Capitulo 14 "My baby shot me down"

—Mi estimado Chang —Digo mirando la posición de las estrellas— Unos cuantos pasos más y llegamos a Quito.

—Sven ¿Qué harás en cuanto la veas?

—Preguntar qué hay de comer.

—No —Dice Chang— La saludas, le preguntas como ha estado, le das un abrazo y le dices que la extrañaste mucho.

—Eso.

Caminamos media hora más, la noche cayó hace rato, no hay luz alguna así que debemos fiarnos de nuestros ojos y por suerte nos sale bien, entramos a Quito al fin. 
Me siento bien estando en la ciudad de nuevo, cerca de aquí está la panadería de mi buen amigo Domingo. 
Atravesamos un par de calles y cuando veo el negocio de mi amigo soldados lo están. resguardando.

Me acerco y le pregunto a un soldado que sucede a lo que responde que el gobernador ordenó resguardarlo desde el intento de rebelión, en esa casa vivían traidores y a pesar de que ha pasado un año siguen esperando que la esposa del traidor vuelva a por alguna de sus cosas para atraparla y fusilarla.

Al mismo tiempo me entero que mi gran amigo corrió con la suerte de quienes intentar ser libres. Tengo una razón más para liberar esta ciudad.

Creo que muchas cosas han pasado en mi ausencia, solo espero que Lux esté bien.

Pasamos por muchos sitios y noto algunos daños en las casas producto de la batalla, aún se notan. Paso por la casa de Amparo y veo que está destruida en su totalidad, hay madera y algunas sillas en los restos, todo esto es raro.

Un detalle que me inquieta es porque la gente a esta hora se mete a sus casas y cierra las puertas y ventanas, antes a esta hora la ciudad era activa, había muchas personas, tiendas, bares, pero ahora no hay ni un gato en los tejados.

Llegamos a casa, Chang me recuerda el plan, me preparo y una vez listo toco la puerta.

Se demoran unos segundos hasta que la abren

—Hola —Le doy un abrazo, la envuelvo en mis brazos— ¿Cómo has estado? Te extrañé mucho, me hiciste mucha falta.

No responde, algo anda mal, termino el abrazo y con mis manos en sus hombros nos separo y pongo distancia para ver su rostro.

—Aniki —Digo— Tú no eres mi Lux.

—Sven —Responde— Hola, no pensé que era en serio eso que ibas a llegar justo para el cumpleaños de Lux.

—Te noto nerviosa ¿Sucede algo?

—Este —Aniki se pone las manos en la cabeza y se piensa bien lo que va a decir, se le nota angustiada— Algo muy malo sucedió, no te vayas a enojar.

—¿Usaron la lámina de metal que está en mi cuarto?

—No.

—Lux se enfermó y no se puede mover.

—Sí.

—Pero la lamina está bien.

—Sí.

—Ah bueno —Entro al patio— Señor Chang, necesito que descanses, comas y te relajes, es una orden.

Atravieso el patio mientras mi amigo saluda a Aniki.

Abro la puerta de la casa y lo primero que veo es a Amparo en la sala sentada, en frente Ezio leyendo. Ambos levantan la mirada hacia mí.

—Buenas noches —Me acerco a Amparo— Un gusto volver a verte —Miro a Ezio— Que tal mi estimado enmascarado ¿La pistola es nueva?

—Eres idiota, vulgar y de mal gusto —Responde Ezio con un tono serio.

—Tiempo sin vernos y todo sigue igual, genial.

Camino hacia el pasillo para ir al cuarto de Lux, me detiene tomando mi brazo con fuerza.

—¿A dónde crees qué vas? —Dice Ezio sujetando mi antebrazo— Lux es mía y es mi obra.

—Y esta es mi casa —Sonrío— No sabía que Lux es un bien material, creo que en vez de partida de nacimiento tiene escrituras de propiedad ¿Dónde firmo?

Aniki entra a la casa corriendo y se para en medio de ambos.

—Señores —Dice Aniki— No hay que pelear, lo importante es que Lux está enferma y debemos curarla.

—¿Pelear? No he venido a eso, no es mi intención y mucho menos con mi ex alumno.

—Para iniciar una guerra se necesita una palabra, para acabarla no basta una sola vida —Exclama Ezio intentando acercarse a mí mientras tiene su mano en el mango de su espada.

—Una hora —Digo dando media vuelta— Que nadie nos interrumpa durante una hora, es todo lo que necesito. Cuando salga con Lux caminando quiero comer, quizás reír y que todos podamos conversar sin intentar asesinarnos, espero todos estén de acuerdo.

En el fondo Ezio sabe que solo yo sé cómo curar a Lux, se queda en silencio al igual que ambas chicas, sonrío y camino hacia el pasillo. 
Abro la puerta despacio, entro al cuarto y la cierro más despacio aún, apago las velas de la habitación, me acerco a la cama junto a ella una vela alumbrando, la única que dejé prendida. Y allí estaba Lux, con una expresión de alegría apenas visible y sin poder mover un solo músculo.

—Hola —Digo.

Lux me saluda usando sólo una mano, balbucea muchas cosas pero ninguna la entiendo.

—Quiero que confíes en mí y te duermas —Tomo su mano— Por favor, si lo haces prometo que te ayudaré, no hay otra manera. No estás enferma del cuerpo, cuando tengas ese sueño en el que caes a un vacío infinito yo estaré contigo y te lo explicaré.

Lux guarda silencio, le digo varias cosas para calmarla, de pronto cierra los ojos, espero unos minutos y cuando su mano pierde fuerza noto que se durmió.

Traigo una silla con espaldar junto a la cama, coloco mi mano en el pecho de Lux y siento su corazón latir un poco más rápido, debo darme prisa.

Me acomodo en la silla, tomo su mano y trato de conciliar el sueño. No me resulta difícil, he caminado durante días así que me duermo casi al instante.

Mi alma despierta después de mucho tiempo. Aún tengo cerrados los ojos, escucho voces, susurros y algunos lamentos. No les hago caso así que abro los ojos y estoy dentro de una burbuja a mi medida, esta tiene todos los colores que el ojo humano puede ver incluso algunos que jamás ha visto. Estiro la mano y con la punta de mi dedo exploto la burbuja, todos los colores salen volando y caen en el suelo como pintura, alrededor hay un espacio negro infinito, no debo perder más el tiempo.

Debo buscar a Lux. Camino un poco y veo un abismo del cual salen algunas chispas turquesas y verdes. Pongo un pie sobre el vacío y me dejo caer, a los pocos segundos la veo suspendida en el aire mientras yo también caigo.