"Mis queridas niñas.
Un día crecerán y se enfrentaran con el mundo que yace allá afuera.
Así que prométanme una cosa.
Pase lo que pase, jamás olviden quienes son, la esencia que las hace a ustedes.
No permitan que nada ni nadie las cambie, porque si lo hacen, ni ustedes podrán mismas podrán reconocerse".
◊◊◊
- ¡¡Qué lugar más maravilloso!! - Se decía para sí misma aquella chica con un abrigo que le llegaba hasta las rodillas el cual lo sacudía junto a todo su cuerpo con movimientos de entusiasmo mientras admiraba al lugar que acababan de llegar.
Tras de ella venían sus guías, James y Maggie Stevenson.
Las personas que encontraron a Abby en medio del bosque y que la salvaron de espíritus de las penumbras que buscaban el alma de la chica.
Aquel lugar era su pueblo en el que habitaban, lleno de casas y negocios pintados de colores otoñales, las calles anchas hechas de patrones muy bien cuidados de piedrecillas, a lo lejos se podía observar la plaza central con su enorme fuente de casi 4 metros y bastante detallada, gente gritando y anunciado sus comercios y ese gran y apetecible olor a carne frita.
Maggie volteo hacia James con una gran sonrisa, pero el joven no correspondía aquel guiño de felicidad.
Ante esto, la sonrisa de Maggie se desvaneció
-¿Que pasa caras largas? ¿No estas feliz por el dinero que nos dieron por el ciervo y por el exitoso rescate de la chica?- Preguntaba con picardía dándole un leve golpe en su brazo con su hombro.
El chico solo rio nervioso pasando su mano por la zona que recibió el golpe.
- Claro que sí, lo que ganamos por el ciervo nos mantendrá por un mes entero, lo sé, lo que me preocupa es ella.- Respondió mientras veía a la entusiasta chica causante de sus preocupaciones.
-¿Porque habría de hacerlo?- Volvió a cuestionarle su hermana mientras también observaba a Abby.
James suspiro levemente.
-Después de que despertó y me presente empezó a gritar cosas histéricamente...-
-Eso lo se hermanito, luego de que se calmara te abrazo muy fuerte, y quiero suponer que fue gracias a que la intentaste calmar cómo pudiste.
-Exacto, ella no paraba de mencionar cierto nombre... creo que se trataba de su hermana. Ella entre gritos había dicho que estaba desaparecida y creía que ella también había quedado atrapada aquí, en Cuppova.
Maggie se rascaba su mentón mientras buscaba entre sus memorias.
- Creo recordar escucharlo, pero dime, ¿Qué cosa se te ocurrió?
-Pues si la rescatamos que esos espíritus, quizás, a ella no se la llevaron gracias a nosotros pero.. ¿Y si se llevaron a su hermana menor?
Maggie miro a su hermano llena de preocupación.
-El bosque está lleno de esas cosas, por eso está PROHIBIDO quedarse dormido allí, aunque tengas una gran fogata ellos vendrán por ti a toda costa. Ella llego a Cuppova en el estado en que la encontramos, quizá se quedó dormida en algún portal o bucle, es lo más probable. En cuanto su hermana, hay posibilidades de que llegara con ella pero también que llegara antes que su hermana.
Las palabras de Maggie hicieron a James pensar más su teoría.
Con esto se le vino a la mente una imagen de esa chica buscando a su hermana y en medio de su búsqueda encontrara algún portal, de Ryu usando uno de sus tantos juegos sucios para atraerla dentro del lugar, de como ella, tratando de resistir al engaño y el como el rey de todo lo que James empezó a conocer desde hace más de 10 años la dejara inconsciente y la dejara en cualquier lugar del plano de su propio mundo sin cuidado alguno.
Esto le empezó a llenar el cuerpo de un gran temor.
Y su hermana, quien sabe qué demonios le pudo pasar a esa pobre criatura.
El solo hecho de ver a Abby por allí le generaba mil y un preguntas sobre ella.
El lugar del que podría venir.
El cómo llego a Cuppova y el porqué.
Sobre su hermana.
De repente la chica que protagonizaba sus pensamientos volteo hacia su hermana y el.
Todo era silencio y una pandereta que remplazaba el sonido exterior.
Los labios de la chica se abrieron una y otra vez.
Y de repente sintió el brazo de su hermana alrededor de su cuello.
-¿Verdad Jeimy?- Preguntaba con una gran sonrisa.
-¿Q-Que? ¿Qué cosa?
Maggie soltó una gran y explosiva risa, Abby solo una pequeña y tímida.
Las mejillas de James empezaron a arder, de vergüenza y por Abby.
"Maldita sea"
- Abby preguntaba que si de verdad vivíamos que aquí.- Afirmo su hermana dándole un golpe sobre su cabeza.
- ¡Oh! Si, a unas calles esta nuestra casa y la de nuestro compañeros - Contesto James tratando de conservar su cordura y postura.
-¿Compañeros?- Cuestiono Abby con un rostro lleno de duda y curiosidad.
-¡Así es linda! Te los presentaremos ahora que vamos a la taberna.
- Tu solo quieres tus cervezas de celebración - Pronunciaba su hermano entre dientes.
Recibió un gran pisotón de parte de su sonriente hermana.
-Tenemos que presentarles a los chicos a nuestra nueva miembro, además, nuestras ganancias y rescate merecen una buena celebración- Le aseguro Maggie mientras seguía abrazando a su compañero.