por primera vez en su vida.
"Idiota, olvídalo"
Pero ni ella misma podría convencerse de resignarse a ese sentimiento.
El chico no se molestó en reclamarle, al contrario, al sentir su agarre él le regalo una pequeña sonrisa.
Sus mejillas ardieron como si eso fuera una chispa que iniciaba un gran incendio en todo su ser.
Subieron unas cuantas escaleras para finalmente encontrar una puerta que en ella tenía la palabra inscrita de "Líder Lisa".
-No tengas miedo- le susurro- Ella nos ayudara.
Marie asintió.
Harry toco tres veces la puerta un poco fuerte.
-¿Asunto?- Una voz del interior de la habitación, madura y firme, se notaba bastante atareada.
- Lisa, Es Harry - Exclamo el joven - Es una propuesta.
Un momento de silencio.
- Que valga la pena.
La puerta se abrió, Harry paso y detrás de este la chica a su lado.
Al frente de ellos se encontraba un gran escritorio de madera, tapizado de papeles, papeles y más papeles.
En él se encontraba una mujer, parecía de unos 50 años, con sus lentes rojos y empañados y sus dedos pasando entre plumas, tinta y hojas.
- Lisa, se trata de Ave...-
- Si vas a empezar con tus estupideces, sal de mi negocio - Le interrumpió bruscamente sin despegar los ojos de su trabajo.
-No Lisa, no lo entiendes, esta vez tengo a alguien que me ayudara.
Al pronunciar esto, la mujer paro su programación para observarlo fijamente a el y luego fijar sus ojos en Marie.
Suspiro apartando las manos de su escritorio.
-¿La nueva?
Harry asintió.
-¿Tú fuiste el imbécil entrometido?
- No sé a qué te..-
-¡Oh por favor Harrison! - Volvió a interrumpirle de una forma más agresiva y molesta - ¿¡Quién te crees que soy!? Yo soy responsable de enterarme de cada cosa que mueve a este lugar. Se quien llega, quien va, quien muere, quien interfiere, quien se ENTROMETE con Avellana y con Ryu - Con movimientos casi histéricos saco un cigarro de una pequeña cajetilla colocándolo entre sus rojizos labios y lo prendía con un fosforo en la mano.